Por el 27 de abril, día mundial del diseño gráfico, hablamos con diseñadores de España y de países extranjeros, españoles trabajando en otro país, expertos veteranos o jóvenes… Por ello, hemos querido entrevistar a Albert Folch y Rafa Martínez, diseñadores gráficos de Folchstudio. Por su parte, los dos profesionales apoyan la idea de que el diseño, aunque sea cultura, es principalmente innovación.
El 27 de abril se celebra el día del diseño gráfico, ¿creéis que este día es importante?
Albert Folch: Prefiero pensar que hay otros días mucho más importantes. No creo para nada necesario celebrar el día del diseño gráfico
¿Consideráis que el diseño es cultura?
Rafa Martínez: Todo es cultura.
A.F.: Sí, por supuesto. En definitiva, cultura es todo y, por lo tanto, también el diseño.
¿Qué significa el diseño para la cultura de una sociedad? ¿Y concretamente para España?
R.M.: En la medida que lo entiendo como herramienta, no me gusta reducirlo o etiquetarlo solo como cultura.
El diseño es transformación. Es pensamiento.
A.F.: Digamos que el grado de penetración del diseño en la cultura de una sociedad es un indicador del grado de maduración y desarrollo de esta.
¿Por qué creéis que el Premio Nacional de Diseño se entrega desde el Ministerio de Innovación (anteriormente industria) y no desde Cultura? El cine, por ejemplo, es una gran industria y sin embargo no existen dudas sobre que su premio lo entregue cultura.
R.M.: Porque entiendo que comprenden el diseño desde la vertiente del valor añadido y la innovación. Personalmente no lo veo mal… Creo que el diseño ha dejado de comprenderse como algo meramente formal y ha pasado a ser estratégico. Forma parte del ámbito nuclear de una idea, un proyecto, un servicio, un modelo… Todo es diseño o ha estado, bien o mal, diseñado en algún momento.
A.F.: No me parece que innovación sea un concepto tan negativo. Personalmente prefiero pertenecer a innovación.
¿Por qué creéis que a nivel político no se considera cultura?
R.M. y A.F.: Suponemos que es porque prima el valor instrumental. Es puro valor añadido.
¿Qué medidas creéis que serían las necesarias para que el diseño se empezara a considerar principalmente cultura?
R.M. y A.F.: En la medida que para nosotros todo es cultura, no creemos que deba reducirse a la etiqueta de cultura. Sería un error, desde nuestro modo de ver.
El diseño es una herramienta al servicio de las instituciones, empresas y marcas… Incluso al servicio de ciertas causas.
Reducirla a cultura creemos que sería un error estratégico… No acertamos a comprender cuáles serían los beneficios de tal acción.
Hay ramas del diseño, como el diseño de producto, que hacen que los propios diseñadores consideren que el diseño en general es innovación y obvian su importancia cultural, ¿qué les diríais acerca de ello?
R.M. y A.F.: No se si están preocupados por ese detalle. Tampoco tenemos argumentos para convencer a alguien que deje de ver la parte instrumental o mercantil de dicho oficio y se centre en aspectos menos tangibles.
Creemos que el impacto, ya en términos de cultura del trabajo de algunos diseñadores, es una cuestión de tiempo.
Así pues, les diríamos que trabajen e intenten hacer lo mejor posible en su trabajo, en su día a día y el tiempo ya decidirá…
¿Consideráis que las nuevas generaciones están más concienciadas de que el diseño es cultura para un país?
R.M.: La nuevas generaciones tienen mucho más interiorizado el diseño… Existen muchas herramientas que te lo facilitan. En todo caso, la clave será hacer entender que las ideas también se pueden diseñar. Y en ese caso, creo que debemos promover el pensamiento crítico.
A.F.: Pienso que las nuevas generaciones tienen nuevas preocupaciones.
Me da la sensación de que lo que estamos debatiendo es más una cuestión nuestra que suya.
Estáis trabajando en diseño en España, ¿veis que se valora vuestro trabajo como un bien cultural o todavía no existe esa concienciación?
R.M.: Sabe mal decir que no tenemos dicha consciencia… o por lo menos yo…
A.F.: Te diría que el 90% de nuestros clientes en ningún caso les preocupa eso, sino cómo mejorar la comunicación de sus servicios o productos con la ambición de llegar a más gente y, en consecuencia, crecer.
¿Os mostráis optimistas con que el diseño en España se acabe considerando cultura en todos los ámbitos de la sociedad?
R.M.: No sabría bien qué responder a eso…
A.F.: Si te tengo que ser sincero, me preocupa mucho más el cambio climático que esta cuestión.