Es que no hay manera de tener una semana tranquila. Siempre hay alguna historia que nos enfada e indigna. Y no lo digo por la corrupción política, que también.
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Cuando no es una ilegalidad como la del Ayuntamiento de Barcelona que permitía descargar una tipografía, es la Junta de Andalucía que cierra las escuelas de diseño. Y sino un conseller de la Generalitat Valenciana que pretende que los diseñadores le hagamos el cartel del Día Mundial del Consumidor por la cara. Un sinvivir.
Menos mal que el Ayuntamiento de Barcelona ha rectificado y la tipo ya no se puede descargar gracias a la difusión de nuestro artículo. Ahora es cuando toca decir: «¡Sí se puede!». Aunque hay algunos que se han molestado por el hecho de que lo publicáramos, ya que consideran que hemos sido nosotros los culpables de una descarga masiva. El caso es que hagas lo que hagas siempre habrá alguien que le disgustará. Los comentarios que más me gustan son los que vienen de quienes no hacen nada pero les desagrada todo lo que hacen los demás. Si es que… «hay gente pa’ to».
Si quisiéramos estaríamos cada día contando y persiguiendo cosas de este tipo. Que si un concurso indignante, que si un Ayuntamiento hace, que una empresa copia, que un diseñador fusila, que la abuela fuma y el padre es feo…
Y la pregunta que me hago constantemente es, ¿quién debe perseguir estas cosas? Desde luego las asociaciones de profesionales no lo hacen. Están en otra cosa y no les interesa alzar la voz al casero no sea cosa que se enfade. Y los diseñadores ya tienen bastante con intentar sobrevivir como para además ponerse a perseguir tropelías. ¿La Administración? ¿Los señores políticos? ¡Uy! Pues no sé yo. Esos sí que están en otra fiesta. Entre sobre y sobre no les da por pensar en nosotros y en casi nadie. Demasiadas cosas que resolver antes.
Y la poderosa prensa generalista lo tiene claro también. Si hablan de temas de diseño es para contar una anécdota o ver las cosas desde un prisma muy, muy reducido. Como dice el periodista del Levante, que si no nos presentamos al concurso del cartel del Día Mundial del Consumidor es porque la Generalitat ya no tiene prestigio para que nos interese aunque solo sea para hacer currículum… ¡Hombre, no será por eso! Será porque no pagan un euro. Que hay que tener cara.
En fin, la semana que viene seguro nos esperan más sorpresas. Igual la diosa Fortuna nos da un golpe de suerte y cambia el rumbo… porque si hay que esperar a que alguien lo cambie, mejor encomendarse a una diosa romana que a alguien más terrenal.