Béatrice Coron con solo tijeras y papel es capaz de crear maravillosos mundos, ciudades y países, y en esta charla de TED Talk muestra algunos de sus mejores proyectos.
Béatrice Coron, artista francesa, se adentró en el universo del papercutting en 1985, fecha en la que se mudó a Nueva York. Su ingeniosa idea incluye ilustraciones, libros de arte y arte publico. Además, Coron también realiza obras en piedra, cristal, metal, caucho y medios digitales. Sus piezas se pueden encontrar desde en la parada de metro ‘Bronx’ hasta en importantes museos como Metropolitan Museum o Walker Art Center.
A continuación, la transcripción en español de esta conferencia, traducida por Sebastian Betti y revisada por Francisco Gnecco:
Me dedico a recortar papel. (Risas) Recorto historias. Mi técnica es muy sencilla. Tomo un papel, imagino la historia, a veces boceto, a veces no. Y como mi imagen ya está en el papel simplemente elimino lo que no es parte de esa historia. No llegué a esta disciplina en línea recta. De hecho, creo que fue en espiral.
No nací con un cortador en la mano. No recuerdo haber cortado papel de niña. De adolescente bocetaba, dibujaba, quería ser artista. Pero era rebelde y dejé todo para hacer varios trabajos ocasionales. A saber: fui pastora, camionera, trabajadora de fábrica, encargada de limpieza. Trabajé durante un año en turismo en México y un año en Egipto. Viví durante dos años en Taiwán. Y luego me instalé en Nueva York para ser guía de turismo. Todavía trabajo como guía de viajes; viajo por todas partes China, Tíbet y Asia Central.
Claro, me llevó tiempo, tenía cerca de 40, cuando decidí que era hora de empezar como artista. (Aplausos) Elegí recortar papel porque el papel es barato, es liviano, y se lo puede usar de muchas maneras diferentes. Elegí el lenguaje de la silueta porque desde lo gráfico es muy eficiente y porque se trata de ir a la esencia de las cosas. La palabra “silueta” viene de un ministro de economía: Etienne de Silhouette que recortó tantos presupuestos que la gente dijo que ya no podrían seguir pintando y que tenían que hacer sus retratos “a la Silhouette”. (Risas) Hice muchas imágenes, recortes, y los ensamblé en carpetas. La gente me dijo -como estas 36 vistas del edificio Empire State- la gente dijo: “Estás haciendo libros de artista”.
Hay muchas definiciones de libro de artista. Vienen en muy diversas formas. Pero para mí son objetos fascinantes para narrar historias en forma visual. Pueden tener palabras o no tenerlas. Siento pasión por las imágenes y las palabras, por los juegos de palabras y su relación con el inconsciente. Me encantan las curiosidades idiomáticas. He aprendido el idioma de cada lugar donde viví pero nunca los dominé. Por eso siempre busco falsos amigos o palabras idénticas en distintos idiomas.
Como pueden adivinar, mi lengua materna es el francés. Y mi idioma diario es el inglés. Por eso hice una serie de obras en las que hay palabras idénticas en francés e inglés. Una de estas obras es la “Araña ortográfica”. La araña ortográfica es prima de la abeja ortográfica. (spelling bee) (Risas) Pero está mucho más pegada a la Red. (Risas) Esta araña teje un alfabeto bilingüe. Puede leerse “architecture active” o “active architecture”. La araña recorre todo el alfabeto con adjetivos y sustantivos idénticos. De modo que si uno no conoce uno de estos idiomas aprende al instante.
Una forma antigua de libro es el rollo de pergamino. Los pergaminos son muy útiles porque permiten crear grandes imágenes en mesas muy pequeñas. Esto trae una consecuencia inesperada y es que al ver sólo una parte de la imagen, se genera una arquitectura de estilo muy libre. Hago todo tipo de ventanas para mirar más allá de la superficie. Para mirar mundos diferentes. Muchas veces observo desde afuera. Quiero ver el funcionamiento de las cosas, lo que sucede. Así, cada ventana es una imagen y un mundo al que vuelvo a menudo. Y vuelvo a este mundo pensando en la imagen o cliché de lo que quiero hacer y en las palabras, modismos, con que nos expresamos.
Son supuestos. ¿Qué tal si viviéramos en globos aerostáticos? Sería un mundo muy elevado. Dejaríamos una huella ecológica muy leve en el planeta. Sería muy liviano. A veces miro desde dentro con egocentricidad los círculos internos. A veces hago una panorámica para ver nuestras raíces comunes y la forma de usarlas para atrapar los sueños. Podemos usarlas también como malla de seguridad.
Mis fuentes de inspiración son muy eclécticas. Influye en mí todo lo que leo y todo lo que veo. Tengo historias hilarantes, como “Latidos inertes”. (Risas) Otras son históricas. Esta es la “Ciudad del Dulce”. Es una historia no edulcorada del azúcar. Va de la trata de esclavos al consumo excesivo de azúcar con algunos intermedios dulces. A veces tengo una respuesta emocional a noticias como la del terremoto haitiano de 2010. Otras veces ni siquiera son historias mías. Las personas me cuentan sus vidas, sus recuerdos, sus aspiraciones, y yo creo un paisaje mental. Canalizo sus historias para que tengan un lugar a dónde volver y mirar sus vidas y sus posibilidades. Las llamo ciudades freudianas.
No puedo hablar de todas mis imágenes así que recorreré algunos mundos sólo con el título. “Modici(u)dad” “Electri-ci(u)dad” “Crecimiento disparatado de Columbus Circle”. “Ciudad arrecife” “Red de tiempo” “Ciudad caos” “Batallas cotidianas” “Feli-ci(u)dad” “Islas flotantes” En un momento tuve que hacer “la historia larga” Esta mide 8 metros… (Risas) En la vida como en el recorte de papel todo está conectado. Una historia lleva a la otra. Me interesaba mucho el aspecto físico de este formato porque hay que caminar para verlo.
Y a la par de mis recortes van mis carreras. Empecé con imágenes pequeñas y con unos pocos kilómetros. Imágenes más grandes y maratones. Después corrí 50 km, después 60 km. Luego 80 km… ultramaratones. Todavía creo que sigo corriendo a modo de entrenamiento para llegar a ser una cortadora fondista.
Correr me da mucha energía. Esta es una maratón de corte de tres semanas en el Museo de Arte y Diseño de Nueva York. El resultado es “Infiernos y paraísos”. Son dos paneles de 4 metros de alto. En el museo están en dos pisos pero en realidad son una imagen continua. La llamo “Infiernos y Paraísos” por los infiernos y paraísos cotidianos. No hay límites entre ambos. Algunas personas nacen en infiernos y contra toda adversidad los convierten en paraísos. Otra gente hace el viaje contrario. Esa es la frontera. En el infierno hay maquiladoras. En el paraíso hay gente que alquila sus alas. Y luego están las historias individuales en las que a veces hacemos incluso las mismas cosas y el resultado nos lleva al infierno o al paraíso. El concepto de “Infiernos y Paraísos” es el libre albedrío y el determinismo.
En el corte artesanal el dibujo es la estructura misma. Por eso se lo puede despegar de la pared. Esta es la instalación de un libro de artista llamado “Proyecto Identidad”. No son identidades autobiográficas. Son más bien identidades sociales. Se puede caminar por detrás y probárselas. Son como nuestras diferentes capas constitutivas que presentamos al mundo como identidad.
Este es otro proyecto de libro de artista. De hecho, en la foto, hay dos modelos. Uno que estoy luciendo y otro que está en exhibición en el Centro del Libro Artìstico de Nueva York. ¿Por qué lo llamo libro? Se llama “Declaración de moda”, tiene citas sobre moda; porque se puede leer y también porque la definición de libro de artista es muy generosa. Los libros de artista se despegan de la pared. Se los lleva de paseo. Se los puede instalar como arte público. Este está en Scottsdale, Arizona, y se llama “Recuerdos flotantes”. Son recuerdos regionales que se mueven aleatoriamente con el viento.
Me encanta el arte público. Participé en competiciones durante mucho tiempo. Después de ocho años de rechazos me entusiasmó recibir mi primer encargo con el Porcentaje para el Arte de Nueva York. Fue para una estación de trabajadores de emergencia y bomberos. Hice un libro de artista en acero inoxidable en vez de usar papel. Lo llamé “Trabajando en la misma dirección”. Le puse veletas a ambos lados para mostrar que cubren todas las direcciones. En el arte público también puedo cortar vidrio. Esto es cristal facetado en el Bronx. Cada vez que hago arte público quiero algo realmente relevante para el lugar donde está. Así, para el metro de Nueva York veo una correlación entre tomar el metro y leer. Es viajar a tiempo, en el tiempo. La literatura del Bronx trata sobre escritores del Bronx y de sus historias.
Otro de los proyectos en vidrio está en una biblioteca pública de San José, California. Plasmé un punto de vista vegetal del crecimiento de San José. Empecé en el centro con la bellota de la civilización aborigen ohlone. Luego puse la fruta europea de los rancheros. Y luego el fruto actual del mundo de Silicon Valley. Y sigue en crecimiento. La técnica es el corte, la limpieza con chorro de arena, el grabado y el cristal impreso para uso arquitectónico. Fuera de la biblioteca quería tener un lugar para el cultivo de la mente. Con material de la biblioteca que contiene fruta en el título construí un sendero de la huerta con estos frutos del conocimiento. También planté el biblioárbol. Es un árbol que en su tronco tiene las raíces de los idiomas. Representa los sistemas internacionales de escritura. Y en las ramas crece el material de la biblioteca. Con el arte público es posible tener función y forma. En Aurora, Colorado, es un banco. Este banco tiene un plus. Si uno se sienta mucho tiempo en verano con pantalones cortos, se va luego con una marca temporal de la historia en sus muslos.
Otra obra funcional está en el sur de Chicago en una estación de metro. Se llama “Las semillas del futuro se plantan hoy”. Es una historia de transformación y conexiones. Funciona como pantalla para proteger al riel y al pasajero y para que no caigan objetos en los rieles. Poder cambiar las cercas y los protectores de ventanas por flores, es fantástico. Y aquí he estado trabajando en los últimos tres años con un promotor del sur del Bronx para darle vida al arte en los edificios populares y viviendas económicas. Cada edificio tiene su propia personalidad. A veces se trata del legado del barrio como el jazz en Morrisania. Y en otros proyectos, como en París, se trata del nombre de la calle. Se llama Rue des Prairies, o Calle de la Pradera. Recuperé el conejo y la libélula, para esta calle.
Y en 2009 me pidieron que hiciera un cartel para poner en el metro de Nueva York durante un año. Era una audiencia muy cautiva. Y yo quería darles una vía de escape. Creé “De paseo por la ciudad”. Es una obra en papel cortado que luego coloreé con la computadora. Por eso la llamo tecno-artesanía.
Y, mientras tanto, corto el papel y uso otras técnicas. Siempre el resultado son las historias. Historias que tienen muchas posibilidades. Tienen muchos escenarios. Yo no conozco las historias. Tomo imágenes de nuestro imaginario colectivo, del lugar común, de las cosas que pensamos, de la historia. Todos somos narradores porque todos tenemos algo para contar. Pero más importante aún es que todos tenemos que crear una historia para darle sentido al mundo. Y en todos estos universos es como si la imaginación fuese el medio de transporte pero el destino fuera nuestra mente y la manera de reconectarnos con lo esencial y con la magia. De eso se trata este arte del papel.