La autoedición a debate en el festival Irudika

Como cada año, el festival pone el foco en diferentes países y esta edición lo ha hecho en Bélgica, Portugal y Chile con un especial protagonismo de la autoedición.

Entre los días 29 y 30 de octubre Irudika ha vuelto a Vitoria-Gasteiz para celebrar su quinto aniversario. Durante el pasado año 2020 muchos eventos tuvieron que cerrar sus puertas, otros lograron reciclarse a través del formato digital, como es el caso del Festival de Ilustración Irudika.

Este año Irudika volvía con una propuesta combinada que aunaba su versión online con la clásica presencial. A lo largo de tres días, los grandes nombres de la ilustración de Chile, Bélgica y Portugal se han acercado a Vitoria-Gasteiz para mostrar su trabajo.

El primer día del evento estuvo dedicado a los sectores paralelos centrándose en el grabado con Catalina Bu, Paula Bonet, Claudio Romo y Maite La Taller y, sobre todo las microediciones, con un especial protagonismo de la autoedición belga y lusa en las que nos vamos a centrar.

La ilustradora Anne Brugni y el performer McCloud Zicmuse en acción. Foto: Gheada.

La apertura se llevó a cabo de la mano de la ilustradora Anne Brugni y el músico, ceramista y performer McCloud Zicmuse, una singular pareja que encandiló al público con la sensibilidad de su propuesta Seasons.

Los dos conforman el colectivo Herberg Rustiek, un punto de encuentro entre diferentes propuestas artísticas, ofreciendo un espacio en su casa a quien quiera desarrollar su trabajo de creación.

La propuesta gráfica de la pareja se ha traducido en diferentes libros en los que los collages o las texturas son protagonistas pero han extendido su mensaje a otros formatos como la performance que abría el festival.

Nicolas Belayew y Corinne Clarysse son Actes Nord Editions

A lo largo de la jornada del jueves pudimos, también, conocer de cerca la propuesta de Actes Nord Editions, pareja artística con un objetivo a la hora de publicar muy claro: «Tratamos de publicar libros que si no no existirían». Formado por Nicolas Belayew y Corinne Clarysse, su actividad principal no es la edición, lo que les permite asumir sin condicionantes el tipo de material que quieren publicar destacando una de sus pasiones: «Nos apasionan las colecciones sobre colecciones».

«Tratamos de publicar libros que si no no existirían.»

Actes Nord Editions

Como en cualquier parte del mundo, ambos son conscientes de la dificultad de llevar al gran público su propuesta. «Solemos hacer pocas copias de cada libro, 250. De ellas 100 son para el autor, 100 para nosotros y 50 para las librerías».

Una de las joyas de su espacio es la máquina de risografía. «Podemos elegir entre once colores diferentes —cuenta Corinne—. La máquina sirve tanto para imprimir como para escanear. A mí me gusta trabajar sobre el cristal y ajustar el trabajo para que se vea el patrón».

fanzines pour les enfants

Es algo que conocen también de cerca las chicas de Cuistax, un fanzine infantil realizado por Fanny Dreyer y Chloe Perarnau a las que posteriormente se uniría Sarah Cheveau.

Ambas se conocieron en la sección de ilustración de la escuela de Bellas Artes de Bruselas y les unió la pasión por el footing. Entre carrera y carrera, fueron viendo que la microedición era para ambas una buena carta de presentación. Con la autoedición podían cubrir todos los aspectos de la producción editorial. A través de una primera exposición colectiva reunieron al grupo fundacional del colectivo y a partir de allí nace el primer número de Cuistax: «Un número cero porque no estábamos seguras de su continuidad», nos cuentan.

Además de ampliar el número de colores, la risografía permite superposiciones con las que han ido experimentando a lo largo del tiempo.

Para la reproducción eligieron la risografía, primero con la elección de dos colores por número para ir ampliando el abanico paulatinamente. «No resulta caro y permite generar unos colores muy vivos. Es cierto que hay ciertas limitaciones —nos confiesan—, pero supone un reto para los ilustradores». Además de ampliar el número de colores, la risografía permite superposiciones con las que han ido experimentando a lo largo del tiempo.

Emplear solo dos tintas supone un reto para las ilustradoras. Foto: Gheada.

Cuistax es una palabra que se conoce tanto en la parte flamenca como en la belga. Se trata de una bicicleta de varias personas, entre dos y ocho, que se mueve con la energía colectiva.

Una singularidad del proyecto es que está orientado a los y las más pequeñas, algo poco habitual en la microedición. «Era algo sencillo de hacer y lógico para nosotras. Una vez distribuido, ha despertado el interés en mucha más gente. Se han puesto en contacto con nosotras desde Quebec o Francia e incluso estamos desarrollando un fanzine didáctico sobre la historia del cine para niños».

A las personas del colectivo les han llegado pedidos siguiendo el espíritu de Cuistax o trabajos de dirección artística para hacer exposiciones en distintos lugares. «Ha sucedido de manera natural —nos cuentan—. Siempre habrá otros proyectos pero la historia de Cuistax es una idea de amistad».

Cuistax nos explican cómo ha evolucionado la autoedición en Bélgica, país al que asociamos con el cómic franco-belga clásico: «Se ha desarrollado mucho en los últimos años. Tal vez el elemento que más lo ha potenciado es que hay muchas escuelas de arte que ofrecen cursos de cómic e ilustración. Eso hace que la gente joven haga publicaciones y creen colectivos entre ellos. Por una parte está la ilustración y el cómic clásico pero por otra parte existen microproyectos de ilustración alternativa que funcionan en paralelo y que están muy relacionados con los estudios de esta gente ya que se orientan como proyectos de fin de carrera», nos explican.

«Ya no se habla de cómic o ilustración sino de imágenes. Es un modelo más transversal.»

Cuistax

«La generación anterior, hace diez años, veía dos universos muy separados. Por una parte el del cómic, que era muy masculino, y el universo de la ilustración que era prácticamente femenino. Poco a poco se está equilibrando. Ya no se habla de cómic o ilustración sino de imágenes. Es un modelo más transversal. Esa es nuestra visión pero habría que preguntar al gran público».

Las dos coinciden en pensar que haría falta dar más espacio para la microedición en los grandes eventos, ya que se prioriza el público comercial y a las editoriales grandes.

la autoedición portuguesa

Por parte de Portugal conocemos la obra de dos autoras: Mariana A Miserável y Joana Estrela que nos hablan de la situación de la autoedición en su país.

Mariana A Miserável muestra en su obra la realidad de la profesión

Mariana A Miserável muestra sin complejos la precariedad del sector en la obra Autónoma publicada en nuestro país por Bonito Editorial. Su intensa actividad no solo se ha visto en las páginas de los fanzines sino que se ha extendido a muchos campos de la ilustración, desde las galerías hasta los murales, desde accesorios de moda hasta contenidos web y otros múltiples medios.

Un mundo versátil, como sus propias referencias: «Cuando empecé me gustaba una publicación que estaba en todas las ferias, Chili com carne. Me encantaban sus cosas aunque no tienen nada que ver con lo que hago. Me gustaba su libertad. Todo era experimental pero todo estaba organizado. Sin embargo, mis referencias no son tanto de microedición como de ilustración».

A lo largo del tiempo la autoedición ha ido cambiando y ello implica también estar pendiente de las redes sociales, una herramienta más en la que desarrollar su trabajo. «Cuando era más niña estaban los blogs. Ahora están las redes sociales. Cuando yo empecé no había Instagram y Facebook no tenía páginas profesionales. Ahora estoy haciendo para Instagram una serie de dibujos feos. No veo incompatibles las redes sociales con el papel, de hecho, me propusieron recopilar estos dibujos en una edición impresa. Se trata de un libro objeto que ha publicado Lavandaria, que es un taller de serigrafía en el que todo es manual».

Precisamente con Lavandaria tiene un proyecto para el próximo año. «Va a comenzar con un planteamiento de exposición y después será una publicación. Hago el proceso al revés pero creo que tiene que ser así».

«Las librerías no suelen tener espacio para ediciones independientes.»

Joana Estrela

Como Mariana, Joana Estrela vive y trabaja en Oporto. En 2014, Plana publicó su primer libro: Propaganda. Posteriormente Planeta Tangerina (también presente en Irudika) publicó Mana, ganador del primer Premio Serpa Internacional de Libros Ilustrados. Ella nos cuenta la dificultad que, en ocasiones, tienen las autopublicaciones para encontrar su espacio: «Las librerías no suelen tener espacio para ediciones independientes. Sí que hay galerías de ilustración y tiendas pero no hay distribuidoras como en Reino Unido y otros países. Nos ayudamos entre los distintos colectivos. Nos movemos en ferias y propiciamos el intercambio».

A la izquierda, Joana Estrela. Mariana A Miserável a la derecha.

Las dos conocieron de cerca un momento de eclosión de la autoedición en el momento en el que comenzaban sus carreras: «Hay colectivos como Flanzine. En 2012 o 2013 hubo una explosión en la que se generaron muchos colectivos pero han ido desapareciendo. Hoy sigue habiendo muchas publicaciones pero son individuales».

A la pregunta de si la autoedición es un fin en sí mismo o un medio para llegar a otro lugar, Mariana nos responde: «En el fanzine puedes tomar todas las decisiones. Es muy emocionante y ese es el fin. Hay personas que llegan al sitio que quieren y a la vez siguen haciendo fanzines, algo que les permite controlar todas las fases del proceso».

«Es más arriesgado —comparte Joana—, porque tienes que imprimir, gastar un dinero, saber qué cantidad editar… tienes un riesgo. Son decisiones importantes».

El festival continuó con un intenso programa de actividades en las que destacaban los talleres sorpresa, las charlas y las citas profesionales para concluir con el espectáculo Quema la memoria de New Raemon y Paula Bonet. Tres días de inspiradora creatividad en los que la ilustración se convirtió en protagonista.

Paula Bonet interpreta los temas de New Raemon en la clausura de Irudika.
Salir de la versión móvil