Piezas Anamórficas y la Serie de Plegados es el PFC de Lara Torres Rodríguez, alumna de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra. Este proyecto es uno de los que han participado en la 1ª edición Premios Acento G. Consiste en la creación de una serie de piezas escultóricas y pictóricas que cuestionan las convenciones de la representación visual.
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Con esta serie de piezas, Lara Torres genera imágenes imposibles que no están dentro de nuestro registro de imágenes habituales.
Según nos explica Lara, desde que nacemos tenemos asimilados como verdaderos ciertos esquemas visuales ya que nuestro entorno se convierte en nuestra realidad. El objetivo de Lara era conseguir cuestionar estas convenciones de representación pictórica con su trabajo: «¿Qué pasaría si alteramos los esquemas visuales? ¿La realidad seguiría teniendo sentido o lo perdería por completo?», reflexiona Lara.
Desde un principio la artista quiso acotar y decidió dedicarse al análisis del retrato por haber sido este un tema de interés personal. Pensó que el rostro y sus elementos le permitirían alcanzar un nivel de deformación mayor, provocando al mismo tiempo en el espectador una sensación de atracción y repulsión.
La pintura cubista fue una de las referencias de Lara en la realización del proyecto. En los retratos cubistas intentaban relacionar en una superficie bidimensional, varias vistas planas de un rostro, objeto, etc. «Cuando el espectador observa el frontal se encuentra siempre con algún obstáculo que lo obliga a cambiar su forma de ver y de repente da con un perfil. Vuelve encontrar otra barrera y pasa a ver el frontal de nuevo. En el caso de mis piezas pasa algo similar porque mantienen esos juegos de barreras que obligan al espectador a cambiar su forma de ver», comenta Lara. En sus piezas el juego amórfico se produce sobre un soporte tridimensional. Esto obliga al público a diseñarse un recorrido en torno a la pieza descubriendo nuevas facetas, puntos de vista y perspectivas que, en teoría no son posibles. Hay que recorrer la pieza para comprender la imagen.
La representación pictórica es de carácter naturalista ya que si se tratara de la representación de un retrato abstracto las deformaciones no llegarían a entenderse. Los materiales utilizados son pintura acrílica sobre superficies de madera y cartón. Cada pieza tridimensional está basada en cuatro fotografías de la misma persona. No ocurre lo mimo en las piezas bidimensionales que están ideadas desde un solo un punto de vista del rostro con el fin de obtener el máximo de información posible una vez se le ha aplicado la deformación mediante los pliegues.
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