La moda recalibra sus retos en sostenibilidad en Move! Sustainable Fashion Summit 2025

¿Ha recalibrado la moda sus objetivos de sostenibilidad este último año? ¿Qué hay detrás del retraso en la publicación del Real Decreto que sentará las normas de la responsabilidad ampliada del productor? ¿Por qué la sostenibilidad no avanza a mayor velocidad? El sector volvió a reunirse el 29 de mayo en Move! Sustainable Fashion Summit, una jornada impulsada por Modaes y EY, con el apoyo de Madrid Capital de Moda, con el objetivo de responder estas y más preguntas y averiguar, en definitiva, quién, o qué, mueve la sostenibilidad.

La tercera edición de la jornada reunió en 2025 a más de 270 directivos de empresas y entidades líderes del sector en el ámbito nacional e internacional en el Palacio de Cibeles, en Madrid. Desde ejecutivos de empresas nacionales como Tendam, Mango o Silbon a expertos y docentes de la Universitat Politécnica de Catalunya e EY, pasando por grupos industriales como Coleo o Recovo, convirtieron el evento en un punto de encuentro de las voces más relevantes de sostenibilidad en moda del momento.

A estos se les unieron también directivos y responsables de empresas internacionales como H&M, Primark o Patagonia, junto a líderes de nuevas entidades como Re-viste o Gerescal, los dos scraps del sector en España. La jornada contó también con representación institucional, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).

Velocidad, retrocesos y prioridades marcaron el hilo conductor de la jornada, en la que también hubo llamadas a la colaboración y a la implicación de todas las partes. La responsabilidad fue precisamente uno de los puntos calientes: ¿son responsables las empresas, los proveedores o el consumidor de empujar el cambio sostenible?

 “Las marcas, con nuestra voz y discurso, tenemos la capacidad de hacer pedagogía hacia los consumidores”, reivindicó Andrés Fernández, director de sostenibilidad y sourcing en Mango, durante la primera mesa redonda del día, con quién coincidió Nuria Ramírez, directora de sostenibilidad en H&M en España y Portugal. “El precio es un driver, siempre lo ha sido, y su impacto en la decisión de compra no va a desaparecer”, argumentó la directiva, en favor del rol de liderazgo de las empresas.

Vuelta al consumercentric

El consumidor, de hecho, volvió a convertirse en el centro del debate, después de varios años de discurso, si no contrario, algo más alejado a esta idea. En su defensa salió Lynne Walker, directora de Primark Cares, que aseguró que los consumidores sí se preocupan por la sostenibilidad, “pero les cuesta saber cómo llevar a cabo los cambios”. 

“Igual sí tiene la sostenibilidad en su agenda, pero otra cosa es que la tenga como una prioridad en el día a día”, había rebatido antes Ignacio Sierra, director general corporativo del grupo español Tendam, una idea que recogió más tarde Mónica Rodríguez, cofundadora y consejera delegada de Recovo: “Podemos apelar a la emoción del consumidor, la moda tiene ese valor que, por ejemplo, no tienen los envases, y eso es una buena baza en nuestro favor”, comentó.

Deshacer camino

Y del consumidor a otro de los puntos calientes de la jornada de ayer, la legislación, o, mejor dicho, la ausencia de la misma. El debate comenzó con la mención al paquete Ómnibus por parte de Nick Allen, director de transparencia en la empresa de moda outdoor Patagonia. “Estamos viendo un retroceso, tanto en Europa, a nivel legislativo, como en Estados Unidos, aunque sea desde otro punto de vista, pero también es una vuelta atrás”, defendió el directivo.

Frente a esta nueva tendencia, muchas de las voces coincidieron en que el camino no puede, ni debe, deshacerse, como argumentó Aécio Dantas, responsable de sostenibilidad de Silbon. “No podemos frenar ahora, una vez que iniciamos un proyecto hay que seguirlo, también porque hace avanzar y, al final, nos dará una ventaja competitiva en el futuro”, sentenció.

“Ahora la sostenibilidad ha dejado de formar parte de los cuentos, y está dentro de las cuentas”, valoró también Alberto Castilla, socio responsable del área de sostenibilidad y ESG en EY. Para el experto, la gobernanza es la “base y fundamento” de la sostenibilidad, y las compañías ya han entendido que deben aplicar en ella la misma rigurosidad que en la gestión financiera. 

Y siguiendo el hilo de un vacío legislativo, el Real Decreto que implantará oficialmente la responsabilidad ampliada del productor volvió a tomar protagonismo, con Juan Ramón Meléndez, director general de la Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado (Re-Viste) reclamando la llegada del texto. “Hay procesos que, hasta la llegada del Real Decreto, no van a poder arrancar”, quiso recordar.

A él se le sumó Marc Puyuelo, al frente del área de estrategia y desarrollo industrial del grupo catalán Coleo que defendió que “ha llegado antes la normativa de recogida que la de la demanda”, lo que ha generado un desajuste en la viabilidad del sistema. “Aún hace falta mucha infraestructura que hoy no está presente”, recordó por su parte Cáliz Ebri, al frente de la práctica de sostenibilidad en el estudio de diseño e innovación de EY

Reclamos y silencios

Los reclamos fueron contestados al final de la jornada, con la intervención de clausura de Alejandro Dorado, comisionado para la economía circular en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) del Gobierno de España. “Se ha producido este desacompasamiento, ciertamente no deseable, pero porque también estas normativas derivan de un reglamento europeo, por lo que estábamos esperando para que no fuera en contra de la misma; y además no somos el único actor implicado”, defendió el representante.

Y sobre silencios precisamente puso el foco Enric Carrera, investigador del Grupo de Investigación en Tecnología Textil de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), tocando el gran punto sensible de la moda, el volumen. “¿Lanzar cinco temporadas al año, no creen ustedes que induce al consumo?”, preguntó al público el docente y experto. En el hecho de que el sector y la población no es consciente de la magnitud del problema, y las soluciones necesarias para abordarlo, basó Carrera su tesis, en la que defendió que “es necesario repensar el volumen de producción actual”. 

Salir de la versión móvil