Vivir relajado, tranquilo y cómodo. Disfrutar los pequeños momentos, sin estrés y sintiéndote libre. Calma, paz, minimalismo y sencillez. Hogares más cálidos y gente más feliz. Eso es hygge, eso es la felicidad danesa. ¡Aunque hay mucho más!
Dinamarca es el país más feliz del mundo. Mucho tiene que ver su escandinavo estado de bienestar, pero bien es cierto que hygge es mucho más. Es una actitud ante la vida y quizá eso sea lo que les hace tan felices, superando a países como Islandia o Suiza.
¿Lo sabías? El término hygge surgió de una palabra noruega cuyo significado es «bienestar» y apareció escrita por primera vez en el siglo XIX. Los daneses insisten en que es un término que no puede traducirse y que ante todo, es «algo» que debe sentirse.
la filosofía hygge
Desde una perspectiva más occidental como la de España, es raro visualizar ese estado de felicidad, ya que el estrés del día a día, la escasa conciliación de vida laboral y personal o el estilo de vida tan ajetreado no dejan sentir de verdad qué es hablar de hygge.
Sin embargo, si le preguntásemos a un danés qué es hygge fácilmente podría responder que es acurrucarse frente a la chimenea una fría noche de invierno, bien abrigado y disfrutando de un buen vino con su mascota al lado. La típica imagen de una chimenea, nieve y ropa de abrigo que se asocia a países del norte, cuyo clima y carácter son más fríos. Momentos de calidez y relax que en países como España cuesta mucho más ver y sentir.
En Dinamarca, aunque los inviernos sean fríos y largos, el resto del año también fluye la filosofía hygge. Y es que, en pleno invierno, cuando Dinamarca solo cuenta con cuatro horas de sol al día y sus temperaturas rondan los 0º C, la gente pasa más tiempo en el interior de sus viviendas; por ello, hygge puede ser familias y amigos reunidos para comer y con el comedor a media luz. O, también, el tiempo que disfruta una persona leyendo un libro o contemplando el paisaje. Relax y calidez, sentirse en casa tanto como sea posible, olvidándose del resto de preocupaciones de la vida y viviendo el momento: eso es hygge.
sentir el hygge, practicar la calma
La filosofía hygge es algo que se puede aplicar tanto a la vida personal como a la profesional. Hygge es sentir, es calma, es felicidad y eso, se puede aplicar a la decoración del hogar y de la oficina, se puede transmitir a clientes a través del marketing y el diseño para hacerlos un poco más felices… ¡Se puede conseguir!
¿Quieres sentir el hygge y acercarte un poco más a los daneses? Te contamos las claves para practicar esta filosofía extendida cada vez más al resto de países.
6 consejos para una vida hygge
- Encuentra el momento perfecto. Aprovecha el tiempo de manera eficaz, trabaja pero, además, encuentra tiempo para relajarte con pequeños placeres olvidando las obligaciones.
- Siente más tu casa. En España, a diferencia de Dinamarca, la gente se reúne más en el exterior, en bares, parques, etc. y el hygge requiere más sentirse en casa, notar el calor del hogar.
- Crea el ambiente adecuado. Un diseño nórdico, con chimenea o velas, unas flores, el olor a madera… Pequeñas cosas que te hagan sentir cómodo.
- Elimina todo lo que rompa el relax. Es imprescindible despegarse del teléfono móvil, el televisor, no pensar en el trabajo, no hablar de política… Evita todo lo que pueda romper esa atmósfera de paz y calidez.
- Acomódate. Ropa cómoda, manta en el sofá, un domingo en la cama tomando café y leyendo… Como te sientas más cómoda/a, pero tómate tu tiempo para sentir esa felicidad que aporta el hygge.
- Sé consciente del momento. Disfruta del momento. Por ejemplo, de la sobremesa en familia.
Ahora que ya conoces mejor el secreto de la felicidad danesa, es momento de sentir del hygge y ponerlo en práctica. Recuerda: crea atmósferas cálidas, de paz y relax, vive el ahora, desconecta y tómate ese tiempo para ti y tu familia. Baja el ritmo, disfruta de los buenos momentos y, sobre todo, pasa tiempo de calidad, de verdad, sintiendo la calma y aprovechando las pequeñas cosas que te da la vida, esas que muchas veces pasan desapercibidas y no se les presta atención.