Con vistas al ya cercano Blanc!, hablamos con Cibrán Rico y Suso Vázquez (Desescribir) sobre su forma de entender el diseño editorial y la situación actual del sector creativo.
Cibrán Rico y Suso Vázquez son el binomio creativo que está detrás de Desescribir, un estudio de diseño que desde Galicia desarrolla proyectos de identidad visual, diseño editorial y diseño estratégico con un enfoque integral. Desde la elaboración de los conceptos iniciales hasta los últimos procesos de producción, aseguran que su trabajo consiste en desarrollar propuestas motivadas por el impulso de resolver necesidades reales y que así contribuyan a comunicar ideas de manera eficaz.
Aunque ambos son licenciados en arquitectura, gran parte de su trabajo consiste en diseñar libros que son auténticas obras de arte. De hecho, en 2012 decidieron fundar Fabulatorio, una editorial independiente centrada en proyectos sobre arte, fotografía, diseño y cultura visual. En este mundillo entraron por la puerta grande cuando el segundo título de la editorial fue incluido en la lista de los mejores libros de fotografía del mundo que publica el ICP (International Center of Photography) de Nueva York. Otros de sus títulos han sido reconocidos con galardones como el Premio PHotoEspaña al mejor libro editado en España en 2014 o con un LAUS oro en 2019.
Son un claro ejemplo de que para crear valor no hace falta estar en las grandes ciudades y su implicación por la difusión del diseño gallego es absoluta. Prueba de ello es que los dos son miembros de la Asociación Galega de Deseño (DAG) y del ADG-FAD. Además, entre los años 2014 y 2017 formaron parte de su junta directiva donde Vázquez ocupó el cargo de presidente y Rico de vocal. Su compromiso social y su forma de entender la creatividad les ha llevado a dedicar parte de su tiempo a la docencia. Imparten numerosos cursos, charlas y talleres de diseño gráfico y diseño editorial en diferentes instituciones, donde exponen sus conocimientos y sirven de ejemplo para los futuros creativos.
El próximo viernes 21 de octubre impartirán una conferencia en el Blanc! donde hablarán de su forma de entender el diseño y de su gran experiencia en el sector. Como aperitivo de esa interesante sesión, hemos podido hablar con ellos sobre su recorrido profesional, su estilo creativo, del libro como objeto, de la importancia de los proyectos propios o de la descentralización del diseño, entre otros temas relevantes.
blanc! festival
La verdad es que siempre hemos seguido el Blanc! con la envidia de no estar más cerca. Por el festival han pasado muchos estudios que admiramos mucho y que nos hubiese encantado poder escuchar y ver en persona. Así que cuando, desde la organización, contactaron con nosotros este año para proponernos participar nos alegramos un montón.
Las referencias que tenemos de amigas y amigos que pasaron por el Blanc! son muy buenas. Los festivales tienen esa función fundamental de servir de lugar para encontrarse y reencontrarse y, por el camino, escuchar, descubrir o aprender alguna cosa que sirva de motivación para tu trabajo.
«Los festivales tienen esa función fundamental de servir de lugar para encontrarse y reencontrarse.»
Desescribir
desescribir
Desescribir como idea, y como nombre, surge de un proyecto de revista universitaria que desarrollamos como estudiantes de arquitectura, básicamente como respuesta a un tipo de educación con el que no estábamos del todo satisfechos, de ahí la necesidad de «desescribir» o de volver a escribir las cosas de otra manera.
Más tarde, trasladamos el nombre a un proyecto de estudio interdisciplinar, en el que convivimos durante un tiempo arquitectos, diseñadores, urbanistas,… La experiencia, desde el punto de vista humano y del conocimiento fue inmejorable, pero, en aquel momento, en Galicia, nos resultó muy complicado conseguir trabajar todos y todas juntos en los mismos proyectos.
En el fondo esa era la motivación principal del estudio: conseguir dar soluciones lo más integradoras posibles, aportando ideas y conocimiento desde diferentes disciplinas. Hasta llegar a ahora, en el que Desecribir somos un estudio de diseño con una editorial como proyecto paralelo.
fabulatorio
Fabulatorio nace en la primavera de 2012 por diferentes motivos. Se mezclaban, por un lado, las ganas de poder desarrollar con más profundidad nuestra faceta de editores y de experimentar en la relación contenido-forma del libro. Queríamos, también, comprobar qué resultados podríamos conseguir pensando los libros de una manera integral, desde su concepción y contenidos hasta su producción final.
El nombre tiene ese pretendido doble sentido entre fábula y laboratorio. Fábula porque en el fondo los libros son, sobre todo, artefactos para contar historias, y laboratorio, por esa ambición de experimentar, probar cosas, investigar…
estilo creativo
La verdad es que el diseño como ejercicio de estilo nos resulta poco interesante. La motivación de nuestro trabajo es la idea de «necesidad», dar respuesta a necesidades reales, resolver un problema. Nos parece que sin una necesidad concreta, el diseño se transforma en un algo irrelevante. En la mayoría de los casos, esa necesidad debe de estar formulada en términos de funcionalidad, aunque también puede afectar a cuestiones más estratégicas.
«Creemos que la herramienta más potente que tiene el diseño es la de pensar globalmente para proponer soluciones concretas.»
Desescribir
Para nosotros el diseño debe ser «inteligible», debe marcar una «trazabilidad» en relación al contexto social y temporal en que fue creado. Por otro lado, nos vemos a nosotros mismos más como diseñadores de «método» que de «inspiración». Creemos que la herramienta más potente que tiene el diseño es la de pensar globalmente para proponer soluciones concretas. Por último, procuramos ser conscientes de las consecuencias ambientales y laborales de las decisiones que tomamos en nuestra actividad diaria y valorar el trabajo de nuestros colaboradores y proveedores.
el libro como objeto bello
Nos cuesta pensar que un libro pueda resultar interesante sin tener en cuenta su contenido, de hecho, en términos de responsabilidad ambiental, nos parece que, hoy en día, producir un libro atendiendo solo a sus cualidades formales y de diseño es un ejercicio de vanidad difícilmente justificable.
Por otro lado, nos parece que ese debate entre lo digital y lo físico es un tanto artificial. Creemos que las dos cosas son necesarias, que tienen su lugar y que en muchas ocasiones van de la mano. El «papel» aporta cualidades físicas, casi antropológicas después de 500 anos acostumbrados a ese formato; también aporta perdurabilidad ya que, lo digital, contrariamente a lo se pueda pensar de manera intuitiva, está adquiriendo una cualidad efímera, principalmente debido la obsolescencia y caducidad de los formatos digitales. Lo bueno que aporta lo digital también es conocido: inmediatez, comodidad, interactividad, conectividad,…
ser tu propio cliente
No hay mucha diferencia en la manera en la que afrontamos los proyectos propios y otros trabajos, más allá de la cuestión, no poco importante, de que unos están mediados por la existencia de un cliente y un intercambio económico. Pero la manera de idearlos, afrontarlos y desarrollarlos es muy parecida o casi la misma.
Por ejemplo, en los próximos días, se inaugura una exposición que mostrará el resultado de un proyecto de investigación que llevamos tiempo desarrollando junto a Marcos Dopico, titulado «A Galicia deseñada». Se trata de un relato sobre la cultura y la historia del diseño gallego elaborado a partir de una selección de 100 símbolos, marcas e identidades gráficas.
En breve, además, publicaremos en Fabulatorio el catálogo de la exposición. Estamos muy ilusionados con este proyecto porque, que nosotros sepamos, es la primera vez que se reúnen en Galicia, en un mismo espacio, ejemplos gráficos que van desde la Edad Media hasta el presente, y porque esa selección se haya realizado aplicando criterios de diseño.
Ese trabajo, además de enriquecernos por el contacto con muchos diseñadores y diseñadoras de generaciones anteriores a la nuestra, nos ha aportado un aprendizaje bastante profundo sobre nuestra cultura gráfica y la posibilidad de establecer lecturas de continuidad entre diferentes momentos históricos.
aportar valor desde galicia
Pensar en que se pueda «aportar» algo desde la periferia es una formulación que implica, de entrada, la existencia de un «centro». Tendríamos que empezar a pensar más en lo que pueden aportar los diferentes «centros» a todas las «periferias», en vez de funcionar como atractores de recursos de todo tipo, con todos los desequilibros conocidos que eso genera.
En todo caso nos resulta muy difícil ubicar y asociar los términos de periferia y centro a un lugar específico, y estamos seguros de que para cada periferia existe un centro que, a la vez, es periferia de otro lugar. Nosotros mismos estuvimos algunos años trabajando en dos aldeas diferentes que se podrían considerar periferia de las ciudades de Galicia en las que vivimos y trabajamos ahora.
«Estamos seguros de que para cada periferia existe un centro que, a la vez, es periferia de otro lugar.»
Desescribir
Lo interesante de este relato sobre las periferias es decidir cual es el «centro» de cada uno, ese sitio aspiracional al que uno desea llegar y que no pasa, en absoluto, por estar en una u otra capital y que, incluso, puede no tener que ser un lugar. Queremos decir con esto que para nosotros puede ser mucho más «centro» el trabajo que pudo realizar un diseñador como Luis Seoane en los años 50 en su exilio en Argentina que trabajar en Madrid o Londres.