Ya estás en Facebook, Twitter, LinkedIn y Behance, eres muy activo en redes sociales y, además, tienes todos tus trabajos perfectamente organizados. Pensarás que es suficiente, ¿verdad? Siento decirte que te equivocas.
Imagina que te llama la directora de la empresa con la que colaboraste hace unos años –porque se ha acordado de que les “ayudaste” en un proyecto– y te propone reuniros para poner en marcha una nueva campaña. ¿Qué le llevarías? Seguramente, lo que estás pensando: un porfolio profesional.
En el mundo del diseño, es imprescindible aportar como valor diferencial la promoción impresa de nuestros trabajos. Los matices que ofrecen los acabados, las elecciones de papel, las transparencias, el tacto… Se trata de esas sensaciones que nunca podremos trasladarle al cliente a través de un PDF o un porfolio en una web. Y aquí es donde Impresum te puede ayudar.
«Le puedes llevar un porfolio impreso con los trabajos realizados en los últimos meses: aquellos de los que estás más orgulloso y que vale la pena mostrar», apunta Dani Matoses, director de Impresum.
La idea de un porfolio impreso en la actualidad conserva la esencia de la vieja costumbre de una generación de diseñadores que han recopilado sus últimos trabajos y han hecho una edición cuidada. Algunos de ellos, como el actual Premio Nacional de Diseño, Pepe Gimeno, suelen publicar o editar una publicación cada cierto tiempo con sus últimos trabajos.
Es una manera de poner sobre la mesa todas las capacidades del diseñador en un momento en el que el disfrute del papel impreso vuelve a cobrar sentido.
porfolio impreso… ¿por dónde empiezo?
¿Cómo puedes hacer tu porfolio? Muy sencillo: haz un pequeña revista o catálogo con tus trabajos, uno por página, seleccionando los más cuidados y atractivos que puedan encajar en diferentes escenarios de encargo. Si no has hecho más de 32 páginas, puedes elaborar un dosier o porfolio doblado y grapado o cosido con hilo visto.
La experiencia al mostrar tu porfolio impreso será única, ya que de un primer vistazo la persona sabrá a lo que te has dedicado, sin más pretensiones.
«Ya, pero esto lo puedo hacer con la tablet». Sí, pero el papel ofrece algo que no te da un dispositivo tecnológico: puedes regalarle tu porfolio a esa persona para que te tenga presente. De este modo, tendrá tus datos de contacto, todo tu buen saber hacer resumido en un mismo objeto y conseguirás que tenga algo tuyo encima de su mesa durante algún tiempo (mientras le pasas un presupuesto para esta nueva campaña y te compara con otros perfiles).
Además de su carácter profesional, el porfolio impreso también es un recurso personal que te ayudará a hacer la vista atrás. Puede ser un lugar de reencuentro con tus proyectos y de aprendizaje y evolución como diseñador. A todo ello, hay que sumarle que es más fácil que nunca hacer tiradas cortas en digital con buenos acabados. Genial, ¿no?
Aquí te mostramos cómo lo ha hecho Ana V. Francés, que además de buen gusto, lo ha simplificado para que quede un porfolio muy profesional. Y recuerda: si tienes dudas o quieres llevar a cabo otra idea diferente, siempre puedes llamar a Dani Matoses o enviarles un mensaje a través de sus redes sociales. En Impresum te harán un presupuesto a medida.
→ Impresum.