Glamour México estrena diseño en su nuevo número de diciembre. Diego Areso, director de Arte en Condé Nast México & Latinoamérica, nos cuenta desde D.F. cómo se ha ido hilvanando ese universo gráfico salpicado de frescura y ‘píldoras bomba’ de diseño, pero sin perder el buen orden.
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Glamour lleva 16 años editándose en México, y es la revista líder en su sector: tiene un público joven, y le ofrece páginas llenas de moda, belleza, psicología y ocio. Es una revista complicada, en tanto que tiene que ser a la vez sofisticada y dinámica, y porque se dirige a un público que está más por la labor del píxel que del papel. Su diseño hasta ahora tenía toda la energía del mundo, y cada página competía con la anterior en la fuerza de los titulares, en la pirotécnica de sus recursos gráficos.
Así, la idea fundamental de la nueva fórmula –más o menos pergeñada por un servidor pero puesta en práctica por el director de Arte de Glamour México, Eliseo Castellón, y todo su equipo) era disciplinar la revista, con más coherencia entre sus páginas y mayor jerarquía gráfica, reservando las ‘bombas’ de diseño para los grandes reportajes.
¿Con qué arsenal? La primera decisión fue tipográfica. ¿Dónde ponía el acento? ¿En las serifas o en el palo seco? Es un debate frecuente en las revistas de moda, porque las letras con remate siempre aportan elegancia al asunto, aunque las letras de palo suelen ser más enérgicas y modernas.
Finalmente, ganó el palo. La tipografía principal es Patron, de la fundición suiza Milieu Grotesque. Heredera de la Antique Olive de Roger Excoffon, no puedo ser más partidario de sus formas femeninas pero llenas de fuerza. Como contraste, y para no desconectar la revista de una herencia gráfica llena de didots y bodonis, he recurrido a Carmen y Carmen Fine, de Andreu Balius. Ya saben: una fusión de las romanas francesas y de los recursos tipográficos del siglo XIX español. Y para completar, GT Pressura, redondeada y compacta, más alegre, que está inspirada en las letras impresas con sellos de goma. Para texto se ha mantenido Adobe Garamond. Funcionaba bien.
Quiero pensar que el resultado final es una revista igual de joven pero mucho más organizada. Hemos dejado que cada portadilla de sección tenga su propia personalidad (aunque formen una misma familia), limitando el uso del color al máximo: todo es blanco, negro o magenta.
Aquí un resumen del cambio.
→ +info: www.quintatinta.com