El dúo artístico PichiAvo nace en el año 2007, cuando Pichi y Avo —los pseudónimos de los dos artistas— deciden unirse para dar a luz una obra individual. Más de diez años de carrera en los que han llenado de color las calles de Valencia, España, Europa y el mundo con una apuesta arriesgada: fusionar el rompedor arte urbano con el rotundo arte clásico. Hemos hablado con ellos para conocerlos un poco más y descubrir los secretos que se esconden tras su estilo UrbanMythology.
¿Cómo ha ido evolucionando vuestro estilo desde que empezasteis hasta la actualidad?
Desde que empezamos hemos llevado a cabo una búsqueda de la técnica, del virtuosismo y de lo que más nos identifica como cultura mediterránea, pensando mucho más en el concepto que en la técnica.
¿Qué diferencias existen entre vosotros y cómo las gestionáis a la hora de crear una obra?
Son las diferencias que siempre suelen surgir en un equipo, pero siempre son buenas porque lo que no ve uno lo ve el otro.
¿Cómo creéis que se valora el arte urbano en España con respecto al resto del mundo?
En España está creciendo, tal y como está ocurriendo en todo el mundo. Es un arte actual y contemporáneo que está en plena calle y que cada vez cuenta con más aceptación entre la gente de a pie.
¿Qué es exactamente el UrbanMythology?
Se trata de un término que nació por redes, nosotros no somos lo que acuñamos los términos, pero lo cierto es que es una buena definición de lo que hace Pichiavo, coger los mitos y sacarlos a la calle.
¿Cómo y cuándo nace esa necesidad por fusionar el arte clásico y el arte urbano?
Nace de una mezcla de estudios, de práctica, de búsqueda y de reflexionar sobre lo que somos y de dónde venimos.
En vuestra página web pone que «huís del egocentrismo del graffiti» ¿Qué significa eso?
Que es mucho mas importante la obra que el artista, pensamos que lo que tiene que destacar en una obra artística es la obra en sí y no quien lo ha hecho, por eso preferimos que se hable de PichiAvo como obra artística y no como artista
De tomar las calles a tomar los museos
El dúo español inauguró el pasado 7 de marzo su exposición EKDOSEIS en la galería Plastic Murs de Valencia, una muestra para la que prepararon ediciones inéditas tanto en papel como en escultura. En ellas, PichiAvo pone de relevancia el poder que contienen las obras de arte cuando material, técnica y conceptualidad se unen bajo el lenguaje plástico característico del dúo, el UrbanMythology. Una serie de dibujos nacidos en ocasiones como bocetos previos a la obra, y en otras, tomando una identidad propia tras el acabado. Ediciones en las que el público puede ver, en primera persona, el proceso preciosista que acompaña esos primeros pasos que componen la creación.
¿Por qué se llama EKDOSEIS?
Porque significa ‘edición’ en griego moderno, y nosotros llevamos a cabo repeticiones, pretendemos que se vea la misma imagen, pero repetida en diferentes formatos y que la gente pueda ver como se llevan a cabo las diferentes ediciones.
Pichiavo y su incursión en el mundo fallero
Durante los últimos meses, PichiAvo estuvo trabajando en la creación de la falla de la Plaza del Ayuntamiento de Valencia, el monumento más representativo de la ciudad durante las fiestas de Fallas que se celebran cada año. Una estructura gigantesca bajo el título Proceso creativo mediante la cual el dúo buscó ensalzar el valor artístico y satírico que tienen los monumentos falleros. Una falla de 26 metros de altura con el sello UrbanMythology que ardió el pasado 19 de marzo.
¿Cómo se produjo ese acercamiento entre el mundo fallero y PichiAvo?
Estábamos pintando el mural de la Ciudad Fallera, en el barrio de Benicalap, alrededor de todos los talleres de los artistas falleros y teníamos un amigo en común con el sector. Un día se nos acercó un artista fallero y nos propuso un proyecto. Trabajamos con ellos en una obra que hicieron para Lisboa y se nos planteó la posibilidad de hacer la falla de la Plaza del Ayuntamiento y dijimos que sí.
¿La idea inicial que tuvisteis es la que habéis acabado plasmando finalmente o ha ido variando?
A nivel estético siempre se varía. No pretendemos que las ideas iniciales sean exactamente como el resultado final, porque en nuestro trabajo hay mucha parte de improvisación y frescura, por lo tanto, creemos que es necesario que cambie mínimamente. El concepto lo hemos mantenido, pero la estética ha variado un poco.
En esta búsqueda de la sátira y las referencias a la mitología clásica, PichiAvo se encuentra con la comedia griega, en concreto, con la comedia de Aristófanes de La Paz. El dúo ha buscado hacer una reinterpretación del clásico de más de casi treinta metros de altura. En su base, encontrábamos una gran cantidad de colores y contrastes que se iban difuminando conforme la obra tomaba altura, una metáfora con la que los artista quisieron representar el paso del tiempo, debido a que las estatuas griegas clásicas eran coloridas en su origen pero, sin embargo, con el paso del tiempo han perdido el color
¿Por qué «La paz» de Aristófanes y no otra comedia clásica?
Hemos querido rendir homenaje a este género y también utilizar la temática de la obra debido a que está de total actualidad . Todos queremos un mundo gobernado por la paz y aunque sea un mundo utópico tenemos que luchar por él. Además de ser actual, es una temática perfecta a nivel conceptual y mitológico.
El trabajo a la hora de crear una falla ya no solo depende de vosotros, sino de otra gente que se encarga de construirla ¿Cómo ha sido vuestra relación con los artistas falleros?
Desde un principio pensamos que los artistas falleros idóneos eran José Latorre y Gabriel Sanz, ya que tienen una visión muy abierta y no se quedan con lo clásico de las fallas. Intentan ir más allá y crear nuevas propuestas. Desde un inicio tuvimos muy buena sintonía en equipo, parecía que llevásemos trabajando codo con codo diez años.
¿Qué dificultades presenta enfrentarse a una falla con respecto al trabajo que realizáis habitualmente?
Es un volumen tridimensional de gran escala y, además, su construcción es en puzzle, por lo que nunca se podía ver el conjunto de la obra a nivel pictórico. Teníamos que hacer un poco más de esfuerzo a la hora de visualizar la obra, pero por lo demás no se diferencia tanto.
El año pasado Okuda ya rompió con esa estética tradicional de la falla valenciana ¿Afrontabais con más tranquilidad el hecho de no ser vosotros los que rompáis el hielo?
Bueno, pensamos que el hielo se ha ido rompiendo desde poco a poco desde hace más de diez años. Sí que es verdad que lo del año pasado ayudó bastante, pero en los últimos tiempos se han creado fallas experimentales, nuevas propuestas, nuevos materiales y pensamos que debe seguir siendo así.
¿Es este vuestro proyecto más ambicioso?
No, es un proyecto más, aunque sí que suponía un reto personal. Ahora nos vamos a Oporto a realizar el mural más grande que hemos hecho. Siempre pensamos en los nuevos retos que nos esperan.