Pati Núñez es la primera y única mujer galardonada con el Premio Nacional de Diseño (2007). Estudió diseño gráfico y es especialista en imagen corporativa, imagen de producto y campañas de comunicación gráfica. Ya desde pequeña, aunque dibujara princesas, siempre le añadía como complemento alguna marca de galletas o frutos secos porque le llamaba la atención su packaging. Hoy, hablamos con ella para que nos cuente el papel de la mujer en el diseño.
¿Consideras que el día de la Mujer es el único momento en el que se le reconoce por su trabajo?
A mí el día de la mujer me parece como si nos trataran como una especie en peligro de extinción.
Tal vez haya gente que considere que ese día es el único momento en el que se nos reconoce. Tenemos un enorme trabajo que hacer, sobre todo con las administraciones. Nos han ido coartando. En nuestro estatuto en Cataluña teníamos una ley por la que los sueldos de hombres y mujeres debían ser iguales. Acabó con ella el PP cuando se dio esa especie de golpe de Estado, y la ley no se ha vuelto a restituir.
En el resto de España no existe esta ley, y con eso estamos muy por debajo del resto de Europa.
Cada vez más medios incorporan noticias relativas a mujeres. ¿Responde a una moda o es algo que ha llegado para quedarse?
No es una moda. Durante décadas las mujeres han estado muy calladas. Ahora hablamos, nos quejamos y promovemos más.
Dentro de tu ámbito, ¿en alguna ocasión te has sentido discriminada en tu trabajo o has sentido que tenías que demostrar más por el hecho de ser mujer? Cuéntanos tu experiencia.
Sí, bastantes veces. Es una sensación constante. Depende de en qué ámbitos o esferas. Por ejemplo, en las grandes multinacionales o en grandes empresas españolas.
Cuando vas a hacer una presentación es más fácil que te miren las piernas a que escuchen lo que estás diciendo.
También notas que tu nivel de credibilidad está por debajo del de tus compañeros masculinos. Es una cuestión cultural. Yo me he preparado para eso siempre. En las presentaciones lo llevo siempre todo mucho más justificado. Siempre insisto en por qué he hecho así las cosas. Me he acostumbrado a explicarlo claramente.
¿Crees que en algún momento existirá una igualdad real en el sector del diseño?
Yo creo que sí. Por ejemplo, veo entre mis alumnos que esto no existe. No existe esta percepción cultural equivocada de considerar menos a una mujer que un hombre. Pronto no existirá, o eso espero.
Echamos de menos a mujeres en ciertos ámbitos, ¿por qué crees que faltan mujeres en puestos de liderazgo?
No lo sé. Puede haber varios motivos. Los hombres suelen ser más lineales. Con esto quiero decir que se ocupan de un área de trabajo y prescinden de responsabilizarse de todo lo demás. Así, pueden llegar más lejos en eso de lo que se ocupan exclusivamente. Por el contrario, las mujeres tenemos el multitasking, ya que nos ocupamos de muchas cosas: la casa, los hijos, del trabajo… Además, yo creo que por biología tenemos esta mirada más radial y estamos atentas a todo lo que pasa alrededor.
Eso nos hace estar mejor preparadas para asumir cosas y también para poder desarrollar muchas tareas a la vez, pero a la vez hace que a nivel lineal lleguemos menos lejos.
En llegar más lejos creo que también puede estar implicada la ambición. Los hombres son algo más ambiciosos que las mujeres. Las mujeres -en general, por supuesto, ya que hay muchas excepciones- no están tan interesadas en sobresalir y en destacar como los hombres.
¿Consideras que hay temas de mujeres y temas de hombres o miradas femeninas y masculinas?
En diseño hay mucha gente que insiste que sí, pero yo creo que no. Hay un diseñador hombre que ha estado diseñando los paquetes de compresas de la marca más conocida durante más de cuarenta años, y a nadie le ha parecido que los diseños sean masculinos. En mi caso, a mí me gusta mucho cómo diseño las fragancias de hombres.
Creo que sí que puede haber diseñadores que todas las soluciones que producen se consideren más femeninas y hay mujeres que producen diseños considerados más masculinos, con menos retórica, más duros y más despojados, quizás.