Openhouse Project es el proyecto llevado a cabo por la fotógrafa Mariluz Vidal y el director creativo Andrew Trotter. Con el objetivo de conocer en mayor profundidad el proyecto, Vincenzo Angileri entrevista a Mariluz Vidal en Arquetipos– el proyecto editorial online de Folch para la Fundación Arquia que recoge la entrevista a este referente del sector–.
En el mundo occidental, la división entre público y privado siempre ha marcado todo espacio. Mariluz Vidal ha intentado romper esa división. Su proyecto Openhouse magazine, creado junto a Andrew Trotter, va de convertir espacios domésticos en galerías, abrir las puertas de casas de artistas y creativos, generar eventos y actividades que alteren el significado de un lugar privado. Creado a partir de una necesidad básica, Openhouse es ahora una manera de entender los espacios, y una revista de éxito que ha explorado casas de artistas de todo el mundo. Conversamos con ella sobre la revolución del compartir y sobre cómo reproducir la intimidad del privado en el público para crear así una plaza entre 4 paredes.
Vincenzo Angileri: Openhouse es un proyecto basado en la intimidad. Eso se refleja en todas partes: desde el concepto, la dirección de arte y la fotografía, hasta la elección que las entrevistas se publiquen en la lengua del entrevistado. Parece un factor muy orgánico en todo el proyecto.
Marilú Vidal: Es cierto. Toda la idea de Openhouse Project ha crecido de forma espontánea y natural, se ha desarrollado paso a paso, sin ser planificada. Y ha ido evolucionando hasta lo que es hoy.
En cuanto a la fotografía, nos gusta y nos interesa enseñar el espacio de una manera atractiva pero, sobre todo, el reportaje se centra en las personas que lo desarrollan y lo disfrutan. Intentamos transmitir lo que allí ocurre de una forma muy cercana e inspiradora. Por lo que siempre pedimos a los fotógrafos con los que colaboramos que fotografíen el día del evento durante la actividad, la gente que participa, los músicos, la cenas, los detalles, y que vuelvan a fotografiar otro día, para centrarse en el espacio y en los retratos de los entrevistados. A poder ser, siempre con luz natural. Por otro lado, Openhouse nació multilingüe por naturaleza. Al venir todos de sitios diferentes, el idioma ha sido siempre una característica especial del proyecto. Así que obviamente eso se plasma en la revista de la misma manera. Al tener una distribución internacional, el idioma principal tenía que ser el inglés, pero creíamos súper importante que cada entrevistado hablara en su lengua. Por lo que decidimos que merecía la pena el esfuerzo de publicarlo en ambos idiomas.