La lista de concursos especulativos de diseño, lamentablemente, no para de crecer. Nos encantaría decir que, a estas alturas, los organismos públicos empiezan a darse cuenta de cómo este tipo de iniciativas menosprecian y dañan el trabajo del diseñador, y que empiezan a velar por la profesión lanzando concursos de diseño dignos. Pero, por muchas críticas al respecto y muchos ejemplos de malas prácticas en materia de concursos de diseño que haya, parece que sigue sin calar; seguimos encontrándonos concursos como el siguiente. Esta vez, la propuesta sale desde el Ayuntamiento de San Javier (Murcia) que convoca por primera vez un concurso para diseñar el cartel anunciador del XXI Festival de Jazz de San Javier 2018.
Aunque ya sean muchos los concursos de diseño de carteles de eventos de este tipo, en el caso de este concurso de diseño del cartel anunciador del XXI Festival de Jazz de San Javier 2018, resulta bastante curioso el trato diferenciador que se le da a dos profesiones que beben de disciplinas creativas. No deja de resultar extraño que a los músicos de jazz profesionales que engrosan el cartel de este festival internacional se les haya contratado directamente y a los diseñadores se les tenga que convocar en un concurso para escoger al mejor.
¿Por qué no se ha convocado un concurso de músicos?, ¿por qué no se ha lanzado uno en el que, de todos los músicos que toquen en la edición de este año, se decida que solo cobre el que más haya gustado al público al final del festival?
¿El resto de músicos estarían de acuerdo en tocar gratis a cambio de la promesa de ser el ganador de la remuneración?.Y siguiendo con el paralelismo, ¿los músicos de jazz de este festival internacional estarían dispuestos a trabajar por un puñado de aplausos como premio?. Porque en la mayoría de concursos de diseño de este estilo el premio suele ser la ‘repercusión mediática y el reconocimiento’.
Además de esta particularidad, el resto de las bases siguen el mismo patrón que muchas propuestas ‘concursiles’. Según las bases, se trata de un concurso ‘semiabierto’ que anima a participar a «cuantos artistas y diseñadores estén interesados en el mismo». Por lo que cualquiera que se autodenomine artista o diseñador no tendrá ningún problema en presentar su obra. Para garantizar un mínimo de calidad en la propuesta presentada, ¿no debería exigirse algún tipo de documentación legal que acreditara una actividad profesional entorno al diseño gráfico?. En cualquier caso, en este concurso, sea un profesional o un particular, el participante solo puede optar a ganar los 2.500 € del premio.
Si seguimos leyendo las bases, tras ofrecer un breve briefing, vemos que el texto presenta a los integrantes del jurado. Al contrario de lo que cabría esperar en un concurso de diseño, la mayoría de los componentes de este no parecen ser profesionales especializados en diseño gráfico ni en comunicación. El jurado está compuesto por:
«El Sr. Alcalde-Presidente o persona en quien delegue, el Director del Festival de Jazz, el Subdirector del Festival de Jazz, un representante del Grupo Popular, un representante del Grupo Socialista, un representante del Grupo Ciudadanos, un representante del Grupo Ganar San Javier y Doña Pilar Escanero de Miguel, Profesora Titular de Historia del Arte en la Universidad Miguel Hernández».
Solo este último miembro podría aportar una perspectiva más cercana al ámbito del diseño donde se sitúa un proyecto de cartelería como el que van a juzgar. Siendo así, ¿de qué manera puede ser analizada y evaluada una propuesta en criterios de efectividad en comunicación?, ¿hasta qué punto no entran en juego las opiniones personales como las que podría tener un mero espectador?
El texto de las bases no finaliza sin antes advertir que:
«El Ayuntamiento queda facultado para introducir alguna modificación en los carteles premiados si existiera alguna dificultad técnica para su impresión o para introducir algún texto o logotipo que no figure inicialmente en estas bases».
¿Realmente esto sería necesario si el diseño del cartel lo encargaran directamente a un profesional en diseño gráfico?, ¿tan mal creen que va a venir la propuesta ganadora del cartel que creen imprescindible avisar de que el Ayuntamiento puede meter mano en el diseño?. La verdad, es que no es de extrañar ya que el resultado de este tipo de concursos no suele estar a la altura de un trabajo profesional que solucione verdaderamente las necesidades que tiene el proyecto.
Todo esto nos lleva a preguntarnos una vez más, ¿qué estamos haciendo mal los diseñadores?. ¿Será que nos faltan representantes (como los de los músicos) que rechacen por nosotros participar en este tipo de propuestas?.
Si quieres saber más sobre cómo debería ser un concurso de diseño para que no se considere especulativo y que su resultado sea satisfactorio, puedes echarle un vistazo a La Asociación Galega de Deseñadores se posiciona contra los concursos de diseño, Comunicado de la READ sobre los concursos de diseño, o a La EASD se niega a participar en un concurso de diseño que premia al ganador con 300 €, un lote de productos y visibilidad
Actualizado 17/11/2022