Con la legalización y la comercialización del cannabis en zonas como Colorado, California, Nevada, Distrito de Columbia, Washington, Alaska, Oregon y Massachusetts (Estados Unidos) y Uruguay en latinoamérica, el sector del cannabis es un mercado al alza y esto ha producido un gran desarrollo en todos sus ámbitos.
Sin embargo, el hecho de ser un producto –hasta ahora– ilegal ha provocado que a la hora de crear un packaging para el producto, no exista una estandarización como en otros productos como pueden ser las medicinas, el alcohol o el tabaco.
Aún así, con el crecimiento del mercado, los vendedores han sabido adaptar el cannabis –ya sea para uso terapéutico o lúdico– a los productos a los que estamos acostumbrados del día a día. El más utilizado es el chocolate, aunque hay muchos más productos: infusiones, lociones, chicles, caramelos, aceites, néctares, inciensos…
Podemos dar por hecho, pues, que los signos pintados a mano, los malos juegos de palabras y las banderas ‘rastafaris’ que una vez definieron la industria están dando paso a un diseño sofisticado que busca una clientela más exclusiva y necesita distinguir su imagen para así hacerse con un mercado en continuo crecimiento. Sin embargo, todavía existe una gran duda: ¿Se ha de utilizar la hoja icónica del cannabis o no? Por un lado, se ha convertido en un cliché que podría atar una marca a la cultura ‘rastafari’; pero por otro lado, es un símbolo reconocible que inmediatamente telegrafía la presencia de THC a modo de advertencia.
Bloom Farms
AYA – Sonoma Cannabis Co
Plus Gum
Marley Natural Studio
Seven Point
Lord Jones
Kiva (Petra Mint)
Chong’s Choice