El fotoperiodismo captura un mundo herido: el World Press Photo 2025 desvela sus ganadores regionales

A la espera de conocer la Foto del Año, el World Press Photo 2025 premia 42 trabajos que retratan el dolor, la esperanza y la resistencia desde seis continentes. Con el anuncio de los 42 ganadores regionales del World Press Photo 2025, el certamen de fotoperiodismo más prestigioso del mundo vuelve a poner en primer plano las imágenes que mejor han contado el año. Desde conflictos armados hasta catástrofes climáticas, pasando por migraciones forzadas, protestas sociales o gestos de esperanza colectiva, la selección de este año retrata un mundo herido, en tensión, pero no derrotado. La imagen del intento de asesinato de Donald Trump el pasado 13 de julio durante un mitin en Pensilvania es una de las instantáneas más impactantes. Captada por Jabin Botsford para The Washington Post, la fotografía muestra al expresidente herido, rodeado por su equipo de seguridad, segundos después de recibir un disparo. Una escena de fragilidad inesperada en una campaña basada en la fuerza y el espectáculo. “Esta imagen ofrece una narrativa paralela, cargada de simbolismo histórico y político, que revela la vulnerabilidad de un personaje acostumbrado a controlarlo todo”, valoró el jurado. En Europa, otra imagen cargada de silencio y peso emocional muestra a Anhelina, una niña ucraniana de seis años acostada en una cama. Huyó de la guerra junto a su familia y ahora vive con su abuela, lejos del frente. El fotógrafo alemán Florian Bachmeier retrata en esta escena suspendida el trauma infantil en tiempos de conflicto. “Su inocencia fracturada convive con una capacidad de adaptación sorprendente”, apuntan desde el jurado. Voces del sur global: España y América Latina Entre los premiados hay presencia destacada de fotógrafos del ámbito hispano. El colombiano Federico Ríos Escobar ha sido reconocido en la categoría de Proyectos a Largo Plazo por su trabajo durante cuatro años documentando el cruce de migrantes por el Tapón del Darién, una de las rutas más peligrosas de América Latina. Esta imagen pone rostro a un éxodo silenciado, atravesado por la violencia, el abandono institucional y la esperanza. También en Latinoamérica, el brasileño André Coelho retrata la euforia desatada entre los hinchas del Botafogo tras ganar por primera vez la Copa Libertadores. Una fotografía que celebra la pasión colectiva y la identidad futbolística de una nación atravesada por tensiones políticas y sociales. La imagen fue tomada en el estadio Nilton Santos de Río de Janeiro, donde miles de aficionados seguían el partido proyectado en pantallas gigantes. En África, el español Luis Tato ha sido galardonado por su cobertura de las protestas en Nairobi contra la subida de impuestos impuesta por el gobierno keniano. Sus imágenes muestran tanto la violencia policial como la organización juvenil que lideró el movimiento. “Es una crónica visual de un cambio generacional que interpela directamente al poder”, afirma el propio autor. También ha sido reconocido el trabajo del fotógrafo catalán Samuel Nacar por su serie Las sombras ya tienen nombre, publicada en la revista 5W, en la que documenta los efectos del conflicto en Asia Occidental y la resiliencia de quienes lo sufren. Entre el cuerpo, la identidad y la resistencia La categoría de Singles en Europa también premió una imagen del neerlandés Prins de Vos que muestra el torso de Mika, una joven trans de 21 años, tras una operación de mastectomía que costeó de su propio bolsillo ante la imposibilidad de acceder al sistema público de salud. Es una fotografía íntima, directa y profundamente política, que pone en el centro la urgencia de los derechos trans y la negligencia institucional. En Asia Occidental, Central y Meridional, la fotógrafa palestina Samar Abu Elouf retrata a Mahmoud Ajjour, un niño gazatí que perdió ambos brazos durante un ataque israelí. Ahora vive con su familia en Qatar. La imagen, publicada en The New York Times, no solo documenta la brutalidad del conflicto, sino también la humanidad que resiste en medio de la devastación. De la tragedia climática al triunfo olímpico El fotoperiodismo también ha sabido mirar los extremos del clima y la fuerza de la naturaleza. Amanda Perobelli ha sido premiada por su cobertura de las inundaciones en el sur de Brasil, un desastre ecológico y humanitario que desplazó a más de 600.000 personas. En contraste, el francés Jerome Brouillet captó al surfista Gabriel Medina en pleno salto durante los Juegos Olímpicos de París (celebrados en Tahití), en una imagen que destila energía, técnica y emoción deportiva. En Asia Central, Murat Şengül documenta el momento en que civiles en Beirut buscan refugio en plena calle, durante un ataque con drones israelíes. La tensión de la escena, y su cotidianidad trágica, resume el sentimiento de inseguridad constante en regiones marcadas por la guerra tecnológica. A la espera de la Foto del Año La organización ha anunciado que la Foto del Año —y sus dos finalistas— se desvelará el próximo 17 de abril, durante la inauguración de la exposición principal en Ámsterdam. Será entonces cuando sabremos cuál de estas imágenes, o quizá otra de las premiadas, representa mejor este 2024 que sigue resonando en las heridas abiertas del planeta. Con 53.320 imágenes presentadas por 3.778 fotógrafos de 141 países, y un sistema de evaluación que prohíbe el uso de inteligencia artificial, el World Press Photo vuelve a erigirse en garante de un periodismo visual comprometido, humano y técnicamente impecable. El mundo no siempre quiere verse en el espejo, pero estas imágenes nos obligan a mirar. https://www.youtube.com/watch?vjrZkx_lCnBU

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