Muere Miguel Milá, el genio del diseño industrial español, a los 93 años

El 13 de agosto de 2024, el mundo del diseño ha perdido a una de sus figuras más emblemáticas con el fallecimiento de Miguel Milá a los 93 años. El próximo 2 de septiembre iba a ser condecorado con la medalla de oro de Barcelona.

Reconocido como un pionero del diseño industrial español, Milá ha dejado una huella imborrable en la historia del diseño europeo con su enfoque basado en la funcionalidad, la simplicidad y la honestidad. Su legado perdura en las innumerables piezas que diseñó, muchas de las cuales se han convertido en clásicos atemporales.

Miguel Milá nació en 1931 en el seno de una familia aristocrática catalana, el octavo de nueve hijos del conde de Montseny. Aunque inicialmente comenzó a estudiar Arquitectura, pronto se dio cuenta de que su verdadera vocación se encontraba en otro lugar. Como él mismo confesó en una entrevista concedida a El País en febrero de 2024: «El día más feliz de mi vida fue cuando dejé Arquitectura». Su pasión por la creatividad lo llevó a explorar nuevos horizontes, y así comenzó su andadura en el diseño.

Su carrera profesional despegó en la década de 1950, en una España que atravesaba una profunda crisis económica. Milá comenzó trabajando en el estudio de arquitectura de su hermano Alfonso y de Federico Correa, pero la escasez de materiales y la necesidad de soluciones prácticas lo empujaron a experimentar con el diseño de muebles y lámparas. Así, en 1956, junto a dos amigos, fundó la empresa TRAMO (Trabajos Molestos), que se dedicaba a la creación y producción de mobiliario y objetos de diseño.

TRAMO y las primeras obras maestras

Desde su empresa, Miguel Milá empezó a dar forma a algunas de sus creaciones más icónicas. De esta etapa nacieron la lámpara TMC en 1958 y la TMM en 1961, dos piezas que no solo redefinieron el concepto de iluminación en España, sino que también se convirtieron en referentes del diseño industrial a nivel mundial. La lámpara Cesta, diseñada en 1962, es otro ejemplo de su genio creativo; esta pieza, con su estructura de madera y pantalla de vidrio, representa a la perfección la filosofía de Milá de «tener una idea e ir quitando lo que sobre». Estas lámparas, con su diseño sencillo pero funcional, continúan siendo populares hasta el día de hoy, y su presencia en hogares, oficinas y espacios públicos es un testimonio de la durabilidad y relevancia de su trabajo.

Lámpara TMC. 1958
Lámpara TMM. 1961
Lámpara cesta. 1962

Milá fue un firme defensor de la honestidad en el diseño. Creía que los objetos debían cumplir con su función sin artificios innecesarios, y que su belleza debía residir en su simplicidad y en la pureza de sus líneas. «Mi obsesión es que un objeto sea funcional y que, además, como muchas veces no se utiliza, también sea bello», solía decir. Esta filosofía se refleja en todas sus creaciones, desde las más icónicas como las lámparas TMC y TMM, hasta piezas más utilitarias como la silla Salvador o el galán de noche.

Miguel Milá fue heredero del Movimiento Moderno, y su trabajo es un claro reflejo de los principios de este movimiento. Sus proyectos recrean la limpieza del objeto simple y son fieles a la necesidad de crear bajo un marco de rigor y honestidad. A lo largo de su carrera, Milá se mantuvo fiel a estos principios, lo que le permitió crear piezas que han resistido el paso del tiempo y que siguen siendo relevantes en el contexto actual.

Reconocimientos y legado

El trabajo de Miguel Milá no pasó desapercibido, y a lo largo de su vida recibió numerosos reconocimientos. En 1987, fue galardonado con la primera edición del Premio Nacional de Diseño, un honor que compartió con André Ricard. Este premio fue solo el primero de muchos; en 2008, recibió el prestigioso Compasso d’Oro en Italia, un reconocimiento a su trayectoria profesional y a su contribución a la difusión del diseño español en el extranjero. Además, fue condecorado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2016, un reconocimiento que refleja su influencia en el panorama artístico y cultural de España.

A lo largo de su carrera, Milá también desempeñó un papel fundamental en la promoción del diseño español en el extranjero. Fue uno de los miembros fundadores del ADI FAD, una asociación que se dedicó a conectar a los jóvenes diseñadores españoles con el exterior y a difundir el diseño español más allá de nuestras fronteras. Gracias a su trabajo, el diseño español ganó reconocimiento internacional, y hoy en día se considera a Miguel Milá como una de las figuras clave en este proceso.

El diseño de Miguel Milá, aunque profundamente arraigado en la cultura española, ha alcanzado una gran proyección internacional. A lo largo de los años, varias de sus piezas han sido adoptadas por mercados internacionales, y su trabajo ha sido exhibido en algunas de las galerías y museos más prestigiosos del mundo. En los últimos años, la popularidad de Milá ha crecido significativamente, especialmente en términos de internacionalización. Según su hijo Gonzalo Milá, «desde la crisis, las empresas que producen sus diseños facturan un 70 u 80% en el extranjero, y se venden muy bien». Esta expansión internacional es un testimonio de la relevancia y universalidad de su obra, que trasciende fronteras y continúa inspirando a diseñadores de todo el mundo.

El hombre detrás del diseño

A pesar de su éxito y reconocimiento, Miguel Milá siempre se mantuvo humilde y accesible. Su enfoque en el diseño era práctico y funcional, pero también profundamente humano. En una entrevista con El País (2024), Milá reflexionaba sobre su carrera con modestia, señalando que nunca buscó estar de moda, pero que tampoco dejó de estarlo. Su filosofía de diseño se basaba en el sentido común y en una búsqueda constante de soluciones prácticas y estéticamente agradables. Este enfoque lo llevó a crear objetos que no solo cumplían su función, sino que también aportaban un valor añadido a los espacios en los que se encontraban.

Miguel Milá también era conocido por su sentido del humor y su capacidad para conectar con las personas. Su casa en Esplugas, donde vivió hasta sus últimos días, era un reflejo de su personalidad: un espacio cálido, acogedor y lleno de objetos que contaban historias. Su familia, especialmente su esposa Cuqui y su hijo Gonzalo, siempre estuvieron a su lado, apoyándolo en su trabajo y colaborando en sus proyectos. La relación cercana y colaborativa que mantuvo con su familia fue un pilar fundamental en su vida y en su carrera.

Un legado que perdura

Con la muerte de Miguel Milá, el mundo del diseño pierde a una de sus figuras más influyentes. Sin embargo, su legado perdura en las innumerables piezas que creó, en los diseñadores que inspiró y en la manera en que redefinió el diseño industrial en España y en el mundo. Milá nos deja un vasto legado de piezas icónicas que seguirán siendo admiradas y utilizadas por generaciones futuras. Sus principios de honestidad, funcionalidad y simplicidad continúan siendo una guía para diseñadores contemporáneos y futuros.

Miguel Milá fue más que un diseñador; fue un visionario que supo ver más allá de las tendencias y crear objetos que trascendieran el tiempo y el espacio. Su trabajo es un testimonio de su pasión por el diseño y su compromiso con la creación de objetos que no solo fueran útiles, sino que también enriquecieran la vida de las personas. Su influencia en el diseño español y mundial es innegable, y su legado seguirá vivo en cada una de las piezas que diseñó.

En este día triste para el mundo del diseño, recordamos a Miguel Milá no solo por sus contribuciones al diseño industrial, sino también por la manera en que vivió su vida: con pasión, humildad y un profundo respeto por el arte de crear. Su legado es un recordatorio de que el buen diseño no solo es funcional, sino que también es capaz de emocionar, inspirar y perdurar.

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