Experiencias de realidad virtual como las que recrean el Titanic en primera persona se convierten en negocio a escala internacional. Una empresa española prevé triplicar ingresos con un modelo basado en franquicias y expansión tecnológica.
El sector del entretenimiento inmersivo, especialmente el vinculado a experiencias de realidad virtual, vive un momento de expansión sin precedentes. Impulsado por avances tecnológicos, una mayor demanda de propuestas sensoriales y la consolidación del ocio experiencial como alternativa de consumo cultural, el mercado global de la realidad virtual aplicada al entretenimiento apunta a cifras que rondan los 10.000 millones de euros en los próximos años.
En este contexto, varias empresas europeas están dando el salto a la internacionalización con modelos de negocio escalables y tecnologías desarrolladas in-house. Una de ellas es la firma alicantina Virtual Zone, especializada en diseñar y operar experiencias inmersivas de alto impacto. La compañía, fundada hace cinco años, ha anunciado un ambicioso plan de expansión internacional con el que espera triplicar su facturación actual y superar los 10 millones de euros en 2027.
Hasta ahora, Virtual Zone había crecido de forma orgánica, sin inversión externa. Su modelo de desarrollo propio —que abarca desde la narrativa y el diseño de espacios hasta la tecnología de simulación— le ha permitido consolidar una red de cinco centros en España (Alicante, Madrid, Valencia, Murcia y Sevilla), y desembarcar en países clave como India, donde acaba de abrir su primer centro en Pune junto a un socio local.
Entre sus experiencias más exitosas destaca una reconstrucción hiperrealista del hundimiento del Titanic, que ya ha llegado a ciudades como Melbourne, Los Ángeles, Dubái, San Antonio y Roma. La empresa ha confirmado también su entrada en el mercado estadounidense con la apertura de seis centros más, en colaboración con un importante grupo del sector del entretenimiento. El objetivo es operar bajo un modelo de franquicias replicable a gran escala.
“Llevamos cinco años creciendo sin inversión externa, perfeccionando nuestro modelo de negocio y demostrando su rentabilidad. Ahora es el momento de escalar globalmente de forma agresiva”, afirma Guillermo Sánchez, CEO de Virtual Zone. Con ese horizonte, la compañía ultima la creación de un vehículo de inversión de capital privado dotado con 2,5 millones de euros, destinado a financiar la apertura de entre seis y siete nuevos centros en Europa. Cada uno de ellos aspira a facturar más de un millón de euros anual, con márgenes que rondan el 30%.
Además de India y Estados Unidos, la estrategia de crecimiento contempla aperturas en Bilbao, Barcelona, Stuttgart y otras ciudades europeas aún por desvelar. Este movimiento responde a una tendencia generalizada en el sector: el paso de los centros de VR como espacios curiosos o experimentales, a una fórmula comercial consolidada y madura. En este cambio, juega un papel clave la posibilidad de controlar el contenido, personalizar las instalaciones y adaptar la oferta a públicos diversos, desde turistas hasta centros educativos.
Virtual Zone defiende un enfoque que va más allá del espectáculo. “Llevamos la realidad virtual más allá del entretenimiento, generando propuestas con impacto emocional, cultural y comercial a escala global”, apuntan desde la compañía. Sus experiencias se diseñan internamente, lo que permite un control total sobre narrativa, desarrollo técnico y adaptación a cada espacio.
Con un calendario claro de aperturas, una primera ronda de inversión privada y una visión a largo plazo, Virtual Zone se posiciona como uno de los actores más prometedores del nuevo ecosistema de ocio inmersivo. En palabras de su CEO: “Ahora es el momento de escalar globalmente de forma agresiva”.