La técnica giclée –pronunciada «yiclé»– (del francés gicler, y en español, «rociar») es el procedimiento de impresión digital por inyección de tinta que ofrece una resolución o calidad muy superior a la habitual, por lo que suele utilizarse para reproducir obras originales, generalmente, de gran formato.
A lo largo de la historia, la pretensión del ser humano por encontrar el sistema más adecuado para reproducir sus creaciones de forma precisa ha dado lugar a técnicas de bellas artes como la litografía, la serigrafía o el grabado. Ahora, la fusión entre lo clásico y lo digital es posible gracias al giclée, un sistema de impresión que surgió a principios de los años 90 en consecuencia a la evolución de tecnologías como la fotografía o la edición digital.
La impresión giclée se emplea para realizar copias o reproducciones de obras originales –pinturas o dibujos u otro tipo de manifestaciones gráficas–. Debido a estas características, el giclée se ha convertido en una tendencia en la comunidad de diseñadores y artistas por ser un sistema de reproducción digital que imprime cualquier archivo original desde un ordenador.
por qué utilizar giclée
La impresión giclée es una opción exquisita por varias razones. La primera es la alta resolución que ofrece, ya que la máquina imprime en hasta 2.400 PPP, mientras que una impresora doméstica lo hace en 600 PPP.
Otra razón es el acabado elegante que aporta. La impresión reproduce colores y tintas planas (sin presencia de tramas), dando lugar a un resultado muy similar al que ocurre, por ejemplo, con impresiones de tinta directa en serigrafía.
Un tercer motivo es la posibilidad de imprimir en gran formato, ya que el nivel de calidad que incluye esta técnica no suele encontrarse en impresoras que reproduzcan trabajos de grandes dimensiones. Esto lo convierte en un sistema de impresión distinguido.
Por último, durante el proceso de impresión giclée es habitual utilizar papeles de mucha calidad que aporten un acabado único y exclusivo en el producto final, por lo que es crucial tener controlado el papel que se va a utilizar para imprimir la obra. Entre las opciones destacan el papel de algodón, el papel de acabado fotográfico de diferentes gramajes o los lienzos. Para ello, desde Impresum recomiendan utilizar marcas específicas como Canson, Ilford o Hahnemühle.
giclée, ¿sí o no?
Sin duda, la impresión giclée es la mejor opción para quienes deseen reproducir sus obras –tanto analógicas como digitales– según demanda y bajo una calidad excepcional. Pese a ello, existe una polémica en torno a esta técnica de impresión, ya que muchos profesionales del sector apuntan que no deja de ser un proceso de producción industrial o digital. Y añaden que hacer copias rápidas y sin valor espiritual socava la esencia artesanal de otras técnicas, como la litografía, la serigrafía o el grabado.
Las novedosas máquinas de impresión de Fujifilm y Heidelberg –dos grandes corporaciones que en 2016 se unieron para dar el primer paso hacia la impresión digital industrial– ya imprimen con chorro de tinta y con la misma técnica que el giclée, por lo que se vaticina que las imprentas del futuro (no muy lejano) podrían utilizar esta técnica de impresión para reproducir todo tipo de trabajos.
→ Impresum.