Diane Arbus, fotografía marginal de la sociedad neoyorquina

Diane Arbus (New York, 1923) fue una fotógrafa conocida por el sufrimiento que retrataban sus fotografías al captar la brecha social que supone ser diferente. Retratos de personas marginales y temas poco convencionales componen la obra de Arbus.

Se inició en el mundo de la fotografía de la mano de su marido, Allan Arbus, de quien adoptó su apellido. Bajo el nombre de los Arbus (nombre por el que se conoció a la pareja entre la sociedad neoyorquina) se dedicaron a la fotografía de moda, publicando sus trabajos en revistas como Vogue o Harper’s Bazaar.

A finales de 1950, Arbus comenzó a trabajar en solitario, definiendo así su nuevo estilo propio. En esta fase de descubrimiento, recibió clases por parte de la fotógrafa Lisette Model. Freaks: La parada de los monstruos supuso una gran influencia en la mirada de la fotógrafa; las vidas de los distintos tipos de personajes circenses que aparecían en la película fueron el punto de partida de los retratos de personas inadaptadas y marginadas por la sociedad que caracterizan la obra de la fotógrafa.

A partir de este momento, Diane Arbus comenzó a retratar aspectos contrapuestos de la sociedad, fotografiando en manicomios, campos nudistas, seres deformes, cocktails de la alta sociedad… Mediante la contraposición, la fotografía de Arbus trató de mostrar distintos colectivos como componentes de una misma sociedad absurda.

Gracias a su cámara Rolleiflex, pudo captar la realidad de los grupos marginales y las personas discriminadas y de minorías de la sociedad neoyorquina. Las fotografías de Diane Arbus estaban protagonizadas por enanos, travestis, drogadictos, enfermos mentales, gigantes, prostitutas, bailarinas de striptease… El objetivo de la fotógrafa fue visibilizar ciertos sectores de la sociedad, ya que, para ella, había personas que no existían si no las fotografiaba.

El trabajo de Diane Arbus se caracteriza por el uso de luces duras y la búsqueda de la nitidez, así como el uso del flash en espacios exteriores y a plena luz del día, para ofrecer retratos que no se limitarán únicamente a estetizar el horror, sino más bien mostrar esos personajes como personas de la vida cotidiana.

En 1971, Diane Arbus se suicidó. Un año después de su muerte, la Bienal de Venecia expusó las 10 fotografías de la serie limitada que Arbus había preparado en 1970. A pesar de las opiniones controvertidas que despertó esta muestra, poco tiempo después se inauguró una exposición en el Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York, la cual recibió más de 250.000 visitas.
El trabajo de Diane Arbus se basa en la denuncia de realidades ajenas para una gran parte de la sociedad. Todo estos se consigue a partir de los retratos de colectivos marginales, siendo considerado su obra como pionera en el ámbito la fotografía social.

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