«Isabelle Dumarchey tenía diez años cuando una gitana le pronosticó que moriría sedienta y de pie, tal vez bailando, en un día de invierno muy lluvioso, de un año imposible de determinar. Sus padres no le dieron mayor importancia a esas palabras», así comienza El día señalado, donde coinciden los textos del escritor Enrique Vila-Matas y la elegancia ilustrada de Anuska Allepuz.
«La literatura de Enrique Vila-Matas tiene esa corporeidad inaprensible de las atmósferas kafkianas. […] Los lectores de Vila-Matas (nunca mejor dicho, tratándose de unos entes que el mismo autor ha ido creando a lo largo de su trayectoria) forman parte de su mundo. Apreciar su literatura no quiere decir otra cosa que entender su mecanismo de representación», J. Ernesto, El País.
El día señalado de Anuska
«A partir de ese momento toda su vida consistirá en evitar esas circunstancias, siempre alrededor de una fecha determinada. Cada año, al acercarse el día, vivirá aterrada por la posibilidad de que acontezcan los elementos que confirmarían el fatal augurio», bajo estas palabras Anuska Allepuz ilustra la vida de la protagonista con imágenes en blanco y negro pasando por una extensa gama de grises, los cuales transforma en pequeños matices que dan apoyo visual al libro de Enrique Vila-Matas.
Las delicadas ilustraciones interpretan, a través de luces y sombreados, el devenir de la vida de la protagonista y su entorno, la soledad y el vacío de la bailarina, la incertidumbre de conocer cómo morirá pero sin fecha concreta.
Anuska Allepuz es una ilustradora española afincada en Londres. Actualmente estudia en el Cambridge School or Art la especialidad de Ilustración de cuentos infantiles, mientras lo compagina con su carrera profesional como ilustradora freelance, bajo la representación de la agencia Pencil Ilustradores. He recibido varios galardones por su trabajo entre ellos el Highly commended in the Macmillan (UK) Prize for Children’s Illustration. Además fue seleccionada para la exhibición colectiva Spotlight on reading de la Feria del Libro de Bolonia.
Entre sus clientes, repartidos por varios países tanto europeos como sudamericanos, se encuentran prestigiosas editoriales como WalkerBooks, Anaya, Edelvives, el Instituto Cervantes, Castillo, o Edelbra, entre otros muchos.
