Ayer publicábamos un artículo bajo el titular ‘Este diseño… ¡es mío!’, que ahora deberíamos cambiar por ‘Esta ilustración… ¡es mía!’. Esto es lo que debió decir el ilustrador Cristóbal Schmal cuando vió una ilustración calcada [nunca mejor dicho] a la suya.
La cuestión es que la agencia Leo Burnett, patrocinadora del vídeo en el que un supuesto estudiante acudía a una entrevista de trabajo y presentaba una pieza realizada por el mismo entrevistador [esto es, plagiada], por lo visto necesitaba vivir previamente esa experiencia en sus propias carnes. Así que, ni corta ni perezosa Leo Burnett se ha dedicado a hacer eso mismo, plagiar, copiar y tomar como propia y sin ningún pudor, una ilustración de un ilustrador -que por el efecto ‘streissand‘ se hará famoso-, y lanzarla dentro de la campaña gráfica firmada por la propia agencia para la promoción del Fiat 500 en Italia. No es la misma, pero está claro de donde viene.
Gracias a internet -qué haríamos sin ti- y a que uno de nuestros ojeadores ha estado ojo avizor, hemos descubierto el fiasco y, claro, no podíamos evitar hacer mención del asunto. El vídeo que inicialmente nos encantó, ahora nos produce bochorno. Sobre todo porque el viral en cuestión hacía referencia a una campaña de promoción de Portfolio Night 8, un evento para la promoción de los jóvenes talentos creativos. Ahí está lo cínico del asunto, ¿no será que quieren ver portfolios para hacer cosas de éstas?
Es cierto, que todo el mundo utiliza imágenes de otros para inspirarse, que se utilizan fotos, ilustraciones, tipografías, gráficos encontrados en cualquier sitio y que en muchas ocasiones sirven para presentar ideas y propuestas, pero vamos, que si luego te lo aprueba, qué menos que llamar al ilustrador y pagarle y no redibujar el tema. Claro que, si el otro no se entera, pues eso que te llevas. La ética brilla por su ausencia.
Por lo que sabemos Cristóbal [lo contaba en su Flickr], afortunadamente, ha llegado a un acuerdo con Leo Burnett, que prueba la fusilada y que la misma agencia reconoce. Igual es que, como dice Picasso [lo tenemos puesto en la frase célebre de nuestra cabecera] «Los buenos diseñadores copian, los grandes roban». ¿Qué pensaría el propio Leo Burnett si levantara la cabeza?