Raghava KK, artista multidisciplinario y nombrado por CNN como una de las 10 personas más notables del año 2010, presenta en TED Talks My 5 lives as an artist. Esta charla autobiográfica muestra como el trabajo del artista se ha visto fuertemente influenciado por vivencias personales y acontecimientos sociales.
Raghava KK ha realizado cuatro charlas en la famosa plataforma TED, y actualmente está trabajando en su próximo espectáculo con el que pretende abrir su arte y fomentar la participación, cambiando así el papel del espectador.
A continuación, la transcripción en español de esta conferencia, traducida por Sebastian Betti y revisada por Sara Olivera:
Creo que fue en segundo grado que me pescaron dibujando el busto de un desnudo de Miguel Ángel. Me mandaron directamente a ver a la directora y ella, una dulce monja, miró mi cuaderno con disgusto hojeó las páginas, vio los desnudos… ya saben, había estado viendo a mi madre dibujar desnudos y la imitaba… y la hermana me dio una bofetada diciendo: “Santo Jesús, este niño ya ha comenzado”.
Yo no tenía idea de qué estaba hablando pero fue tan convincente que no volví a dibujar otra vez hasta noveno grado gracias a una charla realmente aburrida. Empecé a caricaturizar a mis profesores. Y, ya saben, me hice muy popular. No hago deportes. Soy muy malo haciendo deportes. No tengo los aparatos de moda en casa. No soy el mejor de la clase. Por eso las caricaturas me dieron un sentido de identidad. Me volví popular pero temía que me atraparan de nuevo. Así que lo que hice fue rápidamente juntar todo en un collage de todos los profesores que había dibujado glorificando al director, poniéndolo bien en la cima y se lo regalé. Se rió mucho de los otros profesores y lo puso arriba en la cartelera. (Risas) Esto es parte del collage. Me volví un héroe escolar. Los más grandes me conocían. Me sentía muy especial.
Tengo que contarles un poco sobre mi familia. Esa es mi madre. La amo a morir. Ella es quien me enseñó a dibujar y, más importante, a amar. Ella es un poco hippie. Ella me dijo que no lo diga, pero lo digo de todos modos. El resto de mi familia son académicos aburridos ocupados en juntar calcomanías de universidades para nuestro viejo Ambassador. Mi padre es un poco diferente. Mi padre creía en un enfoque holístico de la vida y, ya saben, cada vez que nos enseñaba decía: “Odio estos libros… …porque fueron influenciados por la Revolución Industrial”.
Él con esa visión del mundo, yo con 16 años, llamé al mejor abogado del lugar, mi hermano mayor Karthik, lo senté y le dije: “Papi, de hoy en adelante he decidido que voy a ser disciplinado, voy a ser curioso, voy a aprender algo nuevo cada día, voy a esforzarme mucho y no voy a depender de tí emocional o financieramente”. Y quedó muy impresionado. Estaba hecho pedazos. Listo para abrazarme. Y dije: “Mantén ese pensamiento”. Dije: “¿Puedo dejar la escuela entonces?”
Bueno, para resumir, abandoné la escuela para seguir una carrera como caricaturista. Debo haber hecho unas 30 mil caricaturas. Hacía cumpleaños, casamientos, divorcios, cualquier cosa para cualquiera que quisiera mis servicios. Pero más importante aún, mientras viajaba le enseñé a los niños a dibujar y a cambio aprendí a ser espontáneo, disparatado, loco y divertido. Cuando comencé a enseñarles me dije hagamos de esto una profesión. A los 18 comencé mi propia escuela. Sin embargo, para alguien de 18 tratar de abrir una escuela no es fácil a menos que tenga un gran mecenas o un gran auspiciante.
Así que estaba hojeando el Times de India cuando vi que el Primer Ministro de India estaba de visita en mi ciudad, Bangalore. Saben, igual que aquí en EE.UU. todo caricaturista conoce a Bush, si tuviera que conocer a Bush sería de lo más gracioso porque su cara es el sueño del caricaturista. Yo tenía que conocer a mi Primer Ministro. Fui al lugar donde estaba por aterrizar su helicóptero. Vi niveles de seguridad. A fuerza de caricaturas pasé tres niveles impresionando a los guardias pero me atraparon. Me atraparon en el tercero. Lo que sucedió, por suerte, vi a un científico nuclear que me había pedido hacer caricaturas en su fiesta. Corrí hasta el y le dije: “Hola Sr., ¿cómo está?” El dijo: “¿Qué haces aquí Raghava?” Yo dije: “Estoy aquí para conocer al Primer Ministro”. Él dijo: “¡Oh, yo también!” Me subí a su auto y así pasamos los restantes niveles de seguridad. (Aplausos) Gracias. Lo hice sentar para hacer su caricatura y desde entonces he caricaturizado cientos de celebridades.
Esta es una que recuerdo con cariño. Creo que Salman Rushdie se enojó porque, si observan, cambié el mapa de Nueva York. (Risas) De todos modos, la próxima diapositiva que voy a mostrar… (Risas) ¿Debería apagarla? La próxima diapositiva que voy a mostrar es un poco más seria. Dudaba de incluirla en mi presentación porque esta tira fue publicada poco después del 11-S. Lo que para mí fue una observación ingenua se transformó en un desastre. Esa tarde recibí en casa cientos de mails de repudio. Cientos de personas que me decían que podrían haber vivido otro día sin ver esto. Me pidieron también que deje la organización una organización de caricaturistas de EE.UU. que para mí era mi cordón umbilical. Fue entonces que me di cuenta lo poderosas que son las caricaturas. El arte conlleva responsabilidad.
De todos modos, decidí que necesitaba tomar un descanso. Dejé mi trabajo en los diarios, cerré mi escuela, guardé mis lápices, pinceles y tintas y decidí salir de viaje. Y viajando, recuerdo, conocí este anciano fabuloso, que conocí mientras hacía caricaturas, que resultó ser un artista en Italia. Me invitó a su estudio. Dijo: “Ven a visitarme”. Cuando fui vi la cosa más horripilante del mundo. vi su efigie desnuda, de muerto, colgando del techo. Dije: “¡Oh, Dios mío!, ¿qué es eso?” Le pregunté y me dijo: “Oh, ¿eso? Por la noche muero. Por la mañana vuelvo a nacer”. Pensé que estaba loco pero algo de eso realmente me llegó. Me encantó. Pensé que había algo realmente hermoso en eso. Así que dije: “Estoy muerto, así que necesito nacer otra vez”.
Así, quería ser un pintor como él salvo que no sé cómo pintar. Así, traté de ir a la tienda de arte. Saben, hay cientos de tipos de pinceles. Olvídenlo, se confundirán incluso si saben dibujar. Así que decidí aprender a pintar por mi cuenta. Voy a mostrarles un video muy rápidamente para mostrarles cómo pintaba y un poquito de mi ciudad, Bangalore. (Música) Tenían que ser más grandes que la vida. Todo tenía que ser más grande. La próxima pintura fue aún más grande. Y aún más grande. Y para mí era, tenía que bailar mientras pintaba. Estaba tan emocionado. Salvo que… comencé a pintar bailarinas. Aquí, por ejemplo, hay una bailarina de flamenco. Salvo que hay un problema. No conocía la danza, así que comencé a seguirlos, e hice algo de dinero vendí mis pinturas y salí de prisa para Francia y España a trabajar con ellos. Esa es Pepe Linares, una célebre cantante de flamenco.
Pero yo tenía un problema, mis pinturas nunca bailaban. Por más energía que ponía en ellas al hacerlas, nunca bailaban. Así que decidí… tuve esta revelación loca a las dos de la mañana. Llamé a mis amigos, pinté sus cuerpos, y los puse a bailar frente a una pintura. Y, de repente, mis pinturas se cobraron vida. Y tuve bastante suerte de haberlo representado en California con el Velocity Circus. Y me senté como Uds en la audiencia. Y vi a mi trabajo cobrar vida. Ya saben, normalmente uno trabaja de manera aislada y expone en una galería pero aquí, el trabajo estaba cobrando vida y había otros artistas que trabajaban conmigo.
El esfuerzo colaborativo fue fabuloso. Dije, voy a colaborar con todos y cada uno de los que conocí. Comencé haciendo moda. Este es un desfile que hicimos en Londres. La mejor colaboración, por supuesto, es con los niños. Son despiadados, son honestos, pero están llenos de energía y diversión. Este es un trabajo, una biblioteca que diseñé para la fundación Robin Hood. Y debo decir que pasé tiempo en el Bronx trabajando con estos niños. Y, a cambio, al trabajar con ellos me enseñaron a ser cool. No creo haberlo logrado, pero me lo han enseñado. Decían: “Deja de decir lo siento. Di es mi culpa”. (Risas)
Luego dije, todo esto está bueno, pero quiero pintar como un verdadero pintor. La educación en EE.UU. es tan cara. Estaba en India, caminando por las calles, y vi un pintor de carteles. Y estos tipos hacen pinturas enormes y se ven realmente muy bien. Y me preguntaba cómo lo hacen de tan cerca. Así, un día tuve la oportunidad de conocer a uno de estos tipos y le dije: “¿Cómo pintas de ese modo? ¿Quién te enseñó?” Y dijo: “Es muy fácil, puedo enseñarte, pero estamos por dejar esta ciudad porque los pintores de carteles se están extinguiendo somos artistas en extinción porque la pintura digital ha acabado totalmente con ellos”. Les dije que si me enseñaban a pintar yo los apoyaría y creé una empresa. Y desde entonces, he estado pintando por todos lados. Esta es una pintura que hice de mi esposa en mi apartamento. Esta es otra pintura. Y, de hecho, comencé a pintar sobre cualquier cosa y comencé a enviarlas por toda la ciudad.
Ya que mencioné a mi esposa, la colaboración más importante ha sido con ella, Netra. Nos conocimos cuando ella tenía 18. Yo debía tener 19 y medio entonces y fue amor a primera vista. Yo vivía en India. Ella vivía en EE.UU. Ella venía cada dos meses a visitarme y luego yo dije soy el hombre soy el hombre y tengo que corresponderle. Tengo que viajar siete océanos, y tengo que venir a verte. Lo hice dos veces y me quedé sin dinero. Entonces dije: “Nets, ¿qué hago?” Ella dijo: “¿Por qué no me envías tus pinturas?” Mi papá conoce mucha gente rica. Intentaremos convencerlos de que las compren y luego…” Pero resultó que, luego de enviarle las obras que los amigos de su padre como muchos de Uds, son geeks. Estoy bromeando. (Risas) No, en verdad eran grandes geeks y no sabían mucho de arte. Así que Netra se quedó con 30 pinturas mías.
Así que lo que hicimos fue alquilar una van y condujimos por toda la costa este tratando de venderlos. Ella contactó a todos y cada uno de los que quería comprar mi obra. Hizo suficiente dinero, vendió toda la colección e hizo suficiente dinero para mudarme por cuatro años con abogados, una empresa, todo, y ella se volvió mi agente. Aquí estamos en Nueva York. Observen algo estamos igual aquí. Algo pasó en algún momento. (Risas)
Esto me trajo, con Netra manejando mi carrera, me trajo mucho éxito. Yo estaba realmente feliz. Me creía una especie de estrella de rock. Me encantaba la atención recibida. Recibimos mucha prensa y dijimos: es tiempo de celebrar. Y para mí el mejor modo de celebrar era casarme con Netra. Le dije: “Casémonos”. Pero no casarnos así nomás. Invitemos a todos los que nos ayudaron. A toda la gente que compró nuestra obra. Y no lo van a creer, armamos una lista de 7.000 personas que marcaron la diferencia, una lista ridícula, pero estaba decidido a llevarlos a India, así… muchos de ellos fueron a India. 150 artistas voluntarios para ayudarme con la boda. Teníamos diseñadores de moda, artistas de instalaciones, modelos, maquilladores, diseñadores de joyas, todo tipo de gente trabajando conmigo para hacer de mi boda una instalación de arte. Tenía una instalación especial en honor a mis suegros. Los escultores de vegetales trabajaron en eso para mí.
Y todo este movimiento llevó a la prensa a escribir sobre nosotros. Estábamos en los diarios, todavía estábamos en las noticias tres años después pero, por desgracia, poco después pasó algo trágico. Mi madre enfermó gravemente. Amo a mi madre y me dijeron de repente que ella iba a morir y me dijeron que tenía que decirle adiós uno tiene que hacer lo que tiene que hacer. Y yo estaba devastado. Tenía muestras en agenda para otro año. Yo estaba en la cúspide. Y no pude. No pude.
Mi vida no era exuberante. No podía vivir con ese personaje tan fuerte. Empecé a explorar el absceso más oscuro de la mente humana. Claro, mi trabajo se afeó pero sucedió otra cosa. Perdí a todo mi público. Las estrellas de Bollywood con quienes hice fiestas y compraban mi obra, desaparecieron. Los coleccionistas, los amigos, la prensa, todos dijeron, lindo, pero gracias. No, gracias, mejor dicho. Pero yo quería que la gente realmente sintiera mi obra con el corazón porque yo estaba pintando de corazón. Si querían belleza me dije, esta es la belleza que ansío darles. Está politizada. Por supuesto, no les gustó.
Mi obra se volvió autobiográfica. En ese punto, sucedió algo, un amigo muy, muy querido, se declaró homosexual y en India en ese entonces era ilegal ser gay y es indignante ver cómo responde la gente ante esa revelación. Yo estaba muy disgustado. Recuerdo las veces que mi madre solía disfrazarme de niñita, ese de ahí soy yo, porque ella quería una niña y sólo tenía niños. (Risas) Como sea, no sé que van a decir mis amigos después de esta charla. Es un secreto.
Así, después de esto mi obra se volvió un poco violenta. Hablé de esta masculinidad que uno no necesita representar. Y hablé de la debilidad de la sexualidad masculina. Esta vez, no sólo desaparecieron mis coleccionistas, los activistas políticos decidieron censurarme y amenazarme y prohibirme exhibir. Se volvió desagradable, y soy un poco cobarde. No puedo soportar las amenazas. Esto era una gran amenaza.
Así que decidí que era hora de terminar y volver a casa. Esta vez me dije intentemos algo diferente. Necesitaba volver a nacer. Y pensé que la mejor manera, como muchos de los que tienen hijos saben, la mejor manera de tener una nueva vida es teniendo un hijo. Decidí tener un hijo. Y antes de eso analicé rápidamente qué podía salir mal. ¿Cómo puede disgregarse una familia? Y nació Rudra. Ese es mi hijito.
Y después de su nacimiento pasaron dos cosas mágicas. Mi madre se recuperó milagrosamente luego de una operación seria y este hombre fue elegido presidente de EE.UU. Ya saben, sentado en casa miraba. Hecho pedazos decía es el lugar donde quiero estar. Así que con Netra juntamos los bártulos cerramos todo lo que teníamos y decidimos mudarnos a Nueva York. Y esto hace sólo ocho meses.
Regresé a Nueva York, mi obra ha cambiado. Todo en mi obra se ha vuelto más fantasioso. Esta se llama “¿En qué diablos estaba pensando?” Habla del incesto mental. Ya saben, puedo parecer un chico bueno, limpio, amable. Pero no lo soy. Soy capaz de pensar cualquier cosa. Pero soy muy educado en mis actos. Se los aseguro. (Risas) Estas son distintas caricaturas.
Y, antes de irme, quiero contarles una pequeña historia. Estaba hablando con mi madre y mi padre esta mañana y papá dijo: “Sé que tienes muchas cosas que quieres decir pero tienes que hablar de tu trabajo con los niños”. Así que dije, bien.
Trabajo con niños por todo el mundo y esa es una charla totalmente diferente pero quiero dejarles una historia que realmente, en verdad, me inspiró. Conocí a Belinda cuando ella tenía 16. Yo tenía 17. Estaba en Australia y Belinda tenía cáncer y me habían dicho que no iba a vivir mucho más. De hecho, me dijeron tres semanas. Entré a su habitación, y vi una chica tímida ella estaba calva y trataba de ocultar su calvicie. Destapé mi bolígrafo y comencé a dibujar en su cabeza le dibujé una corona. Y luego comenzamos a hablar y pasamos un momento precioso… le conté como fui a parar a Australia como mochilero y a quién timé, y cómo conseguí mi pasaje y todas las historias. Y la hice hablar. Luego partí. Belinda murió y a los pocos días de su muerte publicaron un libro de ella y ella usó mi caricatura en la tapa. Y escribió una notita que decía “Oye Rags, gracias por el viaje en alfombra mágica por el mundo”.
Para mí, mi arte es un viaje en alfombra mágica. Espero que me acompañen en este viaje en alfombra mágica y conmuevan a los niños y sean honestos. Muchas gracias.