El estudio barcelonés Atipus se ha encargado del desarrollo de la identidad gráfica y de las diferentes aplicaciones de Rítmia, la nueva marca para la musicoterapeuta y educadora Celia Castillo.
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Rítmia es la nueva marca para la musicoterapeuta y educadora Celia Castillo. El estudio barcelonés Atipus se ha encargado del desarrollo de la identidad gráfica y de las diferentes aplicaciones que la componen: tarjetas de visita (3 modelos), carpetas, catálogo-póster, portadas de dossier y galleta CD.
«La identidad se basa en los ejercicios rítmicos que Celia desarrolla en sus sesiones, el objetivo de los cuales es provocar diferentes estados de ánimo en sus pacientes», comentan en Atipus.
Cómo diseñar una identidad relacionada con la música y no caer en los tópicos ha sido el mayor reto. «Queríamos diseñar una identidad que se identificara por su lenguaje más que por la propia marca». Algo que han conseguido mediante un equilibrio de líneas geométricas a veces puntiagudas y rectas combinadas con curvas más sinuosas. Todo ello unido a un juego cromático.
La tipografía elegida ha sido una Avantgarde ligeramente modificada para la marca y los titulares de las portadas de los dossiers y como tipografía secundaria se ha optado por una Caslon «para compensar el palo seco de la Avantgarde», explican, «nos interesaba el contraste entre ambas y nos aportaba un ligero toque femenino». El hecho de utilizar una tipografía neutra se entiende a la perfección debido al lenguaje de la identidad, «era muy potente y no queríamos que compitieran visualmente».
Todo el trabajo de Atipus se basa en los ejercicios de Celia y los cambios de estado de ánimo que sus pacientes ‘sufren’ durante las sesiones. «De momentos más racionales a momentos más pasionales o de estados más acelerados a estados más tranquilos, por ejemplo. Estas transiciones se reflejan básicamente gracias a dos recursos: la combinación de formas puntiagudas y suaves y la cromática». Respecto a la elección de la gama cromática, todas las aplicaciones contienen un degradado que pasa de los colores denominados ‘calientes’ -pasión, movimiento, improvisación- a los ‘fríos’ -control, calma, razón-, o viceversa. «Evidentemente también se buscó que formalmente las piezas fueran cromáticamente armónicas».
Rítmia es un ejemplo claro de los buenos resultados que supone establecer un vínculo entendimiento estudio-cliente a la hora de desarrollar un proyecto, independientemente de la envergadura de este. «En el caso de Rítmia nos entendimos rápidamente y todo fue sobre ruedas desde el principio». Sin duda, un trabajo de diseño en equilibrio, con ritmo y cadencia.
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