Mongolia: «Nos gustaría compartir este premio con Ángel Cristo, pero está muerto»

En los momentos de editar esta entrevista, el equipo de Mongolia nos lo ha puesto difícil, muy difícil básicamente porque no podíamos darle a la tecla de los lagrimones que nos caían al no parar de reír. Se definen a sí mismos como «la revista satírica sin mensaje alguno». No creen en nada, menos aún en ellos mismos. Para Mongolia todo el mundo es ateo, incluido Dios, que acaba de mudarse a Mongolia. No respetan la incredulidad. Pero, ¿quién carga las tintas para cubrir la revista de ironía y mordacidad? ¿Quién está detrás de Mongolia? Aquí tienes la entrevista más irreverente, fresca y desternillante que jamás hayamos publicado en Gràffica.

MONGOLIA
El jurado ha decido premiar a Mongolia por hacer del diseño parte de su ADN y comunicar sátira con un diseño audaz. Desde sus páginas persiguen con tinta a bandoleros, farsantes, embusteros y demás fauna que anteponga sus intereses personales y los del Fondo Monetario Internacional a los del mundo mundial.

¿Cómo habéis recibido la noticia de haber ganado un premio al que no os habéis presentado?
Desnudos. Acabábamos de salir de la ducha y nos estábamos despulguizando unos a otros.

¿Qué habéis sentido cuando os han dicho: «¡Enhorabuena! Mongolia ha sido elegido uno de los 10 premios gràffica 2012!»?
Muy agradecidos. Siempre que nos dan premios (y es increíble que eso pase ya con nuestra corta edad), se nos obturan todos los orificios corporales en señal de contrición y gratitud. Todo a un tiempo.

¿Con quién os gustaría compartir escenario ese día?
Con Ángel Cristo, pero está muerto. De los vivos, con los compañeros de la Alta Dirección de Mongolia que no puedan ir a Bilbao.

¿Cómo surgió el proyecto Mongolia?
Surge de un grupo de 6 personas que, a partir de marzo de 2011, comienzan a quedarse sin trabajo y ven que deben descargar fuerzas en crear un nuevo medio satírico que combine humor político (y del otro) con noticias confidenciales reales. Toda esta energía y este olor a macho cabrío se condensa en una revista con nombre de país que publica su primer número el 23 de marzo de 2012 con la portada «España tiene una salida (Barajas)» y que, ahora mismo, ha llegado a los siete números y dos especiales (uno de ‘verAno’ y otro de ‘Navidad’, que ahora mismo está en los quioscos a un precio ridículo y con un gran regalo: un jamón (para recortar) y unas maravillosas postales navideñas).

Revista o periódico, ¿qué denominación preferís?
Es una revista con papel periódico en la tradición de otros muchos satíricos de todo el mundo. Además, funciona muy bien como papel higiénico una vez lo has leído. Esto es importante tenerlo claro: siempre después de leerlo, porque hay lectores que lo hacen antes y es durísimo, se llevan mucho disgusto. Luego lo tienen que lavar, tender, airear y eso no hay dios que lo aguante, pero está el mundo como para gastarse tres euros de más por una cosa igual.

¿Cuántas personas hay implicadas en el proyecto?
Somos seis personas y un grupo de colaboradores. Los que nos hemos arrogado con el título de «Alta Dirección de Mongolia» somos Gonzalo Boye, abogado y editor irresponsable (él es el único insustituible, aparte de extraordinaria persona), Pere Rusiñol, el responsable de la sección de noticias reales, y en la parte de humor: Darío Adanti, ilustrador, Fernando Rapa, director de arte, Eduardo Bravo y Eduardo Galán, escribientes en la zona de humor.

¿Quién lleva la voz cantante en la parte del diseño? ¿Qué es lo que se pretende en este aspecto?
Fernando Rapa es el máximo responsable de la parte de diseño. Lo que más nos preocupa de la parte de diseño es que los números de la página se vean claramente, porque la gente se lía y se crean tragedias de personas atrapadas en un bucle porque no ven bien la numeración.

¿Cómo véis Mongolia en relación al diseño editorial que se hace en nuestro país? ¿Y respecto a otros países?
Podemos hablar con respecto a otros satíricos: somos completamente diferentes a otras publicaciones y creemos que tenemos un gran respeto por el diseño editorial, al que veneramos como a nuestras madres, que son muy buenas y nos gustaría saludarlas desde este espacio. ¡Hola!

En estos momentos la revista está plagada de gags, chistes y chascarrillos especialmente de alto contenido político. ¿De dónde salen esas ideas? ¿Cuál es vuestra fuente de referencia?
El pelo de Bono. Todo sale de ahí, de la visión psicotrópica de la cabellera de José Bono, una especie de mofeta infecta que recorre la cabeza del ex-presidente del Congreso. En ella encontramos muchas ideas pero también están los cojones del ciervo del Consejero de Turismo de Mallorca, los huevos (fritos) del Rey, las declaraciones de Rajoy, la detención de Díaz Ferrán, ese gran empresario al que Esperanza Aguirre quería tanto…

¿Pensáis que si el signo político de este país cambiara, Mongolia mantendría la misma línea editorial?
Cualquiera que lea nuestra revista, sabe que no. Eso sí, por mucho que cambie el signo político de este país, pasará de la ultraderecha neoliberalcatolicoide a la derecha moderada.

Mongolia todavía tiene una corta vida… ¿Cómo veis el futuro de la publicación? ¿Hacia dónde va a dirigir los pasos?
Hacia el after, como cada día, y hacia un libro que Mondadori publicará en febrero 2013 y que se llama El libro rojo de Mongolia (Muy loco).
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+info: revistamongolia.com

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