Después de haber observado la sociedad a través del diseño gráfico durante 4 años en su edición online, Eye on Design inicia una nueva aventura y lanzan su revista trimestral impresa, con un intrigante primer número, dedicado a lo “Invisible”. Al igual que su equipo, repartido entre Londres, Nueva-York, Berlín y Beirut, la publicación respaldada por la asociación de diseño AIGA, se dirige a los diseñadores y aficionados del diseño gráfico, ilustración y creatividad, alrededor del mundo. Entrevistamos a Meg Miller, editora neoyorquina de la publicación.
¿Cómo nació la idea de crear una revista impresa?
Queríamos explorar un nuevo soporte donde pudiéramos profundizar las historias que tratamos online y al mismo tiempo, colaborar con los diseñadores y artistas visuales que protagonizan nuestros artículos. Con la revista, ofrecemos un testimonio actual de lo que es el diseño y de las cuestiones y debates importantes para los diseñadores.
Cada publicación se realiza con un diseñador diferente. La idea es crear un objeto editorial distinto cada vez, dando carta blanca al diseñador encargado. Mediante estos ensayos visuales, proponemos otras maneras de mostrar y cubrir el diseño.
¿Cuál es el rol de AIGA en este proceso? ¿Cuál es la relación entre el medio y la asociación?
AIGA es nuestro editor. Es la asociación profesional de diseñadores más grande y antigua del mundo. Tiene un largo historial en el mundo de la impresión. En 1947 la asociación publicó el AIGA Journal, que desapareció en 2003 por falta de fondos. Nos inspiramos mucho en esta publicación, especialmente en los últimos años, donde Steven Heller estaba a cargo de la dirección editorial.
AIGA nos provee de un rico conocimiento institucional, así como de los recursos necesarios para mantenernos constantemente al tanto de los principales temas de discusión dentro de la comunidad de diseñadores.
¿Qué publicaciones os inspiraron para crear la revista?
Aparte del AIGA Journal, nos inspiramos en revistas globales y experimentales como Migrant Journal, Flaneur y Holo. También contemplamos revistas lideradas por mujeres como Riposte, Mushpit, Ladybeard y Sabat, ya que nosotras también somos un equipo exclusivamente femenino.
¿Cuál es la diferencia entre Eye on Design y otras publicaciones de diseño?
No queríamos traducir literalmente nuestro trabajo online en un formato impreso, ni agregar una nueva revista de diseño a la pila de publicaciones, sin aportar nada nuevo o excitante. Queríamos esbozar una línea editorial aguda, con un diseño igual de inteligente, sin tomarnos demasiado en serio. La revista debería ser divertida. Publicamos perfiles, entrevistas y reportajes de largo formato, pero también artículos satíricos, notas de opinión y juegos.
Nos introducimos en los pequeños rincones desconocidos e intrigantes de la historia del diseño y extraemos las piezas más interesantes. La idea es probar y extender las posibilidades del periodismo de diseño.
¿Cuál es la relación entre el contenido online y la revista ?
La revista nos da una flexibilidad en términos de diseño y retícula que una página web no nos permite. Podemos crear un objeto editorial con una estética totalmente distinta para cada publicación, como un ensayo de fotografía, una sección de póster desplegable, etc.
En online estamos limitados a nuestra retícula, que por cierto, fue maravillosamente diseñada por Leta Sobierajski y Wade Jeffree. Cambiar el diseño de la página web cada cuatro meses, para explorar una temática, sería imposible de sostener económicamente.
¿Cómo elegís la temática de la revista?
Aprovechamos la conferencia AIGA Design 2017 en Minneapolis para reunirnos cara a cara. Durante la comida, empezamos a lanzar ideas. Inicialmente, los temas eran muy literales, inspirados en las categorías de nuestra página web, como la salud mental, la sexualidad, la diversidad o el dinero. A continuación, consideramos conceptos más abstractos como la invisibilidad, la borrosidad o la magia. Eso nos permitió pensar el diseñode diferentes maneras y así, crear una revista polifacética.
Para nuestra primera publicación, “Invisible”, el reto fue crear un soporte visual que materializara este concepto. Fue contra-intuitivo al principio, porque la esencia del diseño gráfico es crear sistemas, entidades y mensajes visibles.
Reflexionamos sobre todo el esfuerzo, la labor y las herramientas invisibles detrás del diseño. Luego nos cuestionamos de manera más abierta. ¿Qué está siendo visto o reconocido en el mundo del diseño? ¿Qué está siendo olvidado? ¿Qué historias no están siendo contadas?
¿Cómo elegís al diseñador editorial de cada publicación ? ¿Qué os llamó la atención en el trabajo de Maziyar Pahlevan para este número ?
Admiramos a Maziyar desde hace mucho tiempo. Su estética monocroma y su trabajo con repeticiones de texto cuadraba con nuestro tema. Sabíamos que íbamos a tener artículos sobre el código informático y mensajes cifrados y su estilo corresponde a esos temas. También necesitábamos a alguien que conociera el mundo impreso y que fuera paciente con nosotras, ya que somos principiantes al respecto.
¿Cómo conserváis la identidad de la revista si cada número está diseñado por un colaborador distinto?
Varios elementos de diseño permanecen en todas las publicaciones: la línea editorial, el tamaño de la revista, el número de páginas, el ojo cortado en la cobertura, la numeración en el lomo, las leyendas a un lado de la página.
Por otro lado, integramos en la revista, la experiencia y el estilo de los diseñadores comisionados. Durante cuatro o cinco meses son parte de nuestro equipo y queremos hacerles sentir que el proyecto es suyo tanto como es nuestro.