Los decanos de las facultades de Bellas Artes lamentan que la propuesta del Gobierno rebaja la calidad de los títulos al otorgar más derechos pero no más obligaciones a los centros superiores, que niegan la acusación y sostienen que la equiparación ya existía.
Ni siquiera había consenso respecto a si hacía falta una ley. La consecuencia lógica ha sido que, una vez redactada, tampoco haya acuerdo con las medidas que propone. El proyecto de ley de enseñanzas artísticas enfrenta ahora a los Centros Superiores de enseñanzas artísticas con la Universidad, dos mundos que se han mirado históricamente desde cierta distancia y que ahora parecen condenados a entenderse en algún nivel. Ambas partes han negociado hasta el último minuto, pero finalmente no ha habido acuerdo y cada una jugará sus bazas en forma de enmiendas durante el trámite parlamentario.
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