Viajar a las islas afortunadas es como hacer un viaje espacio-temporal. Sin darte cuenta tu biorritmo se adapta a la velocidad y el tempo de la isla, pero eso sí, con mucho ‘mojo’.
El diseño que se respira en la isla tiene esa salsa canaria que lo impregna todo de sabor. Las cosas se adaptan al paisaje, a la luz y a la velocidad con que se hacen aquí las cosas. Todo es más pausado, pero a pesar de ello las cosas no son tan sosas, tan geométricas, ni tan ortodoxas, como en otros lugares. Aquí las cosas tienen color. Todo es más manual y menos ‘computerizado’.
Pero lo que sigue cautivándome del Tenerife Design Festival es la capacidad de acercar el diseño a la calle y a la sociedad, mezclando artesanía con diseño o con la naturaleza. Haciendo que el diseño impregne la calle. Todo se hace en la calle o de cara al exterior.
Inauguración de puertas abiertas (en un antiguo convento -increíble escenario-) con varias instalaciones y proyecciones multimedia y Dj incluido. Una colección de manteles que reparten por los bares para que todos coman sobre unos tapetes muy divertidos y bien diseñados. Se construye una pieza escultórica de Nacho Carbonell en la plaza de pueblo, y al final los niños acaban ayudando en el montaje. Una tertulia de diseño en plena plaza con los lugareños alrededor y las campanas sonando…
Durante los primeros días en Garachico hemos tenido un pequeño ‘design market’, la construcción de la pieza de Nacho Carbonell, que se expondrá en el TEA durante el festival, un ‘Safari Tipográfico’, un taller realizado por nosotros (os enseñamos el resultado en los próximo días) y una ‘Operación Papa’ dirigida por Héctor Serrano para crear un recipiente para las famosas ‘Papas Arrugás’.
Estés o no en las islas deberías ir pensando en venir a Tenerife para ver cómo el diseño sale a la calle.
+info: TDF2010