A principios de 2014, Harry Pearce y su equipo de Pentagram en Londres estuvieron trabajando con seis artistas de la calle para crear un graffiti con el que celebrar la defensa de derechos humanos en todo el mundo a iniciativa de la organización Witness.
Los activistas son todos los ‘cineastas callejeros’ que trabajan con la organización Witness puesta en marcha en 1988 por el músico y activista Peter Gabriel a raíz de un viaje en el tour Human Rights Now de Amnistía Internacional. Peter Gabriel llevaba una cámara Handycam para grabar las historias que escuchaba. En sus encuentros con víctimas y testigos de violaciones de derechos humanos, se sintió impactado de que esas historias se perdieran, quedaran enterradas o ignoradas, y de cómo las cámaras podían servir como herramienta esencial para captar la verdad. Así nace Witness, organización sin ánimo de lucro que centra su actividad en capacitar y apoyar a activistas y ciudadanos en todo el mundo para que con su cámara den a conocer el abuso contra los derechos humanos, utilizando estos vídeos de manera segura y efectiva. Y es que, trabajar en países como Siria, Camboya, Birmania, EEUU, Brasil y Zimbabwe, cada uno asume grandes riesgos al documentar abusos contra los derechos humanos. Este feroz espíritu de resistencia es capturado en los retratos de seis artistas de la calle.
Una vez completado, el Witness Wall, las imágenes del muro se utilizaron como base para realizar los materiales impresos de la organización con el fin de recaudar fondos, incluidos carteles, folletos y proyecciones. En su conjunto, el proyecto reúne el trabajo de artistas, graffiteros, cineastas, músicos y diseñadores, todo en pro de esa celebración de la defensa de los derechos humanos.
Este muro fue posible gracias a la inmensa generosidad de Shoreditch Art Wall y las habilidades artísticas Ofllyanna Kerr, Danny O’Connor, Akse, CodeFC, Luisa Crosbie y Stephanie Unger.