Coincidiendo con la castiza fiesta de San Isidro, la ciudad de Madrid recompesa con la entrega de la Medalla de Oro de Madrid, la labor desempeñada por aquellas personas e instituciones que han destacado en sus respectivos campos, y que tienen un vínculo especial con la ciudad. La cantaora Carmen Linares, el ilusionista Juan Tamariz, la Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones y el dibujante de prensa Andrés Rábago ‘El Roto’ fueron los galardonados de esta edición. Es con este último con quien hablamos sobre este galardón y sobre su trabajo.
Entre chulapas y chulapos, barquillos y limonada, Madrid, con Carmena como su embajadora, reconocía la aportación que Andrés Rábago lleva haciendo cotidianamente como profesional desde hace más de 40 años. Con un lenguaje visual, unas veces dadaísta, otras satírico, exige del lector una implicación y un esfuerzo de interpretación para decodificar sus mensajes relacionados con la actualidad. Al preguntarle por su opinión sobre este reconocimiento del Ayuntamiento, matiza:
«Más que una opinión, es un sentimiento: el de agradecimiento por la deferencia recibida del consistorio de mi ciudad natal».
Teniendo como antecedentes el Manifiesto surgido a finales del 2017 #HumorAmenazado: «Una democracia que se rompe por las risas no deja de ser una democracia frágil.» O incluso el atentado de Charlie Hebdo, como caso extremo, donde la sàtira se ve amenazada, le preguntamos cómo ve el mundo de la viñeta y a sus profesionales dentro de esta tendencia creciente: «La sátira siempre conlleva algún riesgo, no en vano muchas veces tiene como fuente de inspiración estructuras de poder o personajes públicos poderosos, pero la obligación del dibujante es ampliar lo más posible los límites de lo opinable siempre desde la perspectiva del esclarecimiento de los hechos y del bien común».
Andrés Rábago entiende el dibujo satírico «en una doble vertiente: la plástica y la ideológica o de pensamiento». Ambas deben tener una dimensión que trascienda lo obvio y lo funcional y que tenga un elemento de sorpresa o de inesperado. «Esto naturalmente es más fácil decirlo que hacerlo».
También nos interesa conocer su opinión sobre la influencia de la tecnología, particularmente las redes sociales, en nuestro compromiso y responsabilidad como ciudadanos:
«No soy un estudioso de los medios digitales o de cualquier otro tipo, y desconozco sus posibles efectos, pero por lo que puedo apreciar en la calle, no parecen muy eficaces a la hora de mejorar los comportamientos ciudadanos».
Rescatamos una declaración de 2013 para Gràffica donde comenta que el lector se ha hecho más vago y queremos saber si sigue pensando lo mismo: «El pensamiento es un elemento fluido, no una sentencia grabada en piedra, y no recuerdo el contexto de mi respuesta. Pero el mero hecho de que el lector acuda a un quiosco a comprar un periódico y leerlo con la atención necesaria requiere un mayor interés que pinchar en una pantalla. En ese sentido creo que el lector de periódicos es más activo y más consciente que el lector de internet».
Al hacer un recorrido por la trayectoria de Andrés Rábago, los elementos oníricos y surrealistas son una constante en todo su trabajo. Sentimos curiosidad por saber si hay un diálogo entre su obra artística como pintor y su personal estilo satírico como viñetista. ¿Son entes separados que se miran el uno al otro y se nutren de alguna manera?
«El universo de Rábago y el de El Roto pertenecen a niveles de conciencia muy alejados, aunque puede haber avances y aprendizajes en uno y otro contexto del que en ocasiones se pueden beneficiar ambos. Por lo demás creo que mi trabajo está más próximo a la metafísica, sea lo que sea lo que esto signifique, que del surrealismo propiamente dicho».
Agudo y honesto en sus reflexiones, aprendemos de este singular madrileño que las imágenes no hay que verlas, sino escucharlas. Nos ofrece cotidianamente las postales de una realidad sin anestesia, que nos pertecece y de la que somos responsables. Está en cada uno de nosotros continuar con el análisis y la reflexión que nos pone en bandeja uno de los grandes dibujantes satíricos de la prensa de nuestro país.