La semana pasada salió a la luz el cartel que representaría la Feria del Libro de Madrid de este año 2017. Al poco tiempo de hacerse público, las redes sociales comenzaron a llenarse de críticas hacia él y su creadora, Ena Cardenal de la Nuez. En medio de esta polémica, solo faltaba una ilustración de Christoph Niemmann desafortunadamente parecida a dicho cartel para incendiar todavía más la opinión pública. Hablamos con la diseñadora gráfica para preguntarle cómo percibe todo este asunto.
Por tu trayectoria profesional, podemos apreciar que te dedicas, sobre todo, al diseño editorial. ¿Por qué aceptas el encargo de realizar el cartel de la Feria del Libro de Madrid 2017?
Hago de todo, como la mayoría de los diseñadores gráficos. Y cuando me llaman para encargarme algo, no sólo me pongo muy contenta, sino que tengo la costumbre de decir que sí.
En algunos medios y sobre todo en redes sociales, se ha criticado el cartel por ser «poco serio», «infantil» o «naif» o por la «mala» jerarquización de los elementos del cartel. ¿Cómo interpretas estas críticas? ¿Qué les dirías si tuvieras la oportunidad de responderles?
La Feria del Libro de Madrid es una fiesta popular, que además se celebra coincidiendo con esos pocos días al año en los que la ciudad resulta meteorológicamente encantadora: ha pasado el frío y todavía no hace un calor espantoso. Mis clientes son esos miles de madrileños que acuden en masa cada año: gente mayor, pequeña, familias, parejas, amantes, amigos… Con ese público objetivo en la cabeza me pasé cinco meses trabajando, y diseñé unos doscientos carteles. Al final, de los que quedaron finalistas, dos estaban en la línea de lo que suelo hacer, y que estética y conceptualmente me chiflaban. Y, por supuesto, estaba el gato desde el principio y al que le di millones de vueltas.
Durante meses torturé a familia, amigos y conocidos. El gato siempre ganaba al resto por mayoría absoluta. Esa mayoría era como la gente que va a la Feria: mis clientes. También votamos en la Feria del Libro y entre todos elegimos al gato.
Me tranquiliza muchísimo que exista un sistema de reglas universal para los controladores aéreos o los cirujanos y espero que las sigan a rajatabla, por dios. Pero no creo que haya que seguir ningún tipo de norma en el diseño. A mí me pagan para lograr un objetivo: comunicar lo que el cliente quiere y que ese mensaje llegue a su público. Y para conseguirlo uso las herramientas que me da la gana y como me da la gana. ¿Qué es un gato naif? Sí. ¿Que no he dado jerarquía a la información? Efectivamente. ¿Qué parece que no he sufrido haciéndolo? Fenomenal. Todo está hecho a propósito.
Se te ha acusado de plagiar una ilustración de Christoph Niemman (un gato morado con un libro abierto a modo de bigotes). ¿Habías visto esta ilustración o ha sido pura coincidencia?
Estoy contestando a esta entrevista porque he visto que la cosa se estaba yendo de madre con las acusaciones de plagio. Si hubiera visto esa ilustración antes habría descartado la idea del gato, evidentemente, aunque la razón de ser del gato de Niemann (ilustrador al que admiro, respeto, y cuyo trabajo me requetechifla) sea completamente diferente del mío. Para empezar, el de él no es un gato lector. Y, además, tampoco es madrileño :-).
Hablen bien o mal del cartel, de lo que no hay duda es de que se está hablando de él y de la Feria del Libro. ¿Qué opinas de esto?
Me parece genial que se hable de la Feria del Libro de Madrid, por supuesto. Y ellos están encantados. Me parece un poquito peor que se haga a costa de mi salud mental. Me sorprende muchísimo la virulencia que todo esto ha provocado. En esta última semana he aprendido una nueva palabra: ‘hater’. No acabo de entender la exaltación de algunas personas, visto lo visto me imagino que estaban la mar de aburridas; si no, no me lo explico. Estoy hasta el moño del gato, y no entiendo que se le conceda tanto tiempo a algo tan poco importante.
Hay una variantes de gatos que se han diseñado en diferentes colores, ¿qué nos puedes avanzar de esto?
Hay gatos de varios colores que representan la diversidad de las gentes que vivimos en Madrid. El color rojo es el de la Comunidad, pero madrileños somos todos los que vivimos aquí, un rato, o toda la vida. Y los hay de todos los colores. Como no podían ser millones, hemos seleccionado los básicos además del rojo: verde, azul, amarillo, blanco… Esa diversidad incluye al movimiento LGBT, en el que Madrid es una referencia a nivel mundial y como la celebración del Día del Orgullo coincide con la Feria, decidimos hacer un gato gay. A mí es el que más me gusta.