Desde que los monitores se han vuelto herramienta, casi inevitable, del trabajo del diseñador, las imágenes pixeladas son muy populares. Así, como una moderna expresión del puntillismo de finales del siglo XIX, muchos diseñadores y artistas plásticos se han volcado al trabajo con unidades mínimas de color.
Bajo la misma lógica de la retícula, pero bastante lejos del monitor y sus píxeles, las obras de Christian Faur (New York, 1968) exploran una nueva medida de composición: el crayón. Ligado a la infancia y los primeros años de escuela, los crayones fueron la puerta de acceso hacia la exploración del color y el mundo tonal que nos rodea. De este modo, el trabajo del artista americano cobra un doble sentido cuando utiliza los crayones para generar sus retratos sin siquiera apoyarlos en una hoja.
Las diferentes composiciones exploran las escalas de color y las combinaciones posibles entre los elementos. Como un píxel redondo, cada crayón es parte de la perfecta trama que descubre una imagen sorprendente.
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+info: christianfaur.com/
[Vía Monster Munch]
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