En estos tiempos de Inteligencia Artificial, donde un clic puede generar ilustraciones instantáneas, surge la pregunta: ¿qué aportamos al vasto lienzo digital con nuestro propio trazo? Más allá de habilidades manuales, ilustrar se convierte en una actividad creativa, en un acto de contar historias con sentido y alma. En un universo saturado de imágenes automáticas, cada trazo es una expresión única que va más allá de la eficiencia, es la esencia de la narrativa visual. Es importante darse cuenta del valor de la ilustración que radica no solo en crear, sino en aportar un pedacito de nuestra esencia al inabarcable universo profesional.
«La ilustración publicitaria, al igual que en otras ramas de la ilustración, se caracteriza por su principal objetivo: la comunicación efectiva y la captación de la atención del espectador», comenta Juan Jesús Martínez profesor del Master de Ilustración editorial y publicitaria en la Escuela Trazos. En un mundo saturado de estímulos visuales, la ilustración publicitaria emerge como el arma secreta para transmitir mensajes de manera clara y directa, capturando la esencia de marcas y conceptos. La versatilidad de estilos, desde lo realista hasta lo abstracto, permite crear imágenes potentes y adaptadas a cualquier contexto, desde carteles hasta redes sociales.
Pero no es solo la estética lo que distingue a la ilustración publicitaria. «¿Qué aporta entonces el uso de la ilustración en publicidad? En primer lugar, permite representar situaciones imposibles o metafóricas, despertando la curiosidad del espectador», destaca Martínez. Desde transmitir mensajes hasta la transición de información, ya sabemos eso de emisor-receptor, la ilustración publicitaria se convierte en un recurso valioso, a menudo subestimado, en la creación de contenido visual impactante y memorable.
Javier Pajuelo, profesor del Master de ilustración editorial en la Escuela Trazos explica como la ilustración editorial nos lleva a las raíces de la ilustración, nacida como apoyo al texto. En la ilustración editorial, texto e imagen son compañeros inseparables, fusionándose para contar historias, informar y dar vida a conceptos abstractos. Aquí, el ilustrador no solo complementa sino que es el propio vehículo, ofreciendo al receptor el producto final, ya sea en revistas, cómics o libros escolares. «La ilustración editorial sigue teniendo una relación muy estrecha con las artes plásticas en general ya que la conciencia de autor suele estar bastante presente» concluye Pajuelo.
«Una de las principales diferencias que encuentro cuando realizo un proyecto publicitario frente a otro editorial es que la ilustración en uno sirve como motor para impulsar la venta de un producto mientras que en otro es el propio vehículo en sí. », explica Pajuelo. Además, destaca la conciencia de autor que impregna la ilustración editorial, donde el nombre del ilustrador está intrínsecamente ligado al producto final, añadiendo un toque personal que resuena en proyectos únicos y memorables.
Una especialidad especialmente fascinante es la ilustración científica. Aquí, la precisión y el rigor científico son esenciales, ya que el objetivo es comunicar conceptos científicos de manera clara y detallada. Las ilustraciones científicas van más allá de las páginas editoriales, encontrando su hogar en medios digitales, presentaciones y otros canales de comunicación.
«Lo que me encanta de la ilustración científica es que cada nuevo proyecto es un auténtico reto distinto al anterior», comparte su entusiasmado Jaime de la Torre profesor del Master de ilustración científica de Trazos. Desde infografías en medios impresos hasta la creación de personajes para videojuegos, la ilustración científica ofrece un abanico diverso de oportunidades profesionales, fusionando habilidades artísticas y conocimientos científicos en una danza creativa.
En todas las especialidades de la ilustración, Trazos destaca con sus Másteres de Ilustración Editorial y Publicitaria, así como el de Ilustración Científica. Estos programas, diseñados por expertos y profesionales en activo, ofrecen una inmersión profunda en el arte de ilustrar, guiando a los estudiantes hacia la especialización que les apasione.
En un mundo donde la comunicación visual es clave, la ilustración se erige como un lenguaje universal. En la Escuela Trazos, no solo se aprende a ilustrar, sino a contar historias, transmitir mensajes que perduren en el tiempo. Ya son más de 30 años formando a más de 15.000 alumnos trasladando esa pasión que se cultiva para forma a la próxima generación de ilustradores que dejarán su huella en la publicidad, la edición y la ciencia.
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