Estas son algunas de las más célebres y descarnadas composiciones nacidas del rencor tras un agrio desencuentro sentimental.
Muchos años antes de que Shakira le cantara las cuarenta a Gerard Piqué en canciones como el omnipresente hit junto a Bizarrap del que todo el mundo habla desde hace unas horas, como si de un enorme movimiento sísmico se tratara, ya había artistas de renombre que hacían del rencor que sucede al agrio fin de una relación de pareja su principal motor creativo en canciones que no se andaban con remilgos. Te invitamos a conocer (o recordar) algunas de las más memorables.
“Rata de dos patas” (2004), de Paquita la del Barrio
De México, tierra pasional y de contrastes extremos, tenía que venir el gran himno del despecho más descarnado. La versión más extendida sobre su origen e inspiración es que la veterana cantante de Veracruz se la dedicó a su marido, quien llevaba engañándola con otra (u otras) durante los últimos quince años de un matrimonio que por entonces duraba 25. Menuda cruz.
Aunque su autor, Manuel Eduardo Toscano, confesó luego que iba dirigida a un famoso político. En cualquier caso, solo por su primera estrofa (“Rata inmunda, animal rastrero, escoria de la vida, adefesio mal hecho”), ya vale la pena apostar por la sangrante ficción, siempre mejor que la prosaica realidad.
“Puro teatro” (1969), de La Lupe
“Igual que en un escenario, finges tu dolor barato, tu drama no es necesario, ya conozco ese teatro”. Os suena, ¿no? La artista cubana, competidora de Celia Cruz por el cetro de reina del latin soul durante los años cincuenta y sesenta, se marcó esta gloriosa invectiva que se convirtió en su canción más conocida.
“Pesadilla en el parque de atracciones” (2000), de Los Planetas
La banda granadina, emblema del indie español, tiene un buen número de canciones en las que expresan el rencor propio de una relación tóxica (quizá no tanto como las sustancias con las que les gusta experimentar) que empezó mal y acabó peor.
Esta no es la mejor de ese capítulo, pero sí la más explícita: “Y quiero que sepas que espero que acabes colgando de un pino, cuando veas lo imbécil que has sido, cuando veas que lo has hecho fatal”.
“Go Your Own Way” (1975), de Fleetwood Mac
Pocas veces una canción de desamor airado y resentido ha sonado más jubilosa. Su música es enérgica, podría decirse que incluso alegre. Pero su letra es muy amarga. La particularidad es que Lindsey Buckinghman le cantaba en la cara a Stevie Nicks eso de que se fuera por su camino cuando ambos formaban parte del mismo grupo.
De hecho, el disco en el que fue incluida, Rumours (1975), explicitaba la ruptura sentimental de las dos parejas del grupo, que no por ello dejaron de trabajar juntos. Menudo trago.
“Se acabó” (1978), de María Jiménez
“Tú no me vengas con pamplinas, ni me pidas que te ayude, cuando te necesitaba, yo jamás a ti te tuve”. Claro y rotundo, ¿no? Si alguien dentro de la canción española de toda la vida acumuló razones para cantarle al despecho sentimental, esa es María Jiménez.
El hecho de haberlas pasado canutas en su matrimonio seguramente la haya ayudado a interpretar con todo el arrojo y la entrega del mundo canciones como esta, compuesta por José Ruiz Venegas.
“I Drink Wine” (2021), de Adele
La estrella británica nos confesaba que se entregaba al tintorro para olvidar sus penas en su último álbum. Beber para olvidar: un clásico. De hecho, es una de las voces más acreditadas en el arte de cantar con el corazón roto, aunque seguramente sin la misma rabia acumulada que la mayoría de artistas que aparecen en este artículo. Su despecho siempre fue más sereno.
“Mala hierba” (2022), de La Bien Querida y Tulsa
Entre la cumbia y la rumba se desenvuelve esta espléndida canción a dúo entre La Bien Querida y Tulsa, incluida en Paprika (2022), el último álbum de la primera. “Y a ti, que la pena que tuve la sientas en ti, porque fuiste un cabrón y te lo consentí, y ahora a esto lo llamas cortar de raíz ¡Pues claro que sí!”. Como podéis ver, no hay el menor resquicio al equívoco. Claro y meridiano. En toda la cara.
“Que te den” (1997), de Amparanoia
De vuelta de nuevo a México (cómo no), esta vez a ritmo de ranchera. La jienense Amparo Sánchez, Amparanoia, desvelaba aquí la pieza más despechada del exitoso El poder de Machín (1997), el disco que la catapultó a la fama y que aquel año sonaba absolutamente en todas partes.
“Tú me dejaste de querer” (2021), de C. Tangana, Niño de Elche y La Húngara
El combustible que alentó la canción más conocida de El madrileño (2021) también fue el desamor, el desengaño sentimental, aunque aquí expresado desde la vulnerabilidad del empotrador que también quiere mostrar su lado más sensible. Niño de Elche y La Húngara completaron el cuadro.
“Todo lo que merezcas” (2015), de Xoel López
Hasta los músicos de carácter más apacible y cordial son capaces de mostrar el colmillo a la hora de mandar un buen recado a alguien que les ha hecho daño. Es el caso del gallego Xoel López. Un trozo de pan hasta que le tocan la moral, por no decir otra cosa. “Y que te falte el aire, y que te ahogue el silencio, y llores todos los días, como me hiciste llorar a mi”.