La trayectoria de Mar Hernández como ilustradora es amplia. Su pasión es el dibujo, actividad que combina con la docencia. Entre su lista de clientes están Private, TGTL, Wall Street Journal y Dwell Magazine, además de agencias como McCann Erickson Estambul, Satchi y Satchi o SCPF. Su inquietud por experimentar le ha llevado a romper con la rutina diaria y afrontar un nuevo reto personal y profesional. De este proceso de investigación surge Lugares Sinfín, un bello cuento escrito e ilustrado integramente por ella.
MAR HERNÁNDEZ
Mar Hernández, Malota, es ilustradora profesional y vocacional. Dirige su propio estudio: Malotaprojects desde hace más de 7 años. Responsable, exigente con su trabajo, pero también flexible, Malota sabe adaptarse a las necesidades de cada proyecto. Esta versatilidad le ha llevado a trabajar en muchos ámbitos de la ilustración: audiovisual, publicidad, packaging, editorial y entiende y conoce las necesidades y peculiaridades de cada campo. Mar está representada internacionalmente por Anna Goodson Management.
Háblanos de qué trata Lugares Sinfín. ¿Cómo surge y por qué?
Lugares Sinfín es un cuento ilustrado en el que se narran una serie de historias de ficción. Se trata de una publicación autoproducida y autoeditada que surge de las ganas de llevar a cabo un proyecto editorial personal donde pudiera trabajar con total libertad.
¿Cuál ha sido tu fuente de inspiración?
Las historias que aparecen en Lugares Sinfín tienen bastantes detalles basados en anécdotas personales, así es que supongo que han sido mis vivencias, en gran medida, las que ha inspirado este cuento.
El libro está escrito e ilustrado por ti. ¿Qué ha sido más fácil ponerte a los pinceles o a las letras?
En la parte gráfica me siento más cómoda aunque me he divertido y he aprendido mucho componiendo la historia.
Ilustrar proyectos propios o proyectos de encargo, ¿cómo te sientes más cómoda?
En mi caso me es más fácil atender a un encargo porque suelen estar más pautados y hay una serie de decisiones que no he de tomar yo porque son los directores de arte o editores los que las toman y de ese modo, yo me dedico a encontrar la manera de hacer mi trabajo, respetando mi manera de entender la ilustración, mi estilo, etc., bajo sus directrices.
Cuando me enfrento a un trabajo personal, uno de los objetivos es aprender cosas nuevas y para eso tengo que dejar de hacer lo que he hecho hasta ahora y tratar de trabajar con nuevos planteamientos. Esta dinámica genera en mi cierta ‘ansiedad’ que muchas veces desemboca en frustración, las ideas y las ilustraciones tardan en salir, el tiempo que tardo en generar algo interesante es mayor, pero si sigo trabajando sin desanimarme, finalmente el resultado suele ser muy positivo, sobre todo porque me ha permitido aprender y crecer como ilustradora.
¿Qué significa para ti Lugares Sinfín en el ámbito personal y en tu carrera?
Lugares Sinfín fue un reto personal y profesional que me planteé hace unos meses. Ha significado un viaje por diferentes terrenos y territorios, en ocasiones abruptos y complicados, pero el haber llegado finalmente a mi destino, tener el libro entre las manos, ir recibiendo críticas positivas de amigos, conocidos y desconocidos hace que sienta que ha merecido la pena haber dedicado tanto tiempo y esfuerzo al proyecto.
¿Continúa la línea de otros proyectos o crees que hay un cambio?
Considero que ha supuesto un cambio en algunas cosas que seguro servirá como germen para otros proyectos, tal y como he comentado, utilizo los trabajos personales para tratar de hacer las cosas de otro modo, hasta ahora no había escrito mis propias historias, así es que ese aspecto tan solo ya supone un cambio o una novedad.
¿Cuánto tiempo te ha llevado el proyecto?
El proyecto me ha llevado unos seis meses, y lo he tenido que compaginar con mis encargos comerciales y mi trabajo como docente e investigadora en la universidad.
Sobre tu método a la hora de enfrentarte al proyecto, ¿cómo trabajas más a gusto?
En mi opinión, los métodos de trabajo con los que nos sentimos a gusto suelen procurar resultados previsibles, puesto que ya controlamos las variables. Por otro lado, cuando decidimos salir de esa ‘comodidad’ y aventurarnos con métodos de trabajo desconocidos para nosotros, lo que ocurre es que conseguimos resultados inesperados, y puede que no sean tan buenos como lo que obtenemos con nuestro método más utilizado, pero con total seguridad serán resultados con los que hemos aprendido cosas valiosas y eso lo vamos a incorporar en mayor o menor medida a nuestro trabajo.
Me siento cómoda investigando y Lugares Sinfín ha supuesto una investigación en muchos aspectos. Cuando trabajo con clientes con tiempos muy ajustados, para prensa, por ejemplo, no puedo permitirme esa investigación puesto que implica más tiempo de lo normal, pero el haber llevado a cabo proyectos personales paralelos como el libro permiten que cuando llega un encargo comercial, pueda poner en marcha todas las conclusiones aprendidas en mi investigación personal de una manera más controlada y sin miedo a no cumplir con las exigencias de un determinado cliente.
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