Adrián Suárez, vuelve a sorprendernos con un corto de poesía visual, pero esta vez desde una perspectiva mucho más cinematográfica. Para conocer en mayor profundidad este nuevo proyecto, hemos querido hablar con él sobre Alone with everybody.
Alone with everybody de Charles Bukowski es el último proyecto propio de videopoesía de Adrián Suárez; un proyecto que le ha permitido expresarse y «sentirse vivo». Con esta pieza, le ha puesto cara y voz a la poesía de Bukowski en la que el ser humano convive con la soledad, rodeado de emociones intangibles y de difícil descripción empleando únicamente la palabra. Aunque el propio autor define el poema como pesimista, apoya la idea de que «refleja muy bien una realidad de hoy en día».
Al interesarnos por cuál fue la principal motivación para lanzarse de nuevo a la realización de un proyecto personal –detrás del cual no hay marca que respalde su producción–, Suárez nos cuenta que, a aunque trabaje como realizador audiovisual en la productora Demente , para él es importante tener siempre un proyecto personal en mente: «En el día a días llegan trabajos interesantes, pero siempre es un aliciente tener algo que uno quiera ejecutar como le de la gana. Me parece fundamental para sentirse vivo. Si bien es cierto me gustaría hacer más cosas de este estilo, pero evidentemente son proyectos con bajos recursos en donde uno tarda un tiempo, no solo en pensarlos, sino en producirlos».
El cortometraje de menos de dos minutos de duración, nació de la inquietud de crear una pieza propia que reflejase otro de los estilos en los que se siente cómodo el creativo. «Este nuevo poema tiene un look muy cinematográfico que nada tiene que ver con el look anterior mucho más plástico. La verdad es que son dos mundos en los que me siento cómodo, y quería desarrollar un proyecto más cinematográfico», nos confiesa.
Asimismo, el proceso de creación no fue sencillo: «Este tipo de proyectos llevan su tiempo, la idea es que queden con un alto nivel, y para eso uno no puede escatimar en cámara, lentes, o luces. Al igual que rodearse de un equipo profesional en todas las áreas. Si uno quiere que no le salga tan costoso, tiene que recurrir a amigos del sector y convencerles de que se apunten al proyecto. Esto lleva su tiempo, ya que cuando pueden unos no pueden otros. Desde tener la idea hasta la ejecución final ¡han pasado 8 meses! Solo para un minuto y medio… pero cuando uno lo ve finalizado de eso se olvida. Del presupuesto, contando con que todo el mundo trabajó grátis, la pieza salió por alrededor de los 3.000 dólares. En circunstancias normales la pieza habría costado unos 30.000 dólares. Por eso estoy muy agradecido a todos los profesionales que se apuntaron a esta idea y a toda la gente que me colaboró y por su puesto a la productora en la que trabajo, Demente».
Además de las dificultades habituales de recursos, hubo otro contratiempo; la idea inicial tuvo que ser sustituida: «Después de elegir el poema, me puse a pensar como desarrollarlo, me hubiese encantado tener gran cantidad de modelos, haberlos desnudado y haberlos amontonado en alguna localización, como si se trataran de objetos y no de personas. Finalmente esta idea la tuve que descartar porque no encontré la forma de convencer a tanta gente que se quisiera desnudar», explica el creativo.
Suárez, ya publicó dos exitosos cortos de poesía visual –Instrucciones para cantar y El minuto– gracias a los cuales ha conseguido realizar importantes proyectos a nivel digital para Snapple USA (Pepsi).
Además, este amante del formato de video corto goza de una extensa y esmerada producción, caracterizada por el cuidado que se le otorga a cada segundo del cortometraje, pues para Adrián Suárez «cada segundo es importante y cada plano se piensa mucho».
Adrián Suárez –que actualmente forma parte de la productora audiovisual Demente–, aunque ve el campo de la videopoesía como un formato muy prometedor, por ahora no está seguro de continuar en él, pues no descarta investigar otros campos audiovisuales. Estaremos atentos a los próximo proyectos del creativo.
Sobre Adrián Suárez
Adrián Suárez comenzó su carrera profesional trabajando como director de arte y supervisor creativo para diferentes agencias de publicidad en España, como DDB Madrid y la agencia independiente Dommo, para marcas como Alfa Romeo, Lancia, Movistar, LG, Toshiba, Heineken o IKEA entre otras. Su vocación por contar historia le llevó a dar el salto a la dirección audiovisual tanto en formato de spots publicitarios como en formato documental. Además colabora como ‘contributor’ para varios medios de comunicación desarrollando reportajes y fotoreportajes.