Una vez más nos encontramos con un concurso de diseño que cumple a rajatabla todos los requisitos para ser especulativo y populista. En esta ocasión se trata del concurso para diseñar el cartel con motivo del 8 de marzo lanzado por Compromís per Paterna.
El pasado 25 de enero de 2019, se publicaba en paterna.compromis.net la convocatoria para participar en el concurso de diseño del cartel del Día Internacional de la Mujer, que será imagen de la formación en la semana conmemorativa.
En esta publicación animan, sin ningún reparo, a «todo el pueblo» a participar porque saben que «en Paterna hay mucho talento y porque, además, es una forma muy original de participar en una de las conmemoraciones más destacadas de todo el calendario».
Leyendo esta afirmación, no era de extrañar que las bases tuvieran ingredientes tan prometedores como que «podrá participar cualquier persona mayor de 18 años que se inscriba adecuadamente»; que el premio es de 150 € solo para el ganador –haciendo que el resto trabaje gratis–; que no se sabe quiénes componen el jurado; o que no hay un baremo de criterios, por ejemplo. Además, una valoración popular en redes de la preselección de mejores carteles hecha por el jurado será la que escoja el cartel ganador: «De los diseños pre-seleccionados por el jurado; el diseño que reciba más “me gusta” en redes sociales será el declarado como ganador». Y sin olvidar que, «El diseño o dibujo ganador quedará en poder de Compromís per Paterna para su uso, publicación, y si lo juzga conveniente, implicando la cesión expresa gratuita de los derechos de explotación por parte de sus autoras o autores o representantes legales».
Que un concurso de diseño se plantee con este pliego de condiciones ya es desalentador, pero que se lance desde una organización a la que se le supone la voluntad de salvaguardar los intereses del ciudadano y de los profesionales, no tiene cabida en un razonamiento lógico. Sobre todo, por la pretensión descarada de que multitud de personas trabajen a cambio de nada –a excepción de la persona que resulte ganadora del concurso–.
Para aquellos que todavía no logren entender lo extraño y perjudicial que resultan este tipo de iniciativas, tan solo tienen que cambiar la palabra ‘diseñadores’ por ‘fontaneros’, ‘cocineros’, ‘electricistas’, ‘abogados’, ‘cirujanos’ o cualquier otra profesión. ¿Sería aceptable que alguno de estos perfiles profesionales aceptara hacer su trabajo a cambio de nada?
Si quieres saber más sobre cómo debería ser un concurso de diseño para que no se considere especulativo y que su resultado sea satisfactorio, puedes echarle un vistazo a La Asociación Galega de Deseñadores se posiciona contra los concursos de diseño, Comunicado de la READ sobre los concursos de diseño, o a La EASD se niega a participar en un concurso de diseño que premia al ganador con 300 €, un lote de productos y visibilidad.