Cualquier artículo susceptible de ser desechado puede ser transformado en una pequeña obra de arte tras pasar por las manos del diseñador freelance Rob Draper.
Este diseñador y calígrafo británico emplea toda su creatividad en dotar de belleza única a los objetos que la gente tira. Pretende revaloriza aquellas cosas que han dejado de ser útiles para el usuario, como servilletas de papel, vasos y platos de cartón, lápices, sobres gastados, comida, etc.
Suele cubrir estos objetos con frases positivas e inspiradoras. Algunos se los lleva a casa para trabajar en un diseño más elaborado, pero en ocasiones termina el lettering in situ y lo deja allí donde se lo encontró con la esperanza de provocar una sonrisa en aquella persona que se lo encuentre.
«Siempre me he sentido fascinado por el contraste que se genera al unir una bonita creación con algo desechable que ya ha perdido su valor. Es como darle una segunda oportunidad, otra vida»
Rob Draper ha fotografiado y recopilado en su web y en su cuenta de Instagram todas las piezas que ha ido caligrafiando. Según cuenta el diseñador, los objetos con los que ha tenido más éxito han sido los vasos de café, unos lienzos perfectos para plasmar su despliegue caligráfico.