El número de trabajadores migrantes y refugiados que ingresan a Europa ha aumentado considerablemente desde 2011. Además de dejar su país, que sin duda es una de las decisiones más difíciles de sus vidas, cada uno de ellos debe realizar el difícil viaje a Europa, donde se encuentra con una serie de problemas completamente nuevos. Ello fue lo que inspiró al animador suizo Fabio Friedli para crear su tragicomedia Bon Voyage.
Decenas de personas se suben a un camión abarrotado. Su objetivo: escapar a Europa. Cuando llegan, después de un viaje agotador, les espera otra brutal realidad: el tratamiento europeo de los refugiados. Partiendo de esta situación, el artista convierte el dicho bon voyage en un título cínico e irónico para su película.
Friedli decidió crear una historia en la que se evidenciase cómo los refugiados son víctimas de las circunstancias y los medios. Para lograr esto, utilizó un estilo y un enfoque muy simplificado: figuras de palo y ningún diálogo.
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