Kike Infame habla con Ata, editor de esta nueva «División Sesuda», quien le cuenta cómo fue el proceso de reedición de Mear sangre y por qué se lanzan a editar narrativa.
Mear sangre es una obra de 1976. ¿Cómo conoces la obra?
Descubro Mear sangre en 2005 a través de un extenso artículo de Grace Morales en Mondo Brutto. Mondo Brutto era una revista de los años 1990 a 2000, pionera en temas de cultura popular y de la España bizarra. Sembraron la mayoría de temas de los que se nutren las editoriales alternativas contemporáneas: macarras, sectas, satanismo… unos visionarios.
El artículo desmenuzaba el libro de arriba abajo apuntando la violencia, las juergas y la verdad desnuda y salvaje. Había ironía y cierto desdén por las escasas habilidades literarias del autor, el desorden y los saltos narrativos, esa autenticidad, esa voz real no reconstruida ni sofisticada bajo la tutela de nadie, sonaba de lo más interesante unida a un relato tan crudo.
¿Qué tiene el libro para que sea una necesidad recuperarlo a pesar de las dificultades que entraña?
Es una rara avis en la literatura en castellano. Una autobiografía sin filtro, de una sinceridad brutal, con un estilo casi «magnetofónico», que conecta con el lector por una vía poco habitual que es la naturalidad absoluta y la capacidad intuitiva para el relato. Sería el equivalente literario a las obras de arte folk y outsider, en las que no hay influencias ni referentes, sino la necesidad de expresarse del propio autor.
Mery Cuesta en el epílogo bautiza este género como «literatura brut». Además, claro, lo que se cuenta es de una intensidad importante, una infancia violenta, delincuencia juvenil, tres años de cárcel de los 16 a los 19 con una experiencias terribles, la Legión y su carrera como boxeador de éxito con las mieles y los excesos que acompañan al éxito y al dinero.
Desde la perspectiva moderna el libro es muy crudo, incluso políticamente incorrecto. ¿En alguna ocasión te has cuestionado si no podía entender el libro el público actual?
Sí, esa duda existió porque es un texto ciertamente contundente, aunque no deja de ser reflejo de una época y de una verdad. Es memoria colectiva. No admite un juicio de valores contemporáneo. Hace falta ser muy joven, pacato, integrista o las tres cosas a la vez para no entender el contexto y las circunstancias. El prólogo de Jimina Sabadú y el epílogo de Mery Cuesta ayudan a colocar los sucesos en un momento de la historia y sociedad españolas.
El prólogo de Jimina Sabadú y el epílogo de Mery Cuesta ayudan a colocar los sucesos en un momento de la historia y sociedad españolas.
También comentamos con Dum Dum el hecho de que hoy en día podía haber fragmentos de difícil digestión para algunos lectores, y él argüía que aquello había sido así, que fue verdad. Que se arrepentía del mal que hubiera podido hacer, pero que todo era cierto. No es un libro para valorar desde una óptica y unos valores actuales, es fruto de su tiempo y de la vida, nada fácil, del autor.
¿Ha sido complicado hacerte con los derechos para poderlo editar?
Lo complicado fue dar con él, ni a través de la Federación, ni rastreos internáuticos, o buscándole y preguntando por Hortaleza, donde le ubicaba el mini documental de Vice de hace unos años. Pero de repente un día, en un antiguo hilo de Facebook que comentábamos lo complicado que estaba siendo, Iñaki Domínguez se ofreció a presentárnoslo. A partir de ahí fue todo sencillo y cordial.
¿Cómo ha sido el trabajo con el protagonista, Dum Dum Pacheco?
Todo facilidades y colaboración. Nos traía un montón de fotografías y recortes cada vez que nos veíamos, que vinieron fenomenal. Apreciaba todo lo que le mostrábamos: portada, textos para contra o solapas, el diseño… te preguntaba si lo íbamos a hacer de tal manera o de otra, pero confiaba plenamente y estaba encantado.
En realidad la única parte que hemos trabajado de verdad con él es la entrevista final, unas quince páginas, sobre su vida después de la publicación de Mear sangre. Su trayectoria boxística, su paso por el cine y participación en taquillazos de la época: Todo er mundo e güeno, Yo hice a Roque III,… los famosos con los que se relacionó en Marbella y Benidorm, y cómo empezó a irse todo al garete tras un accidente automovilístico que casi le cuesta la vida y su poca cautela a la hora de gestionar su fortuna. Todo sin pretender amarillear ni entrar en intimidades.
A través del prólogo y de un epílogo, más la entrevista, contextualizáis la época y al personaje. ¿Cómo ha sido el proceso de documentación para llevar a cabo la obra?
Hay mucha información en la prensa de la época. Los boxeadores de los 70 eran tan famosos como pueda serlo a día de hoy un futbolista o un torero. Además Dum Dum tenía mucho carisma, con lo que además de las noticias sobre su trayectoria profesional, se hacían eco de su vida en las revistas del corazón, sociedad, políticas, la revista Fuerza Nueva le dedica un artículo… incluso pornográficas, jajaja, hay un número de la revista Lib que lleva una entrevista con Dum Dum. Lo que nos facilitó él, más lo que buscamos, más las conversaciones que íbamos manteniendo, era lo que nos permitió armar la entrevista de una manera fluida.
El libro coincide con una época en la que el cine kinki muestra, con un punto moralizante y por otra con un registro tendente al morbo, la realidad de la delincuencia juvenil de aquellos años de una falta de horizontes inmenso, algo que se refleja sin maquillaje en el libro.
Dum Dum lo cuenta como la salida natural a una situación, con catorce años ha pasado ya por media docena de trabajos de aprendiz, de esos en los que el jefe te da una paliza que te deja inconsciente si se te cae una caja, por ejemplo… calcula… Necesita dinero para llevar a su casa y no quiere pasar más por eso. Dos y dos son cuatro. Es buen pegador y a esa edad y se junta con colegas aficionados a pegar palos. Mi sensación es que para él la parte negativa de todo eso fue acabar en la cárcel; las peleas, robos y demás, era «lo normal».
¿Qué es lo que más te ha sorprendido de la historia de Pacheco?
Su vida es una película, un libro, en este caso, en el que no escatima detalles. Te haces perfecta idea de cómo eran las celdas de castigo de Carabanchel, del trato que brindaban los funcionarios y presos de confianza al resto, … es un gran narrador de manera natural. Hay mucho escritor con ínfulas, que de tanto rodeo y tanto ripio, son incapaces de emocionar aunque contaran exactamente lo mismo.
la nueva edición
El libro lo realizas en dos tintas, con imágenes de archivo del propio boxeador. ¿Cómo ha sido la edición del libro?
No pudimos conseguir los derechos de la cubierta original de la primera edición, era de unos diseñadores chilenos a los que no conseguimos seguir el rastro. Así que para armarla de nuevas buscamos elementos que pudieran remitir a la época sin caer en una estética forzadamente vintage. Los carteles de boxeo de los 60-70 también jugaban habitualmente con dos colores, o bien negro y rojo, o azul y rojo, por las limitaciones técnicas, presupuestarias y combinaciones cromáticas de impacto. Queríamos tener también el título como pieza principal, es brutal.
Va estampado con golpe en seco y el arte final parte de sellos de caucho y madera, todo el contenido del libro es tan bestia, que una fuente mecánica, redondeada y perfecta nos parecía que no transmitía la dureza del contenido. La elección de la foto fue un poco en esa misma dirección. Desterramos todas en las que la actitud fuera todo triunfo, saltos, brazos en alto… eso sería engañar, eso no sería Mear sangre, no es una oda ni un panegírico que presente a Dum Dum como un súper héroe. Es una vida durísima.
¿Nace la «División Sesuda» de Autsaider para poder publicar el libro?
Bueno, cuando nos planteamos publicar narrativa además de cómics, que es a lo que se dedica Autsaider principalmente, había una serie de libros que no entendíamos cómo no eran de interés para ninguna editorial, Mear sangre entre ellos. Para nosotros una de las razones que justifican la existencia de la editorial es publicar material excepcional que de otra manera no vería la luz o quedaría en el olvido.
¿Cuáles son los próximos pasos de la división?
Tenemos un nuevo ensayo periodístico de Eduardo Bravo, autor de Villa Wanda y UMMO. También hay un libro de relatos sexuales femenino preparado, la cuestión es que en el proceso, una editorial grande ha comprado los derechos de dos novelas de la autora, inédita hasta ahora, y por no entorpecer los planes nos toca esperar. Y el tercero, obra de un gran líder político mundial, que de gestión no viene fácil, así que habrá que empujar con más fuerza.