Mientras que París, Nueva York, Tokyo o Londres se pelean por el título de Capital Mundial del Lifestyle, los creadores de la revista FAIM buscan explorar las ciudades de las que nadie habla. Guiados por tres temáticas, People, Places, Food, la periodista Naiara Reig y el diseñador gráfico Axel Benassis, viajan por el mundo en busca de una nueva generación de emprendedores y creativos. FAIM comparte las historias de estos jóvenes, que decidieron apostar por su ciudad de origen, brindando un soplo de aire fresco sobre estas pequeñas localidades, que aún no han dicho su última palabra.
¿Revista o guía turística?
FAIM es un recién nacido que hizo su entrada en el panorama de revistas independientes. La revista bianual de 130 páginas, dedica cada número a la exploración de una ciudad pequeña para mostrar que también están pasando cosas fuera de las capitales mundiales. Naiara explica, «Axel y yo venimos de ciudades más pequeñas y nos dimos cuenta de que de estas ciudades no se hablaba. Quisimos contar las historias y el dinamismo de estas ciudades».
El formato de la revista es más pequeño que un A4, siendo así más fácilmente transportable. Pero cuando preguntamos si FAIM es una guía turística, sus creadores son categóricos: «Puede funcionar como una guía pero no es nuestro propósito. No queremos caer en el formato clásico de guía turística, por esta razón no hemos sido extremadamente exhaustivos a la hora de elegir y presentar los lugares de la ciudad». Más que una guía turística, FAIM es un intento de captar la atmósfera y la esencia de una ciudad en plena ebullición.
Una revista contemporánea y humanista
Para la concepción de FAIM, el dúo con base en París, aprovechó el dinamismo del sector de revistas independientes. «En Francia el panorama de revistas independientes es muy amplio. Nos convertimos en compradores convulsivos de revistas de diseño», recuerda la periodista.
Cuando surgió la idea del proyecto, el dúo empezó por definir la identidad visual. «Queríamos que la identidad fuera fuerte y así fácilmente reconocible», cuenta Axel. Para el logotipo, el diseñador dibujó un lettering contemporáneo con un toque humanista. La repetición de formas y líneas en los caracteres y las ligaturas crea un ritmo armonioso y, el logotipo conserva un estilo caligráfico “hecho a mano”. Las cursivas y letras se unen dándole al logotipo su aspecto humanista.
Para la maquetación de la revista, el diseñador que ya había trabajado en la edición de libros, tenía una idea muy clara. «Para el diseño gráfico queríamos algo simple. Buscábamos alejarnos de la estética cargada y densa de algunas revistas. Hice una plantilla identificable en toda la revista sin que fuera rígida. A lo largo de la páginas, unas líneas ornamentales se transforman, simbolizando un camino virtual por la ciudad, así como un vínculo entre la gente y los lugares», explica Axel.
Valencia, la primera ciudad en ebullición elegida por el dúo
Para este primer número, el dúo sentó cabeza en Valencia, ciudad de origen de Naiara. Desde Verónica –diseñadora freelance y creadora de la revista de ilustración Horchata–, hasta los cerveceros de Zeta Beer –mundialmente conocidos por sus cervezas con sabores mediterráneos–, cada historia revela el valor añadido de estos proyectos inspirados por la cultura local.
A pesar de las facilidades que proporcionan Internet y las redes sociales para recolectar información en cualquier parte del mundo, la pareja de profesionales insistió en desplazarse a la ciudad. «Queríamos vivir el ambiente de la ciudad para reflejarlo en la revista. Que la gente te cuente el cambio que está viviendo la ciudad y que tú estés allí para verlo, te cambia totalmente la perspectiva. Es importante ver dónde la gente se mueve y trabaja».
La periodista observa la situación de Valencia con mucho entusiasmo: «Después de la crisis, mucha gente se fue a Madrid o Barcelona para buscar más oportunidades. Ahora la gente entra en el mercado laboral valenciano, o bien porque están volviendo del extranjero, o bien porque acabaron de estudiar y quieren empezar su carrera en Valencia». Todo nos deja pensar que este dinamismo reencontrado está alimentado por el emprendimiento. Naiara confirma: «La idea de emprender sus propios proyectos se ha vuelto más popular en Valencia. Al ver que no se crean puestos de trabajo, la gente empieza a crear su propio trabajo».
«Queremos que la nueva generación vea las cosas geniales e innovadoras que se están haciendo en Valencia y decirle: si ellos pueden hacerlo, ¡tú también puedes!»
Este dinamismo es la fuente de inspiración, el punto de partida del proyecto. Con FAIM, el dúo quiere devolver la esperanza a la joven generación buscando su hueco en la sociedad; creando un sentimiento de pertenencia a una comunidad mundial. «Queremos que la nueva generación vea las cosas geniales e innovadoras que se están haciendo en Valencia y decirle: si ellos pueden hacerlo, ¡tú también puedes!».