Yesterday and Today, el noveno álbum de The Beatles editado en 1966 pasó a la fama por la controversia que generó su portada. Conocida popularmente como the butcher cover (la portada del carnicero), en ella aparecían los 4 miembros de la banda vestidos con una bata blanca y luciendo una amplia sonrisa. Hasta aquí todo bien, lo chocante es que entre Ringo, Paul, John y George vemos diferentes piezas de carne descuartizadas y varias muñecas decapitadas. La censura americana no fue indulgente e inmediatamente retiró el portada de las tiendas de discos. Cinco días después, apareció una nueva portada en la que los Beatles posaban simplemente en un baúl.
En marzo de 1966, el fotógrafo Robert Whitaker tenía a los componentes de The Beatles en su estudio para realizar una pieza conceptual titulada A Somnambulant Adventure (Una aventura sonámbula). La serie de fotos pretendía simbolizar mensajes filosóficos e incluyó los cuatro Beatles unidos a una mujer por una ristra de salchichas que representaban un cordón umbilical -simbolizando el nacimiento de los Beatles–.
En una parte de la sesión, Whitaker tomó una serie de fotos del grupo vestidos con batas de carnicero y cubiertos con trozos de carne sanguinolenta, cabezas y otras partes de las muñecas de plástico. Por si esto fuera poco, éstas también lucían quemaduras de cigarrillos, junto con ojos de juguete e incluso un par de dientes falsos por ahí. Cansados de las sesiones habituales de fotos, el grupo le siguió el juego a Whitaker y su ‘concepto’, bastante compatible con el propio humor negro de los 4 Beatles.
El departamento de arte de Capitol elaboró el diseño de la portada destinada originalmente para Yesterday and Today en la que se muestra una imagen de George y Ringo de pie alrededor de un baúl, con John sentado encima y Paul dentro del mismo. Capitol presentó la imagen al manager de los Beatles, Brian Epstein, pero cuando Brian se la mostró a la banda, John, después de haber visto las fotos de la reciente sesión ‘de carnicero’ de Whitaker, decidió que quería usar una de esas en su lugar, y los otros Beatles le siguieron con en esta idea.
A pesar de que el departamento de ventas de Capitol protestó enérgicamente, finalmente, la compañía preparó la foto de portada como The Beatles deseaban durante mayo de 1966. Para junio, se avanzaron algunas copias del álbum dirigidas a disc jockeys y periodistas musicales para que realizaran las correspondientes reviews. Incluso también se distribuyeron copias en algunas tiendas seleccionadas. La respuesta fue inmediata y contundentemente negativa. Las tiendas se negaban a mostrar el álbum debido a la portada grotesca. Tony Barrow recuerda que la portada podría haber sido peor, ya que se podían haber incluido manchas de sangre realizadas en aerógrafo en las batas de los Beatles. Sin embargo, ya parece que fuera bastante ofensivo.
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