El estudio de diseño industrial Abad platea una nueva etapa en su proyecto tras muchos años de andadura y varias generaciones. Han trasladado así su reflexión sobre la estrategia a un concepto de branding.
Abad se describe como una marca rotunda, masculina y sólida que se sintetiza en un Product designers, texture collectors. Con esta nueva imagen, se consolida aún más y le da «sentido, continente y contenido al universo Abad: un diseño macizo».
De esta identidad se ha encargado Marina Goñi, quien dirige la consultoría de marca homónima: «Somos una consultora de marca que trabaja para proyectos únicos, ambiciosos y llenos de ese algo, que no se puede explicar».
La pieza que destaca del proyecto es la caja-catálogo, inspirada en las que usan los coleccionistas para clasificar sus muestras. De esta forma, el catálogo de producto no solo muestra las fotografías de sus piezas sino todo su universo: materiales, maquetas y texturas. Este concepto contiene en su interior diferentes piezas organizadas. Esta idea responde a la identidad que hay detrás del logotipo y la traslada a las piezas.
De esta forma, la disposición de las letras del logo imitan la distribución de distintas piezas en la caja de coleccionista. La forma del troquel de la carpeta y de las tarjetas funcionan estéticamente como archivadores. Para ello, solo se ha utilizado una tinta y dos materiales.
El estudio Abad ha incorporado los sentidos como el tacto y el olor para evocar el universo de sus productos. Con estos recursos buscan captar la «atención de los jefes de producto de las empresas editoras de mobiliario (sus potenciales clientes), para destacar entre la multitud de dossiers que reciben cada semana».
Respecto a las fotografías, el nuevo branding se refleja por medio de un reportaje visual, no solo sus productos y actividad, sino de toda su filosofía: el espíritu, los principios y el concepto de la marca y las personas que hay tras ella.
Para ello, el estudio se trasladó a varios talleres a retratar artesanos involucrados en la construcción de las piezas. «Buscamos distintas localizaciones y hasta nos fuimos al bosque de aventura para encontrar el ambiente ideal para unos productos que para su construcción se sirven de materiales naturales», aseguran.
En cuanto a la web, es el lugar donde se almacena el contenido multimedia. Fotografías y gifs desde el comienzo del estudio, que recogen tanto el portfolio de productos de la empresa como sus procesos. Para dar la bienvenida al visitante, un vídeo en la página principal muestra a los hermanos Abad entrando y saliendo del monitor para ir «cargando» sus productos.
“Abad se describe como una marca rotunda, masculina y sólida…”. Primera frase y seguimos con sexismos a flor de piel, asociando lo robusto y macizo a lo masculino, además de definir lo que se supone que tiene que ser masculino o femenino.