Ayer, en el Blanc!, tuvimos el honor de presenciar homenaje a Josep Maria Mir, “El Mir” para los amigos, quien fue nombrado oficialmente Mestre del Blanc. Fue una oportunidad única para brindar el merecido reconocimiento a uno de los grandes del diseño en España. Junto a su discípulo Tilman Solé (Mucho), recorrimos la trayectoria de Mir, no solo a través de sus proyectos, sino también mediante las relaciones que ha cultivado con tantas personas que han compartido su camino.
Fotos: Marta Camps @coloraxia
Fue un momento de gran emoción al poder constatar su generosidad y afecto hacia “la gente a la que quiere y quiere mucho”, como él mismo dice. Para Mir, sus compañeros no son competencia, sino “concurrencia”. El homenaje se convirtió en uno de los instantes más conmovedores del festival, al rendir tributo a uno de los grandes diseñadores del país, un reconocimiento que debería ser impulsado desde el propio gobierno y las instituciones. A pesar de ser galardonado con el Premio Nacional de Diseño, es esencial recordar y agradecer que él, junto a su generación, no solo inventó una profesión, sino que también marcó el camino para todos los que vinimos después.
Gracias a Mir, existen logros como los premios Laus, y la creación de la primera gran consultora de branding en España, SUMMA, con el objetivo de que los grandes clientes no tuvieran que buscar fuera para encontrar una respuesta a los grandes retos de los años 90. Esta visión llevó a la creación de una empresa lo suficientemente sólida y experta para afrontar los desafíos de un país en transformación.
Durante el homenaje, amigos cercanos le dedicaron sus mejores palabras y recuerdos, presentando momentos compartidos en el escenario con fotografías y anécdotas que reflejaban su huella personal y profesional. Es evidente, y podemos afirmarlo, que Josep Maria Mir es un gran tipo. Ahora, además de ser un “Mestre del Blanc”, es un maestro para todos, y lo ha sido siempre.
Resulta curioso que muchos de los asistentes no conocieran algunos de sus emblemáticos proyectos, como la identidad corporativa de RTVE, la señalética de ADIF o el rediseño del logo de Correos, que realizó con gran respeto hacia el original de Cruz Novillo. Mir es uno de esos diseñadores que dignificaron y definieron esta profesión, en una época en la que aún no tenía un nombre claro. Gracias a su trabajo, y al de otros de su generación, hoy contamos con una legión de diseñadores en España.
Gracias, Mir. Gracias por estar ahí y por todo lo que has hecho por nosotros. Quizás sea momento de pensar en el siguiente nivel de homenaje: una calle, un museo, una escultura… Debemos reconocer a tantos diseñadores que han cumplido años y que no debemos olvidar. Es fundamental que las futuras generaciones sepan de dónde venimos y quiénes fueron los pioneros del diseño en este país. Es nuestra responsabilidad, y un deber, acercar a los más jóvenes a figuras como Josep Maria Mir, extenderle la mano y decirle… ¡gracias!