Los premios Valencia Crea, que promueve y financia el Ayuntamiento de Valencia y que gestiona la Fundación Veo, convoca a un jurado de profesionales y expertos en diseño, unos 30, para valorar los trabajos presentados en las 14 categorías, pero a pesar de gastarse más 40.000 euros en ello, no dispone de una mínima cantidad para pagar al jurado. Bueno, ni en estos, ni en ningún concurso donde participa un jurado de profesionales del diseño.
El Ayuntamiento de Valencia, como cada año, convoca los premios con la sana intención de promocionar el diseño en todos sus aspectos creativos entre los jóvenes. No sólo a nivel local, sino también a nivel nacional.
Un gran gesto de cara a un sector y a unos profesionales que les cuesta mucho sacar adelante una actividad muy joven y poco reconocida. Lo que sorprende es que hasta aquí llega el respeto hacia este sector.
Cada año, a los miembros del jurado, se les premia con una comida en algún restaurante nada barato de la ciudad, pero este año con motivo de la situación económica, la organización decidió en el último momento no realizarla, no fuera que la opinión pública no lo viera con buenos ojos, algo que parece lógico en los tiempos que vivimos. Pero tampoco se ha utilizado esa partida presupuestaria para incentivar al jurado de algún modo.
Lo llamativo es que el Ayuntamiento cuenta con los mejores profesionales que se acercan voluntariamente a participar. Sin embargo, en ningún momento tiene en cuenta que sus conocimientos tengan algún valor económico.
Una falta de respeto, en toda regla, hacia los profesionales que prestan su tiempo y conocimientos para asesorar al Ayuntamiento en materia de diseño. Los miembros del jurado son elegidos por sus conocimientos, capacidad de apreciación, experiencia en el campo y expertos en la materia a evaluar, pero esto parece no tener ningún valor para el Ayuntamiento. En el fondo están realizando un asesoramiento profesional como el que hace un ‘perito‘ de cualquier otra materia. ¿Hacen lo mismo con los abogados, los médicos, los arquitectos…?
Tampoco parece tener ningún valor para muchos de los miembros del jurado, que bien por interés, bien para ver si cae algo [la cosa está muy mal], o bien porque sus ingresos los consiguen siendo docentes y esto parece ser un pequeño divertimento, no reclaman ni reivindican lo que debería ser justo.
Durante el proceso de evaluación de los premios, un miembro del jurado de ‘diseño gráfico’ instó a que esto se corrigiera en el futuro, pero más que una negativa recibió una bronca por parte de la organización. “Aquí ha venido gente muy importante y nadie ha pedido dinero. Si no quieres estar puedes irte”. A los miembros del jurado ni tan siquiera les pagan los costes de los desplazamientos. El argumento que ofrece la organización es: “esto es un evento para la promoción y ayuda a jovenes diseñadores, si no quieres ayudar puedes irte”, se les espetaba al miembro del jurado que proponía soluciones a lo que le parecía una injusticia. Todos los allí presentes cobran los servicios que prestan, excepto los miembros del jurado. ¡Que casualidad!
Nos parece increíble que sea un ayuntamiento -que cobra impuestos hasta por respirar-, el que ningunee a los profesionales cuando utiliza sus servicios, siendo que a ellos les ha costado tanto esfuerzo llegar hasta donde están.
También son increíbles estos premios que incentivan el ‘yo me lo guiso, yo me lo como’, ya que los requisitos para presentarse a los premios es que los trabajos sean ficticios. Además hay categorías en las que compiten cosas que no tienen sentido. En la categoría de ‘Diseño gráfico’ se pueden presentar tanto carteles, como publicaciones, folletos, ilustraciones o como las mismas bases dicen ‘cualquier otra aplicación gráfica’. ¡Todo vale!
El nivel de lo presentado es realmente bajo, con lo que el jurado lo tiene fácil para elegir. ¿Para qué sirven unos premios que premian trabajos sin sentido? ¿Es bueno que a los futuros diseñadores se les premie por trabajos de mentiras, sin objetivos ni exigencias? ¿Es bueno que te premien algo entre tanto proyecto malo de solemnidad? Hemos indagado en otras ediciones, y parece ser la tónica general, año tras año.
Lo que queda claro es que el Ayuntamiento no acierta al no valorar el trabajo de los diseñadores, ni a los que se presentan, a quienes engaña con este tipo de concursos, ni a los profesionales ya que no los valora como debe. Aunque ahora ya sabremos en la próxima edición que los que vayan de jurado al Valencia Crea, valoran muy poco su profesión y a sí mismos.
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