Cómo tirarte piedras a tu tejado…

Hace unos días contemplé estupefacto la cantidad de personas que accedían a Gràffica con bloqueadores de publicidad. ¡40 %! Expulsé blasfemias y juramentos en lenguas muertas hasta que me calmé.

Empecé a preguntar a la gente de la redacción y en sus ordenadores personales la mitad también usaban bloqueadores. ¡Alucinante! Entiendo que la publicidad en ocasiones es molesta, pero no es nuestro caso ya que intentamos que la publicidad sea sectorial y de interés para el lector.

No entiendo nada. ¿Cómo es posible que personas que trabajan en este sector bloqueen la publicidad de las webs? Parece que no son conscientes de la gravedad del tema.

Curiosamente ese día estaba en la redacción un reputado tipógrafo y ante mis lamentos por la cantidad de dinero que supone esto dijo: «Hombre, no será por mí que perdéis dinero». A lo que respondí: «Pues estábamos pensando en encargarte una tipografía a medida, pero por culpa de gente como tú que bloquea nuestra publicidad no tenemos dinero para hacerlo».

¿Pero cómo no se dan cuenta? Habitualmente oigo lamentos de lo mal que está la profesión, de los precios tan bajos, de los sueldos, del poco trabajo que hay… y luego un día te despiertas con esto.

Si no somos conscientes de que formamos parte de la cadena, que si nosotros no consumimos los productos que generamos, difícilmente conseguiremos ganarnos la vida con esto. Porque un simple banner es la pequeña piedra que hay detrás de una agencia de medios, de un cliente, de una editorial, de un diseñador, de un grafista, de un ilustrador… de ti mismo.

Ya ni os digo lo que supone piratear películas, música, libros, tipografías o software…

Luego todo el mundo tiene la excusa perfecta: «que si las productoras americanas no les afecta», «que si se lo tienen merecido», «que no es para tanto»… Si no somos conscientes de que nuestra inmoralidad afecta a nuestro propio bolsillo –ya que todo es una cadena– es que tal vez no deberíamos dedicarnos a esto.

Y en este caso, lo peor es que estamos hablando de un medio gratuito. Es imaginable bloquear todos los pop-ups de las páginas de contenidos ilegales, aquellas donde la publicidad es tan invasiva que ni deja leer o acceder al contenido. Pero es que ya no solo queremos no pagar por nada, sino que además no queremos que nos molesten con publicidad. Una publicidad que cada vez es más personalizada y que, con mucha seguridad, lo que nos muestren nos interesará por algún motivo u otro.

No queremos ver publicidad ni pagar ni nada, eso sí, por nuestros servicios queremos que nos paguen una millonada. ¿En serio?

Después de esto hemos implementado un sistema que impide entrar en la web si no se quiere ver publicidad. Y claro, algunos se han enfadado. Que qué desfachatez, que no van a volver a leernos, que es una vergüenza. ¿Pero de qué se creen que sobreviven los medios? Solo os pedimos que nos pongáis en la lista blanca de vuestro AdBlock. Las 10 personas que trabajan en la redacción os lo agradecerán enormemente.

Aquellos que tengan bloqueadores, o que descarguen pelis, tipos o programas ilegales, mejor que no lo digan delante de mí con la vanidad que caracteriza al espabilado que consigue lo que los demás no somos capaces. Porque tendría que llamar a la policía o explicarles lo que no son capaces de ver; que se están tirando piedras sobre su propio tejado. Igual no llamo a la poli, pero los borraré de mi Facebook. Seguro que eso les afecta más.

¡Madre mía!, creo que ya necesito vacaciones.

 

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