Carla Berrocal, o pintamonas, es ilustradora y dibujante de cómics en Madrid. Creó un blog donde expone su punto de vista sobre diversas temáticas interesantes para el sector del diseño porque considera indispensable transmitir a futuros artistas lo aprendido durante su trayectoria profesional. El dinero entre profesionales creativos, las injusticias en algunos concursos de diseño, la importancia de establecer una buena relación con un cliente o la invisibilidad de la mujer en el sector son algunas de las temáticas que aborda en su blog. La naturalidad con la que expone su punto de vista nos llevó a querer conocer más a fondo su opinión en estos temas.
Carla comenzó desde muy joven en el mundo de la ilustración y el cómic. Recuerda que su primer trabajo profesional fueron unas ilustraciones para una editorial de Libros de Texto. A partir de ahí le surgieron más encargos, muy despacio, casi a cuentagotas, hasta que el tiempo y la constancia le permitieron adquirir un estilo más personal y conseguir más clientes.
«Hay que ser constante, moverse muchísimo y dibujar mucho. Mi sueño siempre ha sido dedicarme a hacer cómics, pero en España es inviable, nadie vive del cómic, así que lo normal es dedicarse a la ilustración para pagar las facturas. Es una profesión dura pero muy bonita», Carla Berrocal.
Carla ha dibujado con muchos estilos y planteamientos distintos, pasando por el pincel, geometría y planos de color. Critica el hecho de obsesionarse desde el principio con que la firma de un autor se reconozca porque defiende que el estilo aparece poco a poco tras haber jugado y probado cosas nuevas: «De la misma manera que ayuda a reconocer al autor, también lo “encorseta”, le quita libertad e incluso lo ahoga. No me gustaría dibujar dentro de 10 años igual que hoy, creo que eso sería una señal de que no he evolucionado nada y para mejorar es necesario cambiar». Ahora, el trabajo de Carla compagina trabajos para agencias de publicidad y editoriales, aunque afirma sentirse más cómoda en la ilustración editorial porque cabe la posibilidad de invitar a hacer una reflexión interesante al público.
Como ilustradora, la artista cree indispensable transmitir a futuros ilustradores lo aprendido durante su trayectoria profesional. Por ello creó un blog donde expone, con mucha naturalidad, su perspectiva sobre ciertos temas que preocupan al sector, como por ejemplo la existencia o no de un tarifario. Respecto a este último, considera que sería una ayuda muy interesante para el sector del diseño, aunque no la única. Es un tema complejo porque, de acuerdo a las leyes de la Unión Europea, no pueden existir tarifas orientativas, ya que iría en contra de la libre competencia.
«Más allá de los precios a nuestro trabajo, que creo que son importantes, me parece prioritario que generemos un valor de nuestra profesión en la sociedad. Las tarifas son bajas porque la cultura no se valora, por eso siempre estamos luchando con los clientes para que tomen más consideración de nuestro oficio», añade la autora.
El trabajo de un diseñador continúa siendo menospreciado. Encontramos todavía muchos concursos como ‘Tu peso en cerveza por ganar un concurso de diseño’, ‘Una cena con el Gobernador Electo para el ganador de un concurso de logotipo’. La artista considera muy difícil erradicar este tipo de concursos porque la gente de la calle a penas conoce lo que hace un diseñador o ilustrador, no sabe cuáles son las técnicas ni los procesos de trabajo.
«Se asume que una persona que trabaja en creatividad no dispone de unos conocimientos complejos, sino que se trata algo cercano al hobby. No hay un sentido profesional ni una sensibilidad hacia la creatividad. Eso se debe a una falta en la educación cultural del país y en la herencia de la “bohemia” en las profesiones liberales. Creo que hay una solución que parte de las Asociaciones Profesionales y que debe buscar mejorar la comunicación de lo que significa ser una persona con creatividad, además de que el Estado invirtiera en educación para sensibilizar a la sociedad desde muy temprano en la complejidad e importancia del trabajo cultural», explica Carla Berrocal.
Además, la artista afirma rotundamente la existencia de micros y macromachismos. Afirma que la sociedad es machista, y que a pesar de esa falsa idea de que lo cultural es igualitario, solo hay que ver que la mayor presencia en medios y premios es casi siempre masculina. En su blog, la artista expone: «El cómic necesita un cambio, un cambio hacia “ellas”, hacia la inclusión definitiva de la mujer como autora, como creadora, pero también como personaje de lecturas amplias y físicos no estereotipados. Un acto conjunto de justicia social en que debemos estar necesariamente involucrados todos».
«En mi caso, siempre he tenido que lidiar con preguntas incómodas que hacen especial referencia a mi género. No soy Carla “Ilustradora/Dibujante de cómic” soy Carla “la MUJER que es ilustradora/dibujante de cómic”. Ahí es dónde la cosa se pone complicada y empiezan las preguntas incómodas sobre el “dibujo femenino”, la “sensibilidad” o los “intereses”».
La relación entre cliente y creativo es otro de los diversos temas que la artista consideró interesante tratar en su blog para afrontar bien un encargo. Cuando la relación con un cliente no va como esperaba, apuesta siempre por el diálogo. Cree que es la mejor manera de resolver un conflicto y de llegar a un acuerdo bajo condiciones favorables para ambos, pero siempre dejando claro que el trabajo de un artista cuesta y se paga siempre. Aun así, afirma no haber tenido ningún conflicto grave más allá de lo (tristemente) habitual en el sector: retrasos en los pagos y contratos de adhesión abusivos.