Después de que el Gobierno no haya entregado el Premio Nacional de Diseño en 2018, algunos galardonados durante toda la historia del merecimiento han querido opinar sobre ello. Ante el futuro incierto que se abre en nuestro sector, esta vez hemos hablado con algunas de leyendas del diseño nacional: José María Cruz Novillo, Josep Pla-Narbona y Enric Huquet.
El precio del olvido del Gobierno
Como era de esperar, los tres maestros se muestran avergonzados y críticos con que el Gobierno no haya entregado el Premio Nacional de Diseño en 2018. «No pueden dejarlo sin entregar, se les ha ido la olla», apunta Cruz Novillo.
Por ello, una reflexión en la que han coincidido los tres maestros –algo que se puede atribuir a la experiencia– es que en las nuevas bases, las cuales el Gobierno ha puesto de excusa para no entregar el galardón hasta que estén terminadas, debe quedar por escrito que este premio no se puede omitir:
«Estamos a tiempo para que quede bien claro en unas nuevas bases que sea obligatorio la concesión anual», afirma firmemente Enric Huguet.
«Con este despiste se le coge el gusto a las omisiones», asegura Novillo, pues, con esta ausencia, ya van siete años en los que el gobierno ha interrumpido la entrega del merecimiento (1991, 1993, 1994, 1996, 2009, 2014 y 2018). Esto supone «una falta de reconocimiento a nuestra labor», como remarca el maestro Pla-Narbona.
El diseño es cultura
El diseño es cultura, y los pioneros del diseño español no tienen dudas al respecto.
«El diseño es la pieza maestra de la cultura y le pertenece a este sector por su propia naturaleza», asegura Cruz Novillo.
Los tres coinciden en que tendrían que tener un hueco en el Ministerio de Cultura: «Podemos estar en el Ministerio de Innovación porque movemos la economía del país, pero merecemos también otro premio que sea entregado por el Ministerio de Cultura, porque es donde se entregan los galardones al cómic, a la ilustración, al cine… y todo eso también forma parte diseño», argumenta Enric Huguet.
Tanto los diseñadores como el Gobierno –al no haber entregado el merecimiento con asiduidad– nos recuerdan que el sector carece de una visibilidad y respaldo adecuados: «El diseño necesita un lugar y un interlocutor dentro de algún ministerio. Y este espacio no lo tenemos», comenta Huguet.
Discrepancias con el galardón
Como hemos visto a lo largo de su historia, el Premio Nacional de Diseño sigue “la regla no escrita” por la cual se alterna cada año un premio a diseño gráfico y un premio a diseño de producto. Esto hace, que cuando no se olvidan de entregarlo, cada modalidad sea galardonada cada dos años, por lo que no se ve reflejado su valor.
Cruz Novillo, ante ello, comenta que las dos especialidades deberían separarse y que «deberían tener ambas galardones anuales», añade Pla-Narbona. Por su parte, Huguet también apoya esta separación e incide en que ambas disciplinas «se diferencian claramente la una de la otra», por lo que deben tener representación anual por separado.
Por otro lado, desde que el galardón se llama Premios Nacionales de Diseño e Innovación, se entregan a la vez sendos merecimientos, lo que supone «un despropósito», según afirma Pla-Narbona. Las leyendas del diseño en España no lo llegan a comprender.
Introducir un galardón diferente en el espacio del Diseño es otra muestra de que el sector no solo no tiene un hueco en la agenda del gobierno, sino que no posee ni un lugar propio en el plano de los premios:
«Un galardón no ha de estropear al otro, no han de quitarse sus espacios» asegura Huguet.
Medidas para visibilizar el diseño
Dado que el diseño no parece estar muy presente ni en el Gobierno ni en la sociedad, los maestros también han comentado qué podría ser necesario para que el panorama cambiara.
Cruz- Novillo apuesta por seguir los pasos de algunos referentes: «Creo que se tendrían que tener en cuenta otros ejemplos análogos y hacer lo necesario para encontrar la mejor de las soluciones». Ante esta cuestión, Huguet y Pla-Narbona coinciden en que es responsabilidad de todos –de los diseñadores y las instituciones– que esto sea posible.
Enric Huguet se muestra más crítico que sus compañeros en este aspecto. En cuanto al papel del diseño en el Gobierno, asegura que sus «compañeros han luchado, pedido e intentado buscar un interlocutor en algún ministerio para tener un lugar donde exponer nuestras necesidades y consultar nuestros derechos».
Por otro lado, centrándose en la aún menos visibilidad del diseño gráfico frente al diseño de producto, el maestro de esta especialidad insiste en que es imprescindible para su prestigio que «las asociaciones, el Col·legi Oficial de Disseny Gràfic de Catalunya, las escuelas de arte y diseño, y el Museu del Disseny de Barcelona, ejerzan su labor de trabajar a favor del diseño gráfico».
José María Cruz Novillo es uno de los grandes pioneros del diseño y fue galardonado con el Premio Nacional en 1997. Es responsable de algunos de los logotipos institucionales más conocidos, tanto públicos –como el de Renfe– como privados –como los del Grupo prisa y Endesa, entre otros–. También ha diseñado alrededor de un centenar de carteles de películas españolas como La escopeta nacional, o Los lunes al sol. Además, junto a su hijo, es cofundador del estudio Cruz más Cruz.
Enric Huguet es otro de los maestros del diseño, concretamente del gráfico. El diseñador e ilustrador fue galardonado con el premio Nacional de Diseño en 2013. Ha destacado especialmente como cartelista y es autor de algunos de los carteles más icónicos de los cincuenta y los sesenta. Entre sus clientes se encuentran Aguas de Barcelona, Roca y Diputación de Barcelona, entre otros. También ha sido diseñador de marcas y creador de alfabetos.
Josep Pla-Narbona, diseñador gráfico, dibujante, grabador, escultor y pintor, es también uno de los padres de este sector en España. Ha sido el primer profesional del diseño español admitido en la Alliance Graphique Internationale (AGI). Fue premio Nacional de Diseño en 2004, y desde 1977 se dedica principalmente a las Bellas Artes (grabado, pintura y dibujo).