El terreno creativo es como una montaña rusa. A veces, estás en el top de la curva, y otras veces, sientes vértigo al ver que caes al vacío al no poder alcanzar tus metas. Y así, no es raro que desde el momento en el que nos enfrentamos al folio en blanco hasta el deadline, a lo largo de un proyecto surjan altibajos.
Para lograr unos resultados óptimos es importante sentir entusiasmo y mantener activa nuestra fuente de inspiración. Aquí, 10 consejos para que no decaiga tu motivación y mantener tu mente activa por más tiempo.
1. Márcate unas metas y desafíos
Para saber hacia donde queremos ir es necesario marcar el punto de partida y el punto de destino. De lo contrario, si no determinamos esas metas con unos tiempos, veremos que nunca llegamos a ninguna parte. La sensación de frustración sería algo similar a la de esos pobres ratoncillos que están en una rueda dando vueltas y vueltas de continuo. Para evitarlo, márcate una hoja de ruta para poder avanzar según objetivos; verás que paso a paso vas completando tus metas.
2. Dedica un tiempo a garabatear
Los defensores de dibujar y garabatear van ganando adeptos como actividad enriquecedora que alimenta nuestro cerebro y nuestra creatividad. En España, quizás el primero en abrirnos los ojos e invitarnos a dibujar sin vergüenza ni complejos haya sido el ilustrador Puño. También hace unos años, Sunni Brown ya nos lo decía alto y claro en el TED: «Coge papel y lápiz, desbloquea tu cerebro. ¡A garabatear!». Si queremos que no decaiga nuestra motivación, es fácil darle un empujoncito a través del lápiz y papel. Es necesario desmontar el mito de que garabatear es una distracción, pero ojo, no por ello hay que caer en la procrastinación.
3. Observa, inspírate y sal en busca de referencias
Ya sabes la célebre frase de Picasso acerca de la inspiración. Esta no llega sola, sino cuando uno está trabajando. Una de las maneras para lograr que la inspiración aparezca es la observación del trabajo de otros. Aquí es importante tener en cuenta que no se trata de ceñirse única y exclusivamente al campo propio de trabajo. Cuando nos referimos a observar, lo decimos en un sentido global; pueden ser desde piezas de los grandes maestros de la pintura flamenca hasta poesía, fotografía, street art, danza, etc.
Por otro lado, el universo digital se nos muestra como un gran tablón en el que es posible recopilar piezas de otros creativos afines a nuestro campo de trabajo. Estas referencias pueden servir como piezas de inspiración, que podemos deconstruir y ver qué técnicas ha utilizado, e incluso, a partir de ahí, crear algo nuevo aportando nuestra propia perspectiva. Eso sí, emular a nuestro artista favorito no significa copiar ni fusilar su trabajo.
4. Mantén vivo tu espíritu más soñador
Cuando uno es joven quiere comerse el mundo. Por ejemplo, entre los estudiantes, pensar a lo grande y marcarse metas elevadas es bastante común. Sin embargo, cuando uno pone los pies en tierra y se adentra en el mundo laboral esos sueños van menguando y, en muchas ocasiones, llegan a desaparecer. Pensar en grande y querer mirar más allá del punto en el que estamos es sumamente motivador. Mantener vivos esos sueños y ese brillo por querer triunfar profesionalmente no es malo, siempre que uno sea realista.
5. Toma conciencia de tus sentimientos y emociones
Todos somos seres humanos. Y el diseñador, aparte de ser un profesional, también es persona. Todo nuestro trabajo es parte de un proceso mental. Es necesario ser consciente de ello, ya que a veces las emociones dictan nuestra forma de tomar decisiones. Por otro lado, aprender a expresar emociones a través de formas, colores, composición, etc. sirve de ayuda para ver un proceso con mayor amplitud.
6. No tengas miedo al fracaso
A veces, parece que todo sale mal. Los traspiés son comunes en el proceso creativo, pero no hay que alarmarse; también son una muestra de que uno lo está intentando. En los últimos años hay una búsqueda generalizada del éxito, pero para llegar a lograrlo es necesario fracasar. Éxito y fracaso son como el yin y el yan. Cuando un creativo tiene uno de esos ‘días negros’, lo que sucede realmente es que no está donde inicialmente se había marcado que debería estar. Es cierto que tiene su parte negativa, pero todo tiene un por qué y, aunque nos cueste, siempre hay una luz al final del túnel. La parte positiva está en que trabajar los procesos para salvar esos escollos es lo que alimenta nuestro aprendizaje. Nos ayuda mantener en forma nuestra mente creativa y eso hace que no decaiga nuestra motivación. Y lo mejor de todo es que nos permite valorar más el momento en el que alcanzamos nuestras metas.
7. Mantén encuentros con otros diseñadores y creativos
Salir de nuestra área de confort, mantener una conversación e intercambiar ideas con personas afines a nuestro trabajo (o no afines) nos ayudará a tener otros puntos de vista. A veces, no se trata tanto de tener consejos técnicos, sino más bien de observar y aprender cómo otros profesionales manejan los desafíos mentales en determinado tipo de proyectos. Puede ser desde una exposición hasta marcar un calendario de encuentros semanal en un bar para almorzar o tomar una copa. Siempre es bueno y enriquecedor mantener contacto con otros creativos y nutrirse de lo que hacen otros.
Gracias por el artículo, es de gran ayuda.