El papel kraft, ese extraño papel marrón e imperfecto, se ha convertido en uno de los más demandados por el sector impresor. Su color, textura y aire natural provocan confusiones, ya que muchos creen que se trata de un tipo de papel reciclado, pero no lo es. Entonces, ¿cuál es su origen, qué posibilidades ofrece y en qué se diferencia del papel reciclado?
La palabra «kraft» proviene del sueco y del alemán y significa «resistencia o fuerza». Recibe este nombre, precisamente, por su robustez en comparación con el papel que solemos utilizar de manera habitual. Se ha asociado durante muchos años a un tipo de papel feo, basto o sucio, exento de belleza. Sin embargo, las tornas han cambiado. Este papel se convertido en la moda, una fiebre que ha venido para quedarse.
Los orígenes del papel kraft se remontan a 1879. En ese año, el término «kraft» fue acuñado por el químico alemán Carl F. Dahl, el inventor del proceso que dio lugar a este tipo de papel. El proceso químico implica la utilización de hidróxido de sodio y sulfuro de sodio para extraer la lignina de las fibras de madera.
La producción del papel kraft es similar al proceso de la fabricación de papel reciclado, pero no es el mismo.
El resultado, sin blanquear, es el de un papel grueso, de color marrón, muy resistente y de superficie rugosa. Se presenta como papel en crudo que no ha sido tratado y blanqueado, por lo que se tiende a relacionar con un papel de segunda.
Hasta hace bien poco, los usos de este papel se resumían en envoltura de regalos, embalajes y bolsas de papel. Pero ahora se aprecia cómo ha evolucionado la percepción de este papel en función de los objetivos de comunicación. Se puede ver papel kraft en invitaciones de boda, packaging exclusivo, papelería corporativa, calendarios, libretas o agendas, entre otros.
Versiones Premium: la alternativa estética al papel kraft en bruto
En Impresum fueron pioneros incluyendo este tipo de papel en algunos de sus pedidos, como tarjetas, flyers o carpetas. Entre sus marcas predilectas de papeles especiales están Gmund, Fedrigoni, Favini y Ajowiggins, que comercializan versiones modernas de papel kraft recogidas en diversas gamas Premium, de colores, grosores y acabados diferentes. Desde esta imprenta online utilizan (y recomiendan, en especial) las de Gmund, muy acertadas para catálogos, postales y detalles elaborados especiales.
«Es mejor usar estas versiones del papel kraft porque tienen más facilidad de uso y de trabajo. El kraft basto se queda un poco atrás y puede dar problemas en máquinas digitales y offset», explica Dani Matoses, director de Impresum.
Matoses advierte que hay que hacer un «buen» uso del papel kraft (además de saber tratarlo) para conseguir el acabado perfecto. No es muy útil con grandes masas de color, ya que con ellas se pierde el color especial del papel. Es mejor no usar textos pequeños o muy finos. «Al igual que en un papel que no es blanco, se debe tener cuidado con la legibilidad de los elementos», apunta Matoses.
No es de extrañar que la mayoría de nombres de las distribuidoras de papel comentadas en el artículo sean de origen italiano, sueco o finlandés. En Europa, estos países fabrican el papel de manera respetuosa con el medio ambiente y están buscando generar su propia energía para su producción.
En comparación con otros materiales, el papel resulta uno de los más ecológicos. Como comentaba ASPAPEL en una entrevista para el número 16 de la revista Gràffica Papel, si se recicla correctamente, puede llegar a entrar hasta siete veces en el ciclo de producción. Esto fomentaría la economía circular en las empresas papeleras y el diseño consciente y responsable de los productos.
Y tú, ¿qué opinas del papel kraft?
→ Impresum
Un artículo genial, muy completo e instructivo. Muchas gracias por la información. Un saludo, Fran.
Soy una fan del papel Kraft!!
Vaya publireportaje que os ha salido, eh?